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¿Por qué hay tanta gente con fiebre del heno?

¿Por qué hay tanta gente con fiebre del heno?

¿Por qué hay tanta gente con fiebre del heno?

De nuestro corresponsal en España

OJOS irritados, lagrimeo, estornudos todo el día, constante flujo nasal y dificultad para respirar. ¿Qué le ocurre? Tal vez sea un resfriado, pero si los síntomas aparecen cuando hay polen a su alrededor, bien puede tratarse de fiebre del heno, conocida también como rinitis alérgica estacional. Si es eso, sepa que hay muchos otros en la misma situación, y la cantidad aumenta todos los años.

“La alergia no es otra cosa que una reacción exagerada del organismo ante una sustancia que considera dañina —dice la revista Mujer de Hoy—. El sistema inmunológico de los alérgicos rechaza todos aquellos agentes que le parecen extraños, aunque realmente no sean peligrosos.” Cuando el sistema inmunológico reacciona de esa manera, surgen los molestos síntomas descritos al principio.

El primero en hablar de la dolencia fue el médico inglés John Bostock, en 1819, quien describió en detalle los molestos síntomas estacionales que él mismo padecía. Como pensaba que la causa era el heno recién cortado, la dolencia se llamó “fiebre del heno”, aunque más tarde se descubrió que los agentes capaces de generar una reacción alérgica abarcaban muchos tipos de polen. A principios del siglo XIX, Bostock no encontró más que unos cuantos casos en toda Inglaterra.

Entonces, ¿a qué se debe que hoy día haya tanta gente con este tipo de alergia? El doctor Javier Subiza, director del Centro de Asma y Alergia, de Madrid (España), menciona dos hipótesis que manejan los investigadores. Una de ellas culpa a los motores diésel. Se cree que los alérgenos (sustancias capaces de desencadenar una reacción alérgica) se activan con las partículas que despide el combustible al quemarse. De acuerdo con el alergólogo Juan Kothny Pommer, “en los países industrializados la polinosis [alergia al polen] puede afectar hasta el 20% de la población, siendo más frecuente en el medio urbano”.

La segunda teoría propone que la causa es la higiene exagerada. “Nacemos en un quirófano, [...] ingerimos comida estéril [y] recibimos vacunas contra [muchas] enfermedades [...]. Además, tomamos antibióticos en cuanto enfermamos. Esto hace que desde la infancia se condicione al sistema inmunológico para que desarrolle alergias con más facilidad”, señala el doctor Subiza.

Si usted es víctima de una reacción inmunológica exagerada, no se desespere. Tenga presente que, con el diagnóstico y el tratamiento adecuados, es factible controlar y reducir tanto la frecuencia como la intensidad de los molestos síntomas de la fiebre del heno.