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Avances en la lucha contra el sida

Avances en la lucha contra el sida

Avances en la lucha contra el sida

“En toda la historia, jamás se había aprendido tanto de una enfermedad tan compleja en tan poco tiempo”, dice el doctor Gerald J. Stine en su libro AIDS Update 2003 (Actualización sobre el sida 2003). En su opinión, “la historia del VIH/sida está llena de sobresalientes logros científicos”. ¿Qué se ha conseguido?

LOS conocimientos y la experiencia actuales en el campo de la medicina han permitido encontrar combinaciones de fármacos que brindan nuevas esperanzas a los seropositivos. Además, los programas de educación sobre el sida han tenido buenos efectos en varios países. Ahora bien, ¿indican tales progresos que hemos entrado en la recta final de la lucha contra esta mortífera epidemia? ¿Se podrá detener su propagación con los medios científicos y los programas educativos de que disponemos hoy? Analicemos lo siguiente.

Tratamiento farmacológico

“Un rayo de esperanza en la lucha contra el sida”, decía el titular de primera plana de la revista Time del 29 de septiembre de 1986. Este “rayo de esperanza” lo generaron los asombrosos resultados de una prueba clínica en la que se utilizaba zidovudina (AZT), un fármaco antirretroviral, para combatir el VIH: los seropositivos que tomaban AZT vivían más tiempo. Desde entonces, los antirretrovirales (ARV) han prolongado la vida de centenares de miles de personas (véase el recuadro “¿Qué son los antirretrovirales?”, de la pág. 7). ¿Cuánto éxito han tenido estos fármacos en el tratamiento de la infección por el VIH?

Pese al entusiasmo inicial relacionado con la puesta a la venta de la AZT, la revista Time dijo que los investigadores del sida “tenían la seguridad de que la AZT no [era] el arma definitiva contra el sida”. Y estaban en lo cierto. Algunos pacientes no podían tolerarla, por lo que se produjeron otros ARV. Más adelante, la Administración de Alimentos y Fármacos, de Estados Unidos, aprobó una combinación de antirretrovirales para los seropositivos en fase avanzada. La terapia combinada, que llegó a abarcar tres o más fármacos, tuvo muy buena acogida entre los profesionales de la salud dedicados al sida. Tanto es así que en una conferencia internacional sobre este mal celebrada en 1996, un médico hasta anunció que la terapia triple podía erradicar el VIH del organismo.

Lamentablemente, en menos de un año se hizo patente que la terapia combinada de tres fármacos, aunque se siguiera de manera estricta, no podía eliminar el virus. No obstante, un informe de ONUSIDA dice que “el tratamiento con una combinación de ARV ha permitido que los seropositivos vivan vidas más largas, sanas y productivas”. En Estados Unidos y Europa, por ejemplo, este tipo de tratamiento ha reducido en más de un setenta por ciento la cantidad de muertes a causa del sida. Además, varios estudios han demostrado que el tratamiento antirretroviral puede reducir considerablemente la transmisión del VIH de la madre al feto.

Ahora bien, millones de seropositivos no tienen acceso a tales medicamentos. ¿Por qué?

“Una enfermedad de la pobreza”

La administración de antirretrovirales está bastante extendida en los países de altos ingresos. Pero la OMS (Organización Mundial de la Salud) calcula que en algunos países en desarrollo, solo el 5% de los que necesitan ARV pueden acceder a ellos. Los enviados de las Naciones Unidas han llegado al punto de decir que dicho desequilibrio es “una grave injusticia” y “un grotesco insulto por parte del mundo moderno”.

Esta situación de desequilibrio también se da a veces entre los ciudadanos de un mismo país. El periódico The Globe and Mail dice que a una tercera parte de los canadienses que mueren de sida nunca se les han administrado antirretrovirales. Aunque en Canadá se distribuyen libres de costo, a ciertos grupos se les pasa por alto. El citado rotativo informa: “Los que no reciben el tratamiento debido son los que lo necesitan con más urgencia: los indígenas, las mujeres y los pobres”. El periódico The Guardian citó las siguientes palabras de una madre africana que es seropositiva: “No lo entiendo. ¿Por qué a esos hombres blancos que tienen relaciones sexuales con hombres se les da la oportunidad de vivir, y yo tengo que morir?”. La respuesta a su pregunta radica en el aspecto económico de la producción y distribución de medicamentos.

En Estados Unidos y Europa, una terapia combinada de tres antirretrovirales cuesta, como promedio, entre 10.000 y 15.000 dólares anuales. Aunque en algunos países en desarrollo se están ofreciendo copias genéricas de estas combinaciones de fármacos por 300 dólares anuales o menos, su costo sigue siendo desorbitado para muchos seropositivos que viven en las zonas en las que más se necesitan. El doctor Stine resume la situación con estas palabras: “El sida es una enfermedad de la pobreza”.

El negocio de fabricar medicamentos

Elaborar versiones genéricas de medicamentos patentados y venderlas a precios reducidos no ha sido fácil. Los estrictos derechos de patentes que existen en muchos países prohíben la reproducción no autorizada de fármacos de marca. “Se trata de una guerra económica”, dice el director de una gran farmacéutica. Según él, producir medicamentos genéricos y venderlos con fines de lucro a países en desarrollo “no es justo para quienes los descubrieron”. Las empresas farmacéuticas que producen medicamentos patentados también sostienen que el hecho de obtener menos ganancias podría ocasionar un descenso de los fondos que se destinan a los programas de investigación y desarrollo. Y hay quienes temen que los antirretrovirales de bajo precio destinados a los países en desarrollo acaben en el mercado negro de los países desarrollados.

Los defensores de los antirretrovirales de bajo precio replican que se pueden producir nuevos fármacos que cuesten entre un 5 y un 10% del precio estipulado por la industria farmacéutica. Dicen, además, que las empresas farmacéuticas privadas descuidan la investigación y la producción de fármacos contra las enfermedades que afligen a los países más pobres. De ahí que Daniel Berman, coordinador de la campaña Acceso a Medicamentos Esenciales, afirme: “Para disponer de nuevos fármacos tiene que existir una reglamentación obligatoria que cuente con el apoyo internacional y reduzca los precios a niveles asequibles para los países en desarrollo”.

En respuesta a esta necesidad mundial de antirretrovirales, la OMS ha elaborado un plan para que a finales de 2005, 3.000.000 de infectados con el virus del sida reciban tratamiento. Nathan Ford, de Médicos sin Fronteras, dijo lo siguiente al respecto: “No debe convertirse en otro objetivo malogrado de la ONU. Estos son solo la mitad de los infectados que actualmente necesitan tratamiento, y habrá muchos más [en 2005]”.

Otros obstáculos

Aunque se suministraran suficientes antirretrovirales a los países en desarrollo, todavía quedarían otros obstáculos por superar. Ciertos medicamentos deben tomarse con comida y agua potable, pero en algunos países, centenares de miles de personas solo comen un día sí y otro no. Además, el tratamiento (que suele consistir en veinte pastillas diarias o más) debe tomarse a la misma hora todos los días, pero muchos pacientes ni tienen reloj. Otro problema es que la combinación de fármacos tiene que adaptarse al estado del paciente, y en muchos países hay muy pocos médicos. Es evidente que proporcionar ARV a los países en desarrollo será un obstáculo difícil de superar.

La terapia combinada también presenta sus problemas a los infectados que viven en países desarrollados. Los datos indican que es sumamente común que no se tomen todos los medicamentos a las horas correspondientes, lo que puede redundar en que surjan cepas farmacorresistentes del VIH y que estas se transmitan a otras personas.

El doctor Stine señala otro problema que afrontan los pacientes: “La paradoja del tratamiento contra el VIH es que a veces el remedio es peor que la enfermedad, especialmente cuando este se empieza antes de que aparezcan los síntomas”. Los antirretrovirales suelen producir efectos secundarios, entre ellos diabetes, lipodistrofia (alteración de la distribución de la grasa), colesterol alto y disminución de la densidad ósea. Y algunos de los efectos secundarios son mortales.

Medidas preventivas

¿Qué logros han obtenido las medidas preventivas en lo que tiene que ver con frenar la propagación del sida y cambiar las conductas de alto riesgo? Las extensas campañas educativas sobre el sida llevadas a cabo en Uganda durante la década de 1990 lograron que la prevalencia del VIH bajara de un 14% a un 8% en el año 2000. De modo similar, las iniciativas adoptadas en Senegal para informar a los ciudadanos de los riesgos de infección han mantenido la prevalencia del VIH entre la población adulta por debajo del 1%. Tales logros son animadores.

No obstante, en otros países los resultados no han sido tan positivos. Una encuesta efectuada en 2002 entre 11.000 jóvenes canadienses reveló que el 50% de los estudiantes de 15 años creían que el sida puede curarse. Según un estudio británico llevado a cabo ese mismo año, el 42% de los muchachos de entre 10 y 11 años nunca habían oído hablar del VIH ni del sida. Sin embargo, hasta los jóvenes que sí han oído del VIH y el sida y saben que no tiene cura han desarrollado un falso sentimiento de seguridad. “Para muchos jóvenes —dice un médico—, el VIH no es más que uno de los muchos problemas de su vida, comparable a la preocupación de si van a tener una buena comida, con quién van a vivir y si van a ir a la escuela o no.”

No es de extrañar, por tanto, que la OMS afirme: “Centrarse en los jóvenes es probablemente la medida más eficaz para hacer frente a la epidemia, particularmente en los países donde la prevalencia es elevada”. ¿Cómo se puede ayudar a los jóvenes a hacer caso de las advertencias tocante al sida? Y ¿es realista esperar que se encuentre una cura?

[Comentario de la página 6]

El año pasado, en África recibieron antirretrovirales el 2% de los infectados que los necesitaban, mientras que en el continente americano los recibió el 84%

[Ilustraciones y recuadro de la página 7]

¿Qué son los antirretrovirales? *

En el caso de las personas sanas, las células T auxiliares estimulan o activan el sistema inmunológico para combatir las infecciones. El VIH ataca principalmente a estas células y las utiliza para multiplicarse (replicarse), debilitándolas y destruyéndolas hasta que el sistema inmunológico queda gravemente deteriorado. Los antirretrovirales (ARV) obstruyen este proceso.

Hoy día se administran cuatro tipos principales de ARV. Los análogos nucleósidos y los análogos no nucleósidos impiden que el VIH se replique en el ADN de la persona. Los inhibidores de la proteasa no permiten que una enzima proteasa concreta de las células infectadas reconstruya el virus y produzca más VIH. El objetivo de los inhibidores de fusión es impedir que el VIH se introduzca en las células. Al reprimir la multiplicación del VIH, los antirretrovirales pueden retrasar la aparición del sida, la fase más grave de la infección por el VIH.

[Nota]

^ párr. 28 No a todos los infectados con el VIH se les receta un tratamiento antirretroviral. Los infectados y los que sospechan que pueden estarlo deben consultar a un profesional de la salud antes de entrar en cualquier programa de tratamiento médico. ¡Despertad! no respalda ningún tratamiento en particular.

[Ilustración]

KENIA Médico explicando a un enfermo de sida el tratamiento antirretroviral

[Reconocimiento]

© Sven Torfinn/Panos Pictures

[Ilustración]

KENIA Enferma de sida recibiendo su tratamiento antirretroviral en el hospital

[Reconocimiento]

© Sven Torfinn/Panos Pictures

[Ilustraciones y recuadro de la página 8]

Las mujeres y el sida

Las mujeres constituyen el 50% de los adultos que viven con el VIH/sida

En 1982 se creía que las mujeres a quienes se les diagnosticaba sida lo habían contraído por vía intravenosa al inyectarse droga. Pronto se descubrió que también podían infectarse a través de las relaciones sexuales normales y que son especialmente vulnerables al VIH. Actualmente, las mujeres constituyen el 50% de los adultos del mundo que viven con el VIH/sida. “La epidemia afecta de forma desproporcionada a las adultas y adolescentes que son más vulnerables social, cultural, biológica y económicamente, y que llevan el peso de la carga de cuidar a los enfermos y los moribundos”, informa ONUSIDA.

¿Por qué preocupa tanto a los profesionales de la salud dedicados al sida que la enfermedad esté afectando cada vez a más mujeres? Porque por lo general las mujeres con VIH son objeto de mayor discriminación que los hombres, particularmente en algunos países en desarrollo. Además, si una mujer está embarazada, la salud de la criatura corre peligro, y si ya tiene hijos, se le hace cada vez más difícil atenderlos, en especial si los cría sola. Por otra parte, se sabe relativamente poco de las particularidades de las mujeres seropositivas y de su atención clínica.

Ciertos factores culturales influyen en que la situación sea especialmente peligrosa para las mujeres. En muchos países no se supone que las mujeres hablen de sexo, y si se niegan a tener relaciones, se arriesgan a que las maltraten. Los hombres acostumbran tener muchas parejas sexuales y, sin saberlo, les transmiten el virus. Algunos africanos tienen relaciones sexuales con mujeres más jóvenes para no contagiarse o con la falsa creencia de que las relaciones con muchachas vírgenes pueden curar el sida. Se comprende que la OMS declare: “Si queremos proteger a las mujeres, tenemos que ayudar a los hombres (así como a las mujeres)”.

[Ilustración]

PERÚ Madre seropositiva con su hija seronegativa

[Reconocimiento]

© Annie Bungeroth/Panos Pictures

[Ilustración]

TAILANDIA Estudiantes visitando a una enferma de sida como parte de su educación

[Reconocimiento]

© Ian Teh/Panos Pictures

[Ilustración]

KENIA Reunión con miembros de la organización Mujeres Viviendo con Sida

[Reconocimiento]

© Sven Torfinn/Panos Pictures

[Ilustración y recuadro de la página 9]

Mitos sobre el sida

Los seropositivos tienen aspecto enfermizo. “Transcurren de diez a doce años como promedio antes de que el seropositivo desarrolle sida —dice el doctor Gerald J. Stine—. Durante este período tiene pocos síntomas, si acaso alguno, pero puede infectar a otros.”

El sida es una enfermedad de homosexuales. A principios de la década de 1980 se decía que el sida era una enfermedad de homosexuales. Pero en la actualidad, las relaciones heterosexuales son la principal vía de contagio del VIH en la mayor parte del mundo.

El sexo oral es un tipo de “sexo seguro”. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, “numerosos estudios han demostrado que mediante el sexo oral se puede contagiar el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual”. El riesgo de transmisión del VIH mediante el sexo oral no es tan elevado como mediante otros tipos de relaciones sexuales. Pero como es una práctica tan extendida, algunos médicos piensan que se convertirá en una importante vía de transmisión del VIH.

Existe cura para el sida. Aunque el tratamiento antirretroviral puede demorar el desarrollo de la enfermedad en el caso de algunos seropositivos, de momento no existe vacuna ni cura.

[Ilustración]

REPÚBLICA CHECA Prueba del sida, que en la actualidad es tratable, pero no curable

[Reconocimiento]

© Liba Taylor/Panos Pictures

[Ilustración de la página 6]

ZAMBIA Dos adolescentes seropositivas esperando su medicación

[Reconocimiento]

© Pep Bonet/Panos Pictures