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La juventud en crisis

La juventud en crisis

La juventud en crisis

▪ En Estados Unidos, un estudiante de 15 años dispara contra sus compañeros de clase y deja dos muertos y trece heridos.

▪ En Rusia, unos adolescentes ebrios asesinan brutalmente a una niña de nueve años y dan una paliza al padre y al primo.

▪ En Gran Bretaña, un muchacho de 17 años golpea y apuñala a uno de 14. “Al principio no pretendía matarlo, pero cuando vi la sangre, no pude parar”, confiesa a la policía.

ACTOS monstruosos de este tipo no son casos aislados. No se les puede restar importancia como si no fueran más que sucesos insólitos. “La violencia juvenil es un problema grave de nuestra sociedad”, dice un artículo publicado en la revista Professional School Counseling. Y los datos respaldan este comentario.

El Centro Nacional de Estadísticas sobre la Educación señala que si bien han disminuido un poco los actos de violencia escolar que se denuncian en Estados Unidos, “en 2001, los jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años fueron víctimas de 2.000.000 de robos o delitos violentos no mortales en los centros de enseñanza”. Cabe destacar también el aumento de las denuncias por intimidación en las escuelas.

Pero no toda la violencia juvenil de Estados Unidos tiene lugar entre compañeros de clase. El citado organismo también informa que “durante los cinco años transcurridos de 1997 a 2001, los maestros fueron objeto de casi 1.300.000 delitos no mortales en la escuela, de los que 817.000 fueron robos y 473.000 ataques violentos”. Además, “el 9% de los maestros de enseñanza primaria y media recibieron amenazas de agresión por parte de algún estudiante, y el 4% fueron agredidos por un alumno”.

¿Cuál es la situación en otros países? Una agencia de noticias informa que “en China se arrestó a 69.780 delincuentes juveniles en 2003, lo que supone un aumento del 12,7% con respecto a 2002”, y añade que “el 70% de los actos de delincuencia juvenil los perpetraban pandillas”. Así mismo, un estudio efectuado en 2003 en Japón indicó que la mitad de los delitos denunciados en los diez años anteriores los habían cometido jóvenes.

Las drogas: una forma de atentar contra sí mismos

Otra prueba de la crisis que atraviesan los jóvenes es el hecho de que muchos de ellos atentan contra su propio cuerpo. Un informe del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, de Estados Unidos, declara que aproximadamente la mitad de los adolescentes de ese país han probado una droga ilícita antes de terminar los estudios de enseñanza media superior. Y añade: “El consumo de alcohol continúa sumamente extendido entre los adolescentes de hoy. Casi 4 de cada 5 estudiantes (el 77%) han tomado alcohol (más de tan solo unos sorbos) para cuando finalizan la enseñanza media superior, alrededor de los 18 años; y casi la mitad (el 46%) lo han hecho para cuando llegan a octavo grado, alrededor de los 14 años”.

Promiscuidad sexual

En esta era del sida, tener relaciones sexuales con múltiples parejas es indudablemente peligroso. Sin embargo, parece que muchos adolescentes ven las relaciones sexuales como un simple juego inofensivo. Por ejemplo, algunos jóvenes estadounidenses hablan con despreocupación de “hooking up” (algo así como “engancharse con alguien”) —un eufemismo aparentemente inocente para referirse a las relaciones sexuales pasajeras— y de tener “un amigo con privilegios”, es decir, una pareja sexual que no espera un compromiso emocional.

Comentando sobre las orgías que organizan algunos jóvenes de clase media mientras sus padres trabajan, el escritor Scott Walter dice que, en una de ellas, una chica anunció que “iba a tener relaciones sexuales con todos los muchachos presentes”. Walter añade que a ese tipo de fiestas acuden “jovencitos de tan solo 12 años”.

¿Parece increíble? Para los expertos que han estudiado la conducta sexual de los jóvenes, no lo es. La doctora Andrea Pennington escribe: “En los últimos veinte años hemos visto reducirse la edad a la que los adolescentes inician su actividad sexual. Ya no es extraño encontrar algunos que empiezan con solo 12 años”.

Un informe particularmente preocupante fue el que se publicó en el periódico USA Today: “En Estados Unidos, la cantidad de jovencitos [...] que practican el sexo oral va en aumento. [...] Ellos mismos se han autoconvencido de que ‘eso no es sexo’”. Según una encuesta realizada entre 10.000 chicas adolescentes, “el 80% dijeron que eran vírgenes, aunque el 25% habían practicado el sexo oral. Y el 27% definieron ese acto como ‘algo que se hace con un chico por diversión’”.

Tales criterios sobre las relaciones sexuales se han extendido a otros lugares. “La juventud asiática es cada vez más propensa a contraer el virus del sida en relaciones heterosexuales debido a que muchos comienzan a llevar una vida sexual activa a una edad más temprana”, informa la UNESCO. Y añade: “Al mantener relaciones premaritales, frecuentemente con múltiples parejas, los adolescentes se alejan más y más de los ‘valores asiáticos’ de sus padres”.

¿Hay más indicaciones del peligro en que están los jóvenes? La revista canadiense Women’s Health Weekly dice: “El 25% de las muchachas con edades comprendidas entre los 16 y los 19 años sufrirán un episodio depresivo grave”. No obstante, la depresión es una enfermedad que afecta a personas de ambos sexos. Según U.S.News & World Report, todos los años se quitan la vida nada menos que 5.000 jóvenes. Y este informe indica que, por alguna razón, “hay seis veces más casos de suicidio entre los chicos que entre las chicas”.

No cabe duda de que la generación actual de jóvenes es sumamente problemática. ¿A qué obedece esta crisis?

[Reconocimiento de la página 3]

STR/AFP/Getty Images