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Cómo conservar el empleo

Cómo conservar el empleo

Cómo conservar el empleo

“¿Has contemplado a un hombre hábil en su trabajo? Delante de reyes es donde él se apostará.” (Proverbios 22:29.)

COMO indica este proverbio bíblico, los trabajadores hábiles suelen estar muy bien considerados. ¿Cuáles son algunas de las habilidades y cualidades más valoradas? George, director de recursos humanos de una empresa con una plantilla de 700 empleados, dijo a ¡Despertad!: “Lo que valoramos es la capacidad de comunicación y de trabajar en armonía con los demás”. Las Escrituras contienen consejos prácticos que pueden ayudarnos a mejorar en ese sentido, y así aumentar las probabilidades de encontrar empleo. Veamos algunos ejemplos.

Buena comunicación

De las palabras del escritor bíblico Santiago aprendemos que la labor del buen comunicador comienza antes de abrir la boca. En su carta leemos que hay que ser “presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar” (Santiago 1:19). ¿Por qué es este un buen consejo? Salomón escribió: “Cuando alguien responde a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte y una humillación” (Proverbios 18:13). Así es, si escucha atentamente a su jefe y a sus compañeros, se ahorrará malentendidos y no cometerá errores absurdos.

A la hora de hablar, la manera de decir las cosas también es muy importante. Si se expresa con claridad y con suficiente volumen, es más probable que lo entiendan y que respeten su opinión. Brian, asesor laboral a quien se mencionó en el artículo anterior, comenta: “Le sorprendería saber la gran cantidad de personas que pierden su empleo, no porque no sepan desempeñarse bien, sino porque no saben comunicarse con eficacia”.

Trabaje en armonía con los demás

Como usted pasa mucho tiempo con sus compañeros, seguro que los conoce bastante bien. Por consiguiente, tal vez se vea tentado a hablar de ellos, destacando sus errores y defectos. Sin embargo, la Biblia recomienda “poner todo empeño en conservar la calma, en ocuparse de sus asuntos” (1 Tesalonicenses 4:11, Nueva Biblia Española). De esa manera, no se ganará la reputación de ser “entremetido en asuntos ajenos” (1 Pedro 4:15). Tampoco perderá el tiempo ni provocará roces innecesarios con sus compañeros.

Cuando le manden una tarea, tenga en cuenta el sabio consejo de Jesús: “Si alguien bajo autoridad te obliga a una milla de servicio, ve con él dos millas” (Mateo 5:41). Jesús estaba hablando acerca de la autoridad civil, pero el principio es igualmente aplicable al ámbito laboral. Si se gana la fama de ser diligente y estar dispuesto a hacer más de lo que le piden, tendrá más probabilidades de conservar su puesto. Claro está, las exigencias de su jefe tienen límite. Jesús dijo que pagáramos a “César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios” (Mateo 22:21). Con esas palabras dio a entender que no debemos permitir que quienes ocupan puestos de autoridad interfieran en asuntos más importantes, como la adoración que le debemos a Dios.

Sea honrado

Una encuesta realizada en más de mil cuatrocientas compañías reveló que para la mayoría de los empresarios, “la honradez y la lealtad son las cualidades que más los impresionan de un candidato”. Como es obvio, ser honrado implica no robar dinero ni materiales del lugar de empleo, pero también implica no robar tiempo. Cierto estudio llevado a cabo por una agencia de empleo mostró que el promedio de tiempo robado era de cuatro horas y cuarto semanales por trabajador. Estos “ladrones”, entre otras cosas, suelen llegar tarde, se van antes de la hora y pasan mucho rato hablando con los compañeros durante la jornada.

La Biblia aconseja: “El que hurta, ya no hurte más, sino, más bien, que haga trabajo duro, haciendo con las manos lo que sea buen trabajo” (Efesios 4:28). Además, la Palabra de Dios exhorta a los cristianos a ser diligentes, aunque ningún superior los esté observando. El apóstol Pablo escribió: “Sean obedientes en todo a los que son sus amos en sentido carnal, no con actos de servir al ojo, como quienes procuran agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, con temor de Jehová” (Colosenses 3:22). Si usted tiene la reputación de ser diligente —aunque nadie lo esté supervisando—, se ganará la confianza de sus superiores.

Sea realista

La Biblia predijo con exactitud que nuestros tiempos serían críticos, difíciles de manejar (2 Timoteo 3:1). La inestabilidad y la agitación política y social producirían inevitablemente incertidumbre económica (Mateo 24:3-8). Por eso, aunque pongamos en práctica todas estas sugerencias, es posible que perdamos el empleo.

Sin embargo, al aplicar los principios bíblicos se reducen las inquietudes que causa el desempleo. Jesús dijo: “Pues bien, si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe? Por eso, nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’, o ‘¿qué hemos de beber?’, o ‘¿qué hemos de ponernos?’. [...] Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas” (Mateo 6:​30-32).

Al igual que millones de personas del mundo entero, Ericka, mencionada antes, ha comprobado la veracidad de estas palabras de Jesús. Así resume ella sus sentimientos: “Me encanta mi trabajo actual. Pero sé por experiencia que las cosas cambian. Con todo, al aplicar los principios bíblicos y llegar a confiar en Jehová, he conseguido que no me afecte tanto perder el empleo y he aprendido a estar contenta con el trabajo que encuentro”.

[Ilustración de la página 10]

No prestar atención en las reuniones podría costarle el empleo