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De nuestros lectores

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Estafa Nunca podré expresarles lo mucho que agradecí la serie “Protéjase de la estafa” (22 de julio de 2004). Dirijo un pequeño negocio desde mi hogar, y fui víctima de una estafa. Experimenté los mismos sentimientos que se describen en los artículos: vergüenza, culpa y bochorno por haber sido tan ingenuo. Hice exactamente lo que recomendaba la revista. Admití mi error, le oré a Jehová y hablé con un amigo que es anciano. Con la ayuda de los artículos he podido superar la situación. ¡Fueron una auténtica bendición!

T. G., Estados Unidos

Relaciones sexuales prematrimoniales El artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Tienen algo de malo las relaciones sexuales prematrimoniales?” (22 de julio de 2004) fue una fuente de fortaleza para mí. Las palabras de los jóvenes citados en el artículo reflejaban pensamientos similares a los que he tenido a veces. Las palabras que más me llegaron fueron las del Salmo 84:11, donde se nos dice que Jehová no retendrá nada bueno de quienes andan exentos de falta.

T. U., Alemania

Como persona joven, siempre me he esforzado al máximo por permanecer casta a los ojos de Jehová, aunque a veces representa un desafío. Este artículo renovó mi determinación y me recordó que no soy la única que se enfrenta a las presiones del mundo de Satanás. Es realmente animador saber lo mucho que Jehová se preocupa por los jóvenes.

F. B., Botsuana

Aspecto Quiero darles las gracias por el artículo “Cuando la preocupación por el aspecto se vuelve obsesión” (22 de julio de 2004). Tengo 21 años, y antes me preocupaba muchísimo el hecho de ser más corpulenta que otras personas. Ahora me preocupo por mantener la belleza de la persona interna. Parece que el artículo lo hubieran escrito para mí.

N. U., Japón

Lamentablemente, en la actualidad se nos hace creer que deberíamos tener un cuerpo perfecto. A veces esto representa una lucha para mí, y a menudo me deprime comprobar que no la estoy ganando. Pero deseo seguir mejorando, y este artículo supone una ayuda enorme.

D. P., Alemania

Síndrome pospolio Gracias por la experiencia de Jack Meintsma que apareció en el artículo “La enfermedad que se sufre dos veces” (22 de julio de 2004). Padezco poliartritis desde hace veintitrés años, pero tengo síntomas similares a los que se mencionan en el artículo. Deseo agradecer al hermano Meintsma la información que transmitió sobre aparatos útiles y sobre cómo reducir el esfuerzo de los músculos afectados.

U. K., Austria

Tuve la polio a los dos años y medio y el síndrome pospolio a los 25. Los médicos no estaban familiarizados con dicho síndrome, y les costó mucho diagnosticarlo. Nunca había encontrado una información tan amplia sobre el tema hasta que leí este artículo.

J. E., Francia

Mi madre tuvo poliomielitis a los seis años. La descripción exacta que se hace de la enfermedad me ha ayudado a comprender su estado.

T. V., Italia

Tenía un año y medio cuando enfermé de polio, y no me afectó tan gravemente como al hermano Meintsma. Sin embargo, mis energías son un tanto limitadas como resultado de la debilidad muscular. El artículo me ayudó a comprender cómo puedo conservar las energías. El mayor beneficio fue aprender que Jehová ve la situación y le interesa.

L. J., Estados Unidos