Ir al contenido

Ir al índice

De nuestros lectores

De nuestros lectores

De nuestros lectores

Perfeccionismo Deseo darles las gracias por los artículos de la sección “Los jóvenes preguntan” titulados “¿Por qué quiero hacerlo todo perfecto?” (22 de julio de 2003) y “¿Cómo puedo dejar de ser tan perfeccionista?” (22 de agosto de 2003). Mi obsesión por hacer todo a la perfección se había convertido en una carga insoportable que cada vez me desanimaba más. Por temor a equivocarme, incluso evitaba comentar en las reuniones cristianas. Le estoy profundamente agradecida a Jehová por esta información. Me ayuda a mantener controlada esta forma de pensar tan contraproducente.

S. M., Italia

Estos artículos son justo lo que necesitaba para enfrentarme a un problema que tengo desde hace cincuenta años: el perfeccionismo. Pensaba que no había nada de malo en ello, que tan solo estaba dando lo mejor de mí a Jehová. Me preguntaba por qué tenía tantas diferencias con mis hijos, mis compañeros de trabajo y mis hermanos cristianos. Ahora veo que algunas de mis ideas no eran equilibradas y de que no concordaban con la forma de pensar de Jehová. Al ser “just[a] en demasía”, me he causado desolación a mí misma y a los demás (Eclesiastés 7:16). No me resultará fácil superar este problema, pero con la ayuda de Jehová estoy dispuesta a intentarlo.

C. H., Estados Unidos

Considero muy acertados los comentarios acerca de que el perfeccionismo puede paralizar a una persona. Durante años he vivido frustrada preguntándome por qué no logro llevar a cabo las cosas que tanto deseo. Con respecto a lo que se decía sobre la falta de amigos, a menudo veía que nadie quería acercarse a mí y no podía imaginarme la razón. Ahora sé que, aunque me espera una larga y dura batalla, Jehová me ayudará.

L. R., Estados Unidos

Llevo años luchando contra este defecto, pues siempre me parece que no hago las cosas lo bastante bien. Me consuela saber que no soy la única que está combatiendo el perfeccionismo.

A. B., Canadá

Comprendo que nadie puede ser perfecto, pero mis sentimientos me empujan a creer lo contrario. Me ayudó mucho leer que Jehová no espera perfección de nosotros y que lo importante para él es lo que tenemos en el corazón. Les estoy muy agradecida por estos artículos.

S. K., Alemania

A menudo, el miedo al fracaso me ha impedido actuar. He aprendido que el perfeccionismo provoca un estado de ira crónica, pesimismo, depresión y falta de autoestima. Todavía no he resuelto por completo mi problema, pero sé que tengo que aprender a tomarme mis errores con sentido del humor.

A. I., Japón

He vivido etapas de una terrible tensión nerviosa y ansiedad, durante las cuales no dejaba de reprocharme que no valía para nada. Sus artículos me han brindado un enfoque práctico, así como ánimo y cariño. Han aligerado la pesada carga de mi corazón: mi afán de ser perfecta. Los textos bíblicos también me han ayudado a modificar mi actitud y a cultivar un punto de vista más positivo.

M. N., Japón

San Petersburgo Les estamos muy agradecidos por el artículo “San Petersburgo: ‘ventana a Europa’” (22 de agosto de 2003). Durante nuestras dos semanas de luna de miel, vimos los lugares históricos de San Petersburgo. Las visitas a la sucursal de los testigos de Jehová, al Teatro Maríinski, al Museo Estatal del Ermitage y a Petergof nos dejaron recuerdos imborrables. Muchísimas gracias por este artículo. ¡Fue nuestro guía en esta espléndida ciudad!

A. y O. S., Rusia