Ir al contenido

Ir al índice

¿De verdad son peligrosas las citas por Internet?

¿De verdad son peligrosas las citas por Internet?

Los jóvenes preguntan...

¿De verdad son peligrosas las citas por Internet?

“En Internet es posible que en realidad no sepas quién es la otra persona.”—Dan, de 17 años. *

“La gente puede mentir en Internet. Resulta fácil crearse una fachada.”—George, de 26 años.

LAS citas por Internet son cada vez más populares en todo el mundo. Como se analizó en el artículo anterior de esta serie, las relaciones románticas virtuales tal vez florezcan con rapidez, pero a menudo se marchitan al entrar en contacto con la realidad. * Sin embargo, hay motivos más serios para preocuparse que el simple desengaño. Este tipo de citas pueden ponerte en grave peligro, ya sea físico, emocional o espiritual.

¿Qué peligro puede representar para ti la computadora que tienes en casa, un aparato que parece tan inofensivo y seguro? Algunos de sus riesgos guardan relación con un importante principio bíblico formulado por el apóstol Pablo: “Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas” (Hebreos 13:18). Por supuesto, esto no implica que utilizar la Red no sea honrado o que tú vayas a dejar de serlo por utilizarla. Sin embargo, hemos de admitir que la gente no suele ser honesta, y que tal como ilustran los comentarios citados al principio de este artículo, Internet parece hacer más fácil que se lleven a la práctica cierto tipo de engaños y más difícil que se detecten. Y cuando se trata de relaciones románticas, la falta de honradez supone terribles peligros.

Por ejemplo, observa la clase de actitud deshonesta que se menciona en este versículo bíblico: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Salmo 26:4). ¿Qué quiere decir la expresión “los que esconden lo que son”? Algunas versiones bíblicas la traducen como “hipócritas”. Una obra de consulta señala que dicha expresión se puede aplicar a “quienes ocultan a otros sus propósitos o designios, o esconden su verdadero carácter e intenciones”. ¿Cómo se manifiesta dicha falsedad en Internet? ¿Y qué peligros supone para quienes buscan una relación amorosa?

Lobos con piel de oveja

Mientras asistía a un seminario, un padre de familia llamado Michael se alarmó al enterarse de que una gran proporción de niños desobedecen las normas de sus padres respecto a visitar páginas de Internet que son peligrosas. “Lo que más me perturbó —dice— fue darme cuenta, con horror, de que los pederastas pueden utilizar Internet para atraer a menores y hacer que participen en actividades sexuales degradantes.” Cuando los jóvenes recurren a Internet para conocer a otras personas, pueden correr más peligro del que creen.

De hecho, en las noticias se informa de casos de depredadores sexuales adultos que se hacen pasar por jóvenes mientras acechan en Internet en busca de víctimas. De acuerdo con un estudio, “el 20% de los niños que utilizan Internet han recibido proposiciones sexuales”. Un periódico aseguraba, además, que 1 de cada 33 jovencitos entre los 10 y los 17 años de edad había sido “acosado agresivamente” por computadora.

Algunas chicas han descubierto, para su sorpresa, que el “joven” con quien habían iniciado un romance por Internet era en realidad un recluso adulto. Otros adolescentes, sin darse cuenta de ello, han mantenido contacto con pervertidos sexuales. Estos individuos primero “preparan” a la víctima en perspectiva, ganándose su confianza mediante charlas amistosas en línea. Sin embargo, con el tiempo procuran conocerla en persona para llevar a cabo sus deseos inmorales. Entre las consecuencias trágicas de estos encuentros se han dado casos de palizas, violaciones e incluso asesinatos de jóvenes.

Las personas malvadas en realidad “esconden lo que son” para hallar presas en Internet. Podrías comparar a estos depredadores a los falsos profetas de la ilustración de Jesús que “vienen a ustedes en ropa de oveja” pero que en verdad son “lobos voraces” (Mateo 7:15). La comunicación anónima a través de Internet puede hacer que resulte casi imposible descubrir el engaño. George, mencionado al principio, señala: “Cuando hablas con alguien en persona, sus expresiones faciales y su tono de voz te revelan algo. Pero en Internet no tienes esa posibilidad. Es fácil que te engañen”.

El consejo bíblico es verdaderamente sabio: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena” (Proverbios 22:3). Por supuesto, no todo el mundo que uno conoce en Internet es un depredador peligroso. Sin embargo, las personas también “esconden lo que son” de otras maneras.

Los peligros del engaño y el secretismo

No es de extrañar que entre quienes buscan relaciones románticas en Internet sea habitual exagerar o atribuirse buenas cualidades y minimizar u ocultar faltas graves. Es más, The Washington Post reprodujo estas palabras de un escritor: “Las citas por Internet pueden resultar dañinas porque se engaña a las personas”. Y añade: “La gente a menudo finge ser de otro sexo. [...] Su nivel económico, [...] raza, antecedentes penales, historial de salud mental y estado civil suelen mantenerse en secreto hasta bien entrada la relación”. Para advertir a otros, muchas personas han dado a conocer el traumático engaño del que fueron objeto al “salir” con alguien por Internet.

¿Mentiría la gente sobre algo tan importante como su propia situación espiritual? Por desgracia, sí. Algunos afirman ser verdaderos cristianos cuando en realidad no lo son. ¿Por qué mentir? De nuevo, un factor que contribuye es que Internet lo facilita. Un joven irlandés llamado Sean admite: “Es muy fácil hacerte pasar por algo que no eres cuando estás escribiendo en la pantalla de la computadora”.

Muchas personas se toman todo este engaño a la ligera, razonando que cuando se inicia una relación romántica, es normal mentir un poco. Recuerda, sin embargo, que Dios odia la mentira (Proverbios 6:16-19). Tiene buenas razones para ello, porque muchos de los sufrimientos de este mundo son producto de la mentira (Juan 8:44). La falta de honradez es el peor fundamento posible para cualquier relación, especialmente si se quiere que dicha relación dure toda la vida. Peor aún, ser falso representa un peligro espiritual, pues daña la relación del mentiroso con Jehová Dios.

Lamentablemente, algunos jóvenes han caído en otro tipo de falta de honradez. Han mantenido una relación con alguien por Internet y se lo han ocultado a sus padres. Por ejemplo, cierto día, los padres de un adolescente tuvieron el sobresalto de que una muchacha que no compartía las creencias cristianas de la familia se presentara inesperadamente en su casa tras hacer un viaje de 1.500 kilómetros [1.000 millas]. Su hijo había mantenido citas por Internet con ella durante seis meses, pero los padres desconocían su existencia hasta aquel momento.

“¿Cómo pudo ocurrir esto?”, se preguntaban los padres. Pensaban que su hijo jamás habría podido sentirse atraído por alguien a quien nunca había visto en persona. Lo cierto es que los había estado engañando; en efecto, les había ocultado cómo era en realidad. ¿No te parece que tales mentiras son un mal fundamento para un noviazgo?

Opta por lo real en vez de por lo virtual

Las citas virtuales pueden encerrar otros peligros. En algunos casos, un ciberamigo pudiera llegar a ser mucho más real que la gente que ves cada día. La familia, los amigos y las responsabilidades pasan a un segundo plano. Mónica, una joven austriaca, relata: “Comencé a descuidar relaciones importantes porque pasaba demasiado tiempo en la computadora con la gente que conocía por Internet”. Cuando se dio cuenta de ello, se preocupó y decidió dejar de usar Internet para hacer amistades.

Por supuesto, muchas personas son capaces de ser equilibradas en el uso de Internet. La comunicación mediante correo electrónico puede ser muy útil para mantener el contacto con amigos y seres queridos. No obstante, probablemente estés de acuerdo en que no hay nada como verlos en persona. Si has “pasado la flor de la juventud” —la época en que los deseos sexuales son más intensos— y deseas casarte, te enfrentas a una de las decisiones más importantes de tu vida (1 Corintios 7:36). Así que tómala de forma responsable.

La Biblia advierte: “Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos” (Proverbios 14:15). En vez de creer en lo que te escriba alguien a quien nunca has visto, analiza bien los pasos que das. Es mucho más sensato entablar amistades en persona. Averigua si en realidad eres compatible con el otro, en especial en lo que respecta a metas y valores espirituales. Un noviazgo de este tipo puede llevarte a un matrimonio verdaderamente feliz.

[Notas]

^ párr. 3 Se han cambiado algunos nombres.

^ párr. 5 Consulta el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Debería probar las citas por Internet?”, que apareció en ¡Despertad! del 22 de abril de 2005.

[Ilustraciones de la página 12]

¿Sabes realmente quién te escribe los mensajes que recibes por Internet?

[Ilustración de la página 14]

En lo que respecta al noviazgo, no hay nada como conocerse en persona