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¿Cómo puedo impedir que me maltrate mi novio?

¿Cómo puedo impedir que me maltrate mi novio?

Los jóvenes preguntan...

¿Cómo puedo impedir que me maltrate mi novio?

“Mi novio me ha golpeado hoy por primera vez. Me ha pedido perdón, pero no sé qué hacer.” Stella. *

SEGÚN The Journal of the American Medical Association, “1 de cada 5 muchachas ha sufrido abusos físicos o sexuales a manos de su novio”. Una encuesta entre jóvenes alemanes de 17 a 20 años reveló que una cuarta parte de las chicas ha tenido contactos sexuales indeseados en los que hubo violencia física, acoso verbal, drogas o alcohol. De acuerdo con un sondeo estadounidense, el 40% de los adolescentes ha visto a sus compañeros “insultar cruelmente a sus novias”. *

¿Eres una joven adulta que piensas casarte con alguien que te insulta, grita, menosprecia, empuja o abofetea? Un artículo anterior de esta serie mostró que dicho maltrato se está generalizando a un ritmo preocupante. * También indicó que Jehová Dios no aprueba los abusos verbales ni de otro tipo y que las víctimas no deben culparse ni considerar que tal comportamiento es normal (Efesios 4:31). Aun así, no resulta fácil saber cómo actuar, pues tal vez sigas muy encariñada con tu novio a pesar de todo. O lo que es peor, quizá temas cómo va a reaccionar si criticas su conducta. En tal caso, ¿qué debes hacer?

Analiza la situación

En primer lugar, procura tranquilizarte y juzgar la situación con objetividad (Eclesiastés 2:14). ¿De verdad has sido víctima de abuso verbal? ¿Actuó tu novio con malicia, o tan solo habló “irreflexivamente”? (Proverbios 12:18.) ¿Cuántas veces ha ocurrido? ¿Se trata de un error aislado que puedes pasar por alto, o tiene la costumbre de menospreciarte o insultarte?

Si te sientes confundida, expresa tus sentimientos, pero no a alguien de tu edad, sino a personas mayores que tú y con más experiencia. Tal vez podrías confiarte a tus padres o a un cristiano maduro a fin de determinar si estás exagerando o si existe un problema grave.

Si no supone riesgos, dile con calma a tu novio cómo te hizo sentir su comportamiento (Proverbios 25:9). Explícale claramente lo que te ofendió y qué cosas no vas a tolerar. Ahora fíjate en su reacción. ¿Resta importancia a tus comentarios? ¿Te responde con mayor agresividad? Tal proceder es señal evidente de que no está dispuesto a cambiar.

¿Y si manifiesta humildad piadosa y arrepentimiento sincero? Entonces tal vez sea posible salvar la relación. ¡Pero ten cuidado! En estos casos el agresor suele escoger muy bien las palabras y dar la impresión de estar arrepentido, pero es posible que repita su ataque verbal en cuanto vuelva a sentirse provocado. Solo el tiempo dirá si es sincero. Una buena forma de mostrar que sus motivos son nobles sería pidiendo ayuda a los ancianos cristianos (Santiago 5:14-16).

De cualquier modo, no olvides que “todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Así que jamás hallarás a alguien perfecto. De hecho, todos los matrimonios pasan por cierto grado de “tribulación en la carne” debido a la imperfección (1 Corintios 7:28). Así pues, lo que debes determinar en definitiva es si podrás ser feliz a pesar de sus defectos, y la manera más segura de averiguarlo es permitir que pase el tiempo.

Cuando hay violencia

Ahora bien, otra cuestión es que tu novio, airado, use lenguaje vulgar, te amenace o incluso te empuje o abofetee. Semejante conducta revela una peligrosa falta de autodominio; la situación puede empeorar fácilmente y tornarse aún más violenta.

Lo más conveniente es que las parejas de novios no estén a solas, pero si por alguna razón te encuentras sola con un hombre furioso, no devuelvas “mal por mal” (Romanos 12:17). Recuerda que “la respuesta, cuando es apacible, aparta la furia, pero la palabra que causa dolor hace subir la cólera” (Proverbios 15:1). No pierdas la calma y pídele que te lleve a casa. Si es necesario, aléjate de él o sal corriendo.

¿Y si un hombre intenta obligar a una mujer a mantener relaciones sexuales? Sobra decir que desde el inicio del noviazgo deberían establecerse límites definidos a las expresiones de afecto (1 Tesalonicenses 4:3-5). Pero si un joven presiona a una joven para que viole los principios bíblicos, esta debe explicarle de forma clara e inequívoca que no va a transigir (Génesis 39:7-13). “No cedas —ruega Anne, quien sucumbió a dicha presión—. Respétate a ti misma. Por favor, no cometas ese error, por mucho que quieras a tu novio.” Si él no te hace caso, dile que considerarás cualquier insistencia más como un intento de violación. Y si no se detiene, pide auxilio y trata de defenderte como lo harías de un violador. *

En cualquiera de estos casos, el consejo bíblico de Proverbios 22:24 es muy oportuno: “No tengas compañerismo con nadie dado a la cólera; y con el hombre que tiene arrebatos de furia no debes entrar”. No tienes por qué sentirte obligada a seguir con una persona así. Como es obvio, sería imprudente verte a solas con alguien violento para decirle que pones fin a la relación. Quizá lo mejor sea informar a tus padres de lo ocurrido. Y aunque, como es natural, se indignen y se alteren por lo que te ha sucedido, te ayudarán a determinar qué pasos debes dar. *

“Yo haré que cambie”

De todas maneras, nunca será responsabilidad tuya hacer que tu novio cambie. Fíjate en lo que admitió Irena: “Crees que lo quieres, que sabrás controlar la situación y que puedes ayudarlo. Pero no es así”. Nadine confiesa algo similar: “No dejo de pensar que puedo hacer que cambie”. Sin embargo, lo cierto es que él es el único que puede ‘rehacer su mente’ y corregir su actitud (Romanos 12:2), un proceso, por cierto, arduo y prolongado.

Así pues, aférrate a tu decisión y resiste cualquier intento que haga de jugar con tus sentimientos. Procura alejarte de él al máximo, tanto en sentido físico como emocional. No dejes que te convenza para reanudar la relación, aunque te lo ruegue o te amenace. Cuando Irena rompió con su violento novio, este dijo que se iba a suicidar. Es evidente que una persona así necesita ayuda, pero no la tuya. Lo mejor que puedes hacer por su bien es adoptar una postura firme contra el comportamiento que no sea cristiano. Si quiere cambiar, que busque ayuda.

Sin embargo, hay quien piensa que el matrimonio solucionará el problema. Un investigador señala: “Tanto las mujeres como los hombres que se casan con personas agresivas por lo general descubren con sorpresa que la violencia no desaparece. Muchos creen en el mito de que una vez casados desaparecen todos los problemas. No se lo crean”. La realidad es que existe una gran probabilidad de que los malos tratos que comienzan en el noviazgo continúen en el matrimonio.

“Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse”, dice la Biblia (Proverbios 22:3). No es fácil romper con alguien por quien sientes afecto, pero soportar a un cónyuge maltratador es mucho peor. Además, no pienses que jamás encontrarás otro novio. Con la experiencia adquirida, te sentirás más inclinada que nunca a fijarte en alguien gentil, amable y que se sepa controlar.

Cura para las heridas emocionales

Ser objeto de abuso verbal o físico puede ser devastador. Una víctima llamada Mary recomienda: “Busca ayuda, habla con alguien inmediatamente. Yo pensaba que podía arreglármelas sola, pero me ha ayudado mucho desahogarme con otras personas”. Acude a tus padres, a una amiga madura de confianza o a un superintendente cristiano. *

Hay quienes también han hallado práctico mantenerse ocupadas dedicándose a lecturas, deportes o aficiones sanas. “Para mí —recuerda Irena—, lo mejor fue estudiar la Biblia y asistir a las reuniones cristianas.”

Queda claro, pues, que Jehová no aprueba ningún tipo de abuso, sea verbal o físico, y que con su ayuda, podrás defenderte de los malos tratos.

[Notas]

^ párr. 3 Se han cambiado algunos nombres.

^ párr. 4 Aunque hay víctimas de maltrato verbal y físico en ambos sexos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos, señalan que “las mujeres padecen muchas más agresiones”. En cualquier caso, a fin de simplificar la redacción, emplearemos el género masculino para referirnos al agresor.

^ párr. 5 Consulta el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Por qué me trata tan mal?”, que apareció en nuestro número del 22 de mayo de 2004.

^ párr. 15 ¡Despertad! del 8 de marzo de 1993 explica cómo defenderse de una violación.

^ párr. 16 En determinados casos, como los intentos de violación, tus padres tal vez decidan presentar una denuncia ante la policía. Esta medida podría evitar que otras chicas pasen por una experiencia tan devastadora.

^ párr. 23 Algunas víctimas traumatizadas han acudido a médicos o a especialistas titulados en salud mental.

[Ilustración de la página 24]

Es probable que los malos tratos del noviazgo continúen en el matrimonio

[Ilustración de la página 25]

No cedas a la presión de participar en muestras impropias de cariño