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Observando el mundo

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La arqueología y los glaciares

Según indica la revista alemana Der Spiegel, la disminución del tamaño de los glaciares está dejando al descubierto muchos restos de gran interés para los historiadores. En 1999 salió a la luz en un glaciar de las montañas Rocosas de Canadá un indio fallecido hace quinientos cincuenta años. No obstante, la mayoría de los hallazgos han tenido lugar en los Alpes. Por ejemplo, en fecha reciente se encontró el cadáver de un hombre del que en su día (1949) se creyó que había dejado desamparados a su novia y a su hijo ilegítimo, cuando en realidad se había caído por una grieta llevando en una bolsa los anillos de compromiso. En opinión de Harald Stadler, director de un centro de investigaciones arqueológicas en los glaciares, de la Universidad de Innsbruck (Austria), el sueño del historiador es descubrir artículos relacionados con Aníbal, el famoso general cartaginés que atravesó los Alpes con 37 elefantes. “Sería sensacional encontrar un hueso de elefante”, señaló.

Adolescentes jugadores

Según el periódico National Post, de Toronto, el Centro Internacional de Ayuda a los Jugadores Jóvenes, de la Universidad McGill, aportó las siguientes estadísticas: “Del total de chicos canadienses de 12 a 17 años, más de la mitad recurren a los juegos de azar por diversión; de un 10 a un 15% corren peligro de verse en graves problemas con el juego, y de un 4 a un 6% caen en la clasificación de ‘ludópatas’”. La iniciación de muchos niños tiene lugar a temprana edad, al recibir como obsequio billetes de lotería o recurrir a las apuestas en Internet. Como consecuencia, señalan los investigadores, hay más adolescentes canadienses implicados en el juego que en otras conductas adictivas, como el consumo de tabaco o de otras drogas. Los educadores confían en poner freno al problema aplicando programas preventivos en las escuelas secundarias de Canadá.

Francia se caldea

Las temperaturas en Francia alcanzaron máximos históricos durante los primeros doce días de agosto de 2003. Desde que se comenzó a llevar registro en 1873, nunca había vivido París un verano tan caluroso. La revista de naturaleza Terre sauvage indica que, “según [el servicio meteorológico francés], esta ola de calor supera en intensidad y duración a las experimentadas hasta la fecha”. En solo dos meses, un glaciar de los Pirineos —cordillera de la frontera meridional del país— retrocedió casi 50 metros. “En ciento cincuenta años, la superficie total de glaciares pirenaicos ha pasado de 25 ó 30 kilómetros cuadrados a solo 5”, afirma el glaciólogo Pierre René. ¿Se trata de una prueba del calentamiento del planeta? Aunque hay división de opiniones entre los expertos, algunos meteorólogos opinan que las olas de calor serán más frecuentes en años venideros, posibilidad inquietante en vista de que las temperaturas tórridas del pasado verano dejaron en esta nación un saldo de casi quince mil muertos.

La depresión masculina

“Uno de los aspectos más lamentables de la depresión —menciona el diario The Star, de Johannesburgo— es el persistente mito de que suele ser una ‘enfermedad femenina’ contra la cual está protegido por la genética el ‘verdadero macho’.” Y agrega: “Los especialistas dicen que esta afección a menudo permanece oculta en el varón porque este acude menos a los especialistas y tiene menos oportunidades de hablar de sus problemas”, además de ser menos capaz de “expresar en palabras su angustia”. Por tales razones, los médicos conocen mejor los síntomas habituales de la depresión femenina. “En el caso de la mujer —explica la revista JAMA—, la depresión presenta una gama de síntomas muy distintos.” ¿Cuáles son los indicios más comunes entre la población masculina? Ira, fatiga, irritabilidad, agresividad, descenso en la productividad laboral y aislamiento de los familiares y amistades. “La tristeza —agrega la edición sudafricana del Reader’s Digest— no siempre acompaña a la depresión, sobre todo en el hombre.”

Los curas y el conocimiento de la Biblia

“¿Cuánto conocen de la Biblia los sacerdotes?”, inquirió Andrea Fontana, sacerdote y director de la Oficina Catequística Diocesana de Turín. En un artículo publicado en el rotativo católico Avvenire explicó que esta pregunta le surgió cuando “se [le] acercó un laico para preguntar si la diócesis ofrecía cursos bíblicos”, pues en su parroquia “no se hablaba nunca de la Sagrada Escritura”. En su respuesta, Fontana escribió: “Aparte de los cursos recibidos en el seminario, pocos [párrocos] continúan estudiando la Biblia. [...] Las homilías dominicales suelen ser el único momento en que muchos fieles tienen la posibilidad de oír hablar del texto bíblico y aproximarse a este”. El laico también le dijo que “frecuentaba a los testigos de Jehová para aprender más”.

Problemas ligados a la obesidad

La obesidad está cada vez más extendida en Estados Unidos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades calculan que, entre 1991 y 2003, el porcentaje de adultos obesos en esa nación pasó del 12,5 al 20%. Este aumento incide en diversos negocios. “Las aerolíneas fueron advertidas en mayo [de 2003] de que los pasajeros pesan más que antes, y recibieron órdenes de realizar los correspondientes ajustes en el peso estimado; de igual modo, las funerarias también atienden ahora a ciudadanos más voluminosos, y por ello están haciendo cambios”, asegura el diario The New York Times. Aunque los ataúdes tienen una anchura habitual de 61 centímetros, los hay de hasta 124, con los debidos refuerzos. También ha habido que aumentar las dimensiones de “criptas, tumbas y coches fúnebres y hasta de las cucharas de las excavadoras con las que se abren las fosas”. “La gente vive y muere ‘a lo grande’, y las compañías han de adaptarse a esta realidad”, señala Allen Steadham, director ejecutivo de un grupo para la defensa de los derechos de los obesos.

“Se muere el mar Muerto”

“Se muere el mar Muerto, y solo puede salvarlo una gran obra de ingeniería”, advierte un despacho de la agencia Associated Press. Este lago —llamado “muerto” porque su alto contenido de sal impide el desarrollo de vida acuática— es la masa de agua más baja del planeta, pues se encuentra a 400 metros bajo el nivel del mar. “Durante milenios —dice el artículo—, se mantuvo el equilibrio [entre la intensa evaporación y la entrada de fluido] gracias a su [principal] aporte: el río Jordán [...]. Pero en las últimas décadas, tanto Israel como Jordania han extraído agua para regar grandes franjas agrícolas junto al estrecho río que divide las dos naciones, privando así al mar Muerto del medio de reponer su volumen.” A menos que se haga algo, señala un estudio israelí, el nivel seguirá bajando un metro por año, lo que hará estragos en los terrenos cercanos y en su flora y fauna. Para colmo, van cinco años de sequía.