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¿Merece la pena combatir la obesidad?

¿Merece la pena combatir la obesidad?

¿Merece la pena combatir la obesidad?

¡DESPERTAD! entrevistó a varias personas que han luchado contra la obesidad. ¿Han logrado buenos resultados? ¿Qué recomiendan a las demás víctimas de la epidemia?

Veamos qué dice Mike, de 46 años, 1,83 metros de altura y 130 kilos de peso (llegó a pesar 157 kilos).

Mike: De joven ya me sobraban kilos. Mi problema viene de familia, pues tanto mi hermano como mis hermanas padecen de sobrepeso. Nuestra norma era dejar el plato limpio, por lleno que estuviera. ¿Qué me hizo cambiar la forma de comer? El médico me advirtió del riesgo que tenía de sufrir diabetes y me asustó la idea de depender de la insulina toda la vida. Además, mis niveles de colesterol estaban muy altos y necesitaba medicarme.

Mi trabajo era y sigue siendo sedentario. Así que para compensar esa inactividad, emprendí un programa regular de ejercicio, que incluye usar la cinta para correr media hora como mínimo tres veces por semana. El siguiente paso fue anotar lo que comía cada día. Sabía que la dietista miraría la lista todas las semanas, así que me controlaba, pues pensaba: “Si no me lo como, no tendré que apuntarlo”.

Gracias a ello he perdido 27 kilos en los pasados quince meses, aunque quiero bajar hasta los 102 kilos. Así que he eliminado las papas fritas y los guisos, y ya no pico entre horas. ¡He comido más ensaladas y verduras en los últimos meses que en toda mi vida!

Otra cosa que me motivó era pensar que si me enfermaba de diabetes, quizá no pasaría la revisión médica que nos hacen cada año a los camioneros para renovar la licencia de conducir. Ahora todo es diferente. Ya no necesito medicarme para controlar el colesterol, y me han reducido los medicamentos para la tensión arterial, pues no la tengo tan alta. Me siento con más energía e incluso noto una gran mejoría de mis graves problemas de espalda. Poco a poco estoy saliendo de la categoría de obeso.

¡Despertad!: ¿Cree que la esposa desempeña un papel positivo en la lucha contra la obesidad?

Mike: Cuando se combate el sobrepeso, hace falta apoyo. Antes, mi mujer me preparaba comidas suculentas, pues pensaba que era una forma de mostrarme su cariño. Ahora, en cambio, me ayuda a controlar las porciones de alimento. No puedo descuidarme, pues enseguida comenzaría a engordar de nuevo.

Entrevistamos a otro hombre también llamado Mike, de Kansas (EE.UU.). Tiene 43 años y mide 1,73 metros. Le preguntamos cuál fue su peso máximo y la raíz de su problema.

Mike: Llegué a los 135 kilos. Estaba siempre cansado y sin fuerzas. Me costaba dormir, pues tenía dificultad para respirar. Así que acudí al doctor y me diagnosticó una de las causas de mi obesidad: apnea obstructiva del sueño. * Además tenía hipertensión.

¡Despertad!: ¿Cómo se solucionaron sus problemas?

Mike: El doctor me mandó dormir con una máquina que mantiene una presión positiva continua en las vías respiratorias, así no se me obstruye la garganta y puedo respirar con normalidad. A partir de entonces, me volví más activo durante el día y comencé a adelgazar. Además, decidí utilizar una cinta para correr tres veces por semana y seguir una dieta, que consistía en controlar las porciones y no repetir. Hasta ahora he perdido 20 kilos en solo un año, aunque me faltan otros 20. Voy poco a poco, pero lo lograré.

¡Despertad!: ¿Qué más lo motivó?

Mike: No resulta agradable oír comentarios sarcásticos e hirientes sobre tu aspecto. La gente, que desconoce que la obesidad tiene varias causas, suele pensar que el obeso es un perezoso. En mi caso, creo que el problema se debía en parte a factores genéticos, pues casi toda mi familia padece sobrepeso.

Sin embargo, reconozco que para adelgazar, debo mantenerme activo y seguir una dieta estricta.

¡Despertad! también entrevistó a Wayne, de Oregón (EE.UU.), quien cuenta 38 años de edad. A los 31 pesaba 112 kilos.

Wayne: Mi trabajo era sedentario, y yo no hacía ejercicio. Cuando fui al médico, me dijo que padecía hipertensión y que podría tener complicaciones cardíacas, lo cual me preocupó. Me envió a una dietista, quien me preparó un riguroso programa de ejercicio y me hizo vigilar las porciones en las comidas. Comencé a caminar cinco kilómetros sin parar todos los días y a madrugar para hacer gimnasia. Tuve que reeducarme con respecto a mis hábitos alimentarios. Eliminé la comida basura, decidí consumir menos pan y refrescos, y más frutas y verduras. Ahora peso 80 kilos.

¡Despertad!: ¿Qué beneficios ha observado?

Wayne: Me siento mucho mejor de salud, parece que he vuelto a vivir. Antes era como si estuviera paralizado, oxidado. Otra ventaja es que ya no tengo que tomar los medicamentos para la tensión. Puedo mirar a la gente a los ojos sin sentir que me condenan por mi sobrepeso.

Carlos (nombre ficticio) mide 1,96 metros y alcanzó a pesar 168 kilos.

Carlos: Mi salud era mala y estaba empeorando. Era incapaz de subir las escaleras y me faltaban fuerzas para trabajar (ocupo un puesto de investigación y responsabilidad bastante sedentario). Sabía que debía hacer algo con mi peso, sobre todo después de hablar con el médico, quien me advirtió que podía sufrir un derrame cerebral. Como he visto sus efectos en otras personas, entendí enseguida que tenía que hacer algo al respecto. Mi doctor me dio un programa de ejercicio con una cinta para correr y me mandó una dieta rigurosa. Ahora, un año después, peso 136 kilos, pero todavía debo perder más. La mejoría que ya he notado me convence de que merece la pena el sacrificio. Ya puedo subir por las escaleras y me siento con más energías.

Marta, oriunda de El Salvador, padecía obesidad, pues con una estatura de 1,65 metros pesaba 83 kilos.

Marta: Fui al médico y me dijo que adelgazara de inmediato. Respetaba su opinión profesional, de modo que acudí a la nutricionista que me recomendó, quien me explicó en detalle el régimen que iba a seguir. Asimismo me enseñó a reducir mis porciones y a vigilar lo que comía. Al principio tenía que visitarla cada semana para que viera cómo me iba; luego, una vez al mes. Tanto el médico como la nutricionista me dieron mucho ánimo al ver mi progreso. Conseguí perder 12 kilos. Mantengo mi peso actual en los 68 kilos.

¡Despertad!: ¿Tomaba algún medicamento? ¿Hacía ejercicio?

Marta: No tenía problemas de colesterol, así que no me hizo falta medicación. Con respecto al ejercicio, comencé a caminar a paso ligero todos los días.

¡Despertad!: ¿Qué hacía cuando visitaba a sus amigos y ellos insistían en que comiera más de la cuenta?

Marta: Les decía: “El médico me ha puesto a dieta por mi salud”, y por lo general dejaban de ofrecerme más comida.

¿Qué puede hacer usted si sufre de sobrepeso u obesidad? Querer es poder, asegura un dicho. ¿Cuenta usted con suficiente motivación y fuerza de voluntad? Tanto si es un adulto como un niño, ¿qué opciones tiene? O perder peso, o posiblemente perder años de vida. Adopte un estilo de vida activo y disfrute de sus logros, aunque sean cosas pequeñas, como poder usar tallas más chicas de ropa.

[Nota]

^ párr. 11 Para más información sobre la apnea del sueño, véase ¡Despertad! del 8 de febrero de 2004, págs. 10-12.

[Recuadro de la página 11]

¿Debería probar la liposucción?

¿Qué es la liposucción, o lipectomía por succión? El Gran Diccionario de Uso del Español Actual la define así: “Técnica quirúrgica utilizada para succionar la grasa sobrante acumulada debajo de la piel y así poder modelar o adelgazar algunas partes del cuerpo, como las nalgas, el vientre, etc.”. Ahora bien, ¿es este un buen remedio contra la obesidad?

Según el libro Mayo Clinic on Healthy Weight, se trata de un tratamiento de cirugía estética, no de adelgazamiento. Aunque en una sesión pueden perderse varios kilos aspirando el tejido adiposo subcutáneo con una cánula, “este procedimiento quirúrgico no está indicado para la obesidad”. ¿Es seguro? “Para los pacientes con ciertos problemas médicos relacionados con el peso, como la diabetes y las enfermedades cardíacas, la liposucción es una opción peligrosa.”