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Observando el mundo

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De primer plato, basura

“Es sorprendente la importancia que han adquirido nuestros desperdicios en la alimentación de muchos mamíferos y aves, al grado de que hay lugares donde son la garantía de supervivencia de ciertas especies”, señala el biólogo Wilfried Meyer. Según la revista Der Spiegel, un estudio internacional pone de manifiesto que cerca de setenta especies de aves y cincuenta de mamíferos se nutren de tales desechos. En efecto, ha surgido toda una cadena alimentaria en los vertederos. El calor producido por la descomposición favorece la proliferación de insectos que constituyen el bocado de diversas aves y pequeños mamíferos. Estos, a su vez, son presa de rapaces y otros depredadores. Cabe destacar que algunas aves de carácter asustadizo no se inquietan ante el ensordecedor ruido de las compactadoras ni ante la presencia en los basureros de otros animales y de seres humanos.

Salteadores gigantescos

Por lo visto, los bandoleros ya no pertenecen únicamente al género humano. De acuerdo con el diario Bangkok Post, se les han unido los elefantes de las selvas del este de Bangkok. Movidos por el hambre, bloquean las vías por las que circulan los camiones de caña de azúcar para desvalijar su dulce carga. En la reserva natural de Ang Lue Nai suelen vivir unos ciento treinta especímenes. Al escasear la vegetación a consecuencia de la sequía, se han visto obligados a vagar por la jungla en busca de comida. El director de la reserva, Yoo Senatham, indicó que algunos de estos paquidermos también se dedican a saquear plantaciones, mientras que otros se contentan con recoger las cañas que dejan caer camioneros compasivos.

Antibióticos en las granjas

Por años, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha advertido de que en las explotaciones agropecuarias se usan demasiados antibióticos, pues se administran a animales sanos. De acuerdo con el rotativo español ABC, se agregan habitualmente a los alimentos “para conseguir el engorde rápido del ganado”. Una investigación reciente de Dinamarca revela que la crianza sin tales fármacos puede ser rentable. De hecho, al eliminarlos de los piensos, la producción de pollos no se alteró, y la de cerdos solo se encareció un 1%. La OMS aplaude la iniciativa danesa y exhorta a otros países a adoptar una línea de actuación semejante, pues, según el citado diario, “redundaría en [...] beneficio de la salud pública”.

Ajedrecistas tramposos

“Buen número de contrincantes no siempre respetan las reglas del ajedrez”, indica el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung. Por ejemplo, un aficionado le ganó a un gran maestro, pero más tarde salió a la luz que bajo la melena ocultaba unos audífonos, un micrófono y una cámara con los que se había comunicado con un ajedrecista que trabajaba con una computadora en otra habitación. Otros competidores van al baño, cierran la puerta y sacan una computadora de bolsillo para calcular los próximos movimientos. Hasta los ciberjugadores pueden hacer trampa. Así, algunos utilizan programas informáticos durante las partidas en la Red. Otros se inscriben como si fueran dos participantes, se enfrentan entre sí, y uno de ellos siempre pierde, lo que permite que su “oponente” ascienda en la clasificación. “En la mayoría de los casos —añade el diario— no es tanto cuestión de codiciar un premio monetario como de satisfacer la vanidad.”

¿Muy mayor para aprender?

“En la clase de niños de seis años [de una escuela de la provincia de Rift Valley (Kenia)] hay un compañero que les saca medio cuerpo a los demás”, informa el Daily Nation, de Nairobi. Se trata de un anciano de 84 años que se unió recientemente a los alumnos de primer curso para ser alfabetizado y “poder leer la Biblia por sí mismo”. Sin importarle que nietos suyos cursen grados más altos, sigue asistiendo a clase. “Hay quienes dicen que la Biblia enseña ciertas cosas, y no estoy seguro de que sea verdad, así que quiero leer las Santas Escrituras y verlo por mí mismo”, comentó al citado rotativo. Con su uniforme escolar y materiales de estudio, trata de seguir las rigurosas normas del centro lo mejor que puede. Claro, con ciertas excepciones: cuando los demás estudiantes hacen gimnasia y corren, “se le permite estirar suavemente los músculos”.

Los mortíferos terremotos del 2003

“Según un comunicado de prensa del Servicio Geológico de los Estados Unidos [...], 2003 fue el año en que a nivel mundial se perdieron más vidas en terremotos desde 1990. Comparado con el 2002, en que hubo 1.711 muertos, fue veinticinco veces más funesto”, con un total de 43.819 víctimas. De estas, unas cuarenta y un mil corresponden al sismo de 6,6 grados que asoló la ciudad iraní de Bam el 26 de diciembre. El fenómeno más grave, y el único calificable de “catastrófico”, fue el de magnitud 8,3 que azotó la ciudad de Hokkaido (Japón) el 25 de septiembre. Según el informe, el Servicio Geológico “registra unos cincuenta temblores diarios. [...] El promedio anual a nivel internacional es de dieciocho casos ‘muy fuertes’ (7,0 a 7,9 grados) y uno ‘catastrófico’ (mayor de 8,0). Cada año se producen en nuestro planeta varios millones de movimientos telúricos, pero la mayoría no se detectan, pues ocurren en regiones remotas o tienen poca intensidad”.

¿Por qué hay tanta delincuencia juvenil?

De acuerdo con opiniones autorizadas, las disfuncionalidades familiares constituyen la causa de que se haya disparado la cifra de delincuentes menores de edad. Una noticia publicada en el periódico sudafricano Weekend Witness indica que estos jóvenes proceden de hogares deshechos o con padres “demasiado ocupados y agobiados” para atenderlos. En opinión de la criminóloga Irma Labuschagne, muchos adolescentes no saben siquiera lo que es una “familia” y tienen una enorme “sed de cariño y aceptación”, que tratan de saciar fuera de casa. Así se convierten en presa fácil de las pandillas, que les brindan un sentido de pertenencia. Los progenitores, explicó la psicóloga Cecelia Jansen, “están tan atrapados en sus luchas por afianzar su posición, triunfar en la vida y progresar materialmente que ignoran qué les sucede a los suyos”. Las citadas especialistas recomiendan “regresar a los valores familiares tradicionales”, indica el rotativo, pues “no hay nada que pueda reemplazar a una familia sana, feliz y normal”.