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¿Dónde hallar integridad moral?

¿Dónde hallar integridad moral?

¿Dónde hallar integridad moral?

VIVIMOS en un mundo en el que los valores morales están cambiando. Las prácticas deshonestas que antes se condenaban hoy suelen pasarse por alto. Los medios de comunicación a menudo exaltan e idealizan a ladrones y estafadores. Como consecuencia, mucha gente encaja en esta descripción bíblica: “Siempre que veías a un ladrón, [...] te complacías en él” (Salmo 50:18).

Pero los estafadores no son dignos de admiración. Es tal como cierto escritor señaló: “Lo que distingue al maestro del engaño es su habilidad natural —que suele descubrir a muy temprana edad— para manejar a quienes lo rodean. A ello se añade el hecho de que tal manipulación no le produce sentimientos de culpa o remordimientos. Al contrario, lo deja con una intensa satisfacción, una singular sensación de bienestar que lo impulsa a seguir manipulando a los demás para conseguir lo que desea, sin importar el precio que represente para la víctima”.

Es cierto que el público se compadece de la viuda a quien le estafan los ahorros de toda la vida, pero casi nadie derrama lágrimas cuando se desfalca a una empresa grande o se defrauda a alguna compañía de seguros. Mucha gente razona que, de todos modos, esos negocios tienen dinero. Pero el fraude no es solo un problema interno de la empresa: las pérdidas repercuten en el consumidor. En Estados Unidos, por citar un ejemplo, la familia promedio paga más de 1.000 dólares al año en primas extras de seguros para cubrir los costos del fraude.

Otra práctica común es adquirir falsificaciones baratas de productos de marca, como ropa, relojes, perfumes, cosméticos y bolsos de mano. Quizás estos compradores sepan que las imitaciones representan pérdidas por cientos de miles de millones de dólares anuales para las empresas, pero creen que a ellos no les afecta. Sin embargo, al final, el consumidor termina pagando más por bienes y servicios auténticos. Además, comprar productos ilegítimos es poner dinero en el bolsillo de los delincuentes.

Un experto en combatir el fraude escribió lo siguiente: “Estoy convencido de que la razón principal por la que hay tantas estafas hoy día es porque vivimos en una sociedad sumamente inmoral. El brusco descenso de los valores ha inspirado una cultura de engaños. [...] Vivimos en una sociedad que no enseña valores morales en el hogar. Vivimos en una sociedad que no enseña valores morales en la escuela, porque los maestros tienen miedo de que los tilden de moralistas”.

Sin embargo, los testigos de Jehová sí enseñan las normas morales de la Palabra de Dios y se esfuerzan por regirse por ellas. Algunos de los principios que los guían son estos:

● “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:39.)

● “No defraudes.” (Marcos 10:19.)

● “El que hurta, ya no hurte más, sino, más bien, que haga trabajo duro, haciendo con las manos lo que sea buen trabajo, para que tenga algo que distribuir a alguien que tenga necesidad.” (Efesios 4:28.)

● “Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas.” (Hebreos 13:18.)

Los Testigos no son personas pedantes ni santurronas, sino que están convencidos de que si toda la gente aplicara estos principios, el mundo en el que vivimos sería mucho mejor. Y creen que un día lo será, de acuerdo con la promesa de Dios (2 Pedro 3:13).

[Comentario de la página 11]

Si todo el mundo se rigiera por las normas morales de la Palabra de Dios, el mundo en el que vivimos sería mucho mejor

[Ilustración de la página 10]

Los cristianos verdaderos se rigen por los principios bíblicos, entre ellos: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo”