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¿Le gustaría conocer al gaucho brasileño?

¿Le gustaría conocer al gaucho brasileño?

¿Le gustaría conocer al gaucho brasileño?

De nuestro corresponsal en Brasil

“¿EL GAUCHO brasileño? —se preguntará—. Siempre creí que los gauchos vivían en la Argentina.” Aunque eso es cierto, en Uruguay (el país que colinda al oeste con la Argentina) también viven estos vaqueros de las pampas. Y si visita Río Grande del Sur, el estado ubicado en el extremo sur de Brasil, también allí se encontrará con los gauchos. Con bombachas (pantalones holgados) o sin ellas, y sea que trabaje con caballos, vacas y ovejas o no, puede que el gaucho brasileño sea distinto de lo que usted se imagina. ¿Qué sabemos de sus orígenes?

La identidad gaucha se nutrió con la colonización. Oleadas de inmigrantes europeos que buscaban con ilusión un sitio donde vivir y trabajar se establecieron en el sur de Brasil durante los siglos XIX y XX, trayendo consigo sus conocimientos artesanales y agrícolas. Muchos de aquellos inmigrantes se hicieron gauchos y crearon una cultura propia. Sus descendientes aún retienen gran parte de aquella tradición criolla, como la comida, la ropa, la diversión y la actitud hacia el trabajo. Examinemos primero algo que a todos nos gusta: la comida.

No solo churrasco y mate

No espere encontrar muchos gauchos vegetarianos. Su plato más importante es sin duda el churrasco —o carne asada— de cordero o de vaca, que al principio fue la principal fuente de alimento del gaucho mientras cuidaba sus animales en las pampas. A menos que usted sea vegetariano o tenga problemas con el colesterol, seguro que le gustará el tradicional rodizio, una variedad de carnes servidas en serie que puede encontrar en un restaurante gaucho o una churrasquería. También le recomendamos el café colonial, que es una barra completa de especialidades culinarias y bebidas como vino, té y café. Claro que la bebida predilecta es el chimarrão, o mate amargo, una infusión de hojas pulverizadas de la yerba mate, que los gauchos toman a todas horas, y en especial después de las comidas.

Es posible que a usted no le agrade el gusto amargo del chimarrão, pero estamos seguros de que disfrutará del ambiente relajado y amigable que se crea al saborear un churrasco y tomar chimarrão en buena compañía.

Su ropa y su música

La vestimenta tradicional del gaucho —bombachas, poncho, botas, cinturón ancho, sombrero y pañuelo— se remonta a los días en que pasaba gran parte de su tiempo en el campo. Como señala la guía turística Insight Guides—Brazil: “La singular cultura gauchesca es el sello de Río Grande del Sur, donde los vaqueros de piel tostada rondan las pampas sureñas con su inconfundible sombrero plano y barbijo, pantalones amplios, pañuelo rojo al cuello y botas de cuero”. Para las fiestas, las mujeres de la región se engalanan con ropas coloridas y sencillas. Los bailes ejecutados en trajes típicos agradan a gauchos y a visitantes por igual. Ahora bien, sea que se trate de comida, ropa o diversión, la tradición gauchesca es una mezcla de culturas traídas por inmigrantes no solo de naciones como Alemania, España, Italia y Portugal, sino también de Grecia, Japón, el Líbano, Polonia, Rusia, Siria y Ucrania, además de países africanos.

José Cláudio Paixão Côrtes, quien por unos cincuenta años ha estudiado las vestimentas y los bailes de la cultura gauchesca, hizo algunos comentarios a ¡Despertad! sobre el amor por la música que cultivó el gaucho solitario. Es natural que viéndose a menudo con su caballo como único acompañante, hiciera del canto y la música parte integral de su vida. A los instrumentos de cuerda como el banjo y la guitarra, se les unió más tarde el acordeón. A diferencia de lo que ocurre en otras partes del mundo, muchos jóvenes gauchos todavía prefieren la música campera de su región a los estilos modernos.

Al gaucho también le encanta bailar. Incluso cuando abandona su estado natal, sigue evocando su legado de bailes tradicionales. Los gauchos tienen bailes de cuatro parejas, el baile de las espadas y otro que se ejecuta con boleadoras, un arma arrojadiza de tres bolas hechas de barro, piedra o hierro, y unidas con tres tiras de cuero. Cuando se trabaja con ganado, las boleadoras se arrojan a las patas de un animal para que se le enreden y lo inmovilicen.

Amor por su tierra

La cultura y la tradición gauchescas aún se conservan en la región donde Brasil hace frontera con la Argentina y Uruguay. Según una guía de viajes, “a lo largo de estas praderas azotadas por el viento, las legendarias pampas, el gaucho sigue cuidando con su inseparable caballo las vacas y ovejas que enriquecieron por primera vez a Río Grande del Sur”.

Sin embargo, el gaucho tiene más que chimarrão y churrasco. Tal es su orgullo por la belleza y la variedad de su tierra, que hay quien dice en broma que cuando Dios creó el mundo en seis días, cinco los pasó en Río Grande del Sur.

El gaucho valora sus raíces aunque viva y trabaje en la ciudad. Sus antecedentes como inmigrante o descendiente de inmigrantes han forjado en él un carácter independiente, franco, valiente, amable y hospitalario.

El gaucho añora con frecuencia la sencillez de la vida campera del pasado. Su apego a la tierra es enorme, sea que haya crecido entre vacas, caballos, lazos y boleadoras, o entre viñedos o cultivos de maíz, papas, arroz, soja o trigo. Naturalmente, lo alcanzan tristes realidades como la pobreza y el prejuicio, pero muchos gauchos que han estudiado la Biblia con los testigos de Jehová están convencidos de que pronto el planeta entero se convertirá en un paraíso pacífico. Y usted también puede albergar la misma esperanza (Lucas 23:43; 2 Pedro 3:13; Revelación [Apocalipsis] 21:1-4).

[Ilustraciones y recuadro de la página 26]

Dos platos típicos

CHURRASCO

2 kilos [4 libras] de carne, 500 gramos (214 tazas) [18 oz.] de sal gruesa

Ensartar la carne en una varilla y echarle sal. Colocarla en el asador con la grasa hacia abajo hasta que esta se dore, y luego voltearla. (Hay que asegurarse de que la carne tenga grasa para que, al derretirse, penetre en la carne, lo que le dará mejor sabor y la suavizará.) El mismo procedimiento se sigue para la carne de cerdo, pollo o cordero. Rinde para cuatro personas.

ARROZ DEL CARRETERO CON CHARQUI (CARNE SALADA Y SECA)

500 gramos [18 oz.] de charqui, 200 gramos (134 tazas) [7 oz.] de cebolla en trocitos, 60 mililitros (14 taza) [2 oz.] de aceite, 600 mililitros (212 tazas) [20 oz.] de agua, 500 gramos (212 tazas) [18 oz.] de arroz, 2 dientes de ajo en trocitos

Lavar el charqui y dejarlo remojar unas ocho horas, cambiando el agua de vez en cuando. Cortar la carne en trozos pequeños y dorarla en una cacerola con el aceite, el ajo y la cebolla. Añadir el arroz a la carne dorada y mezclar bien. Agregar el agua y poner a alta temperatura. Después del primer hervor, mantener a fuego lento, revolviendo todo de vez en cuando para que se cueza parejo. Cuando el arroz esté cocido, esponjar con un tenedor y servir con frijoles (porotos) refritos. Rinde para cuatro personas.

[Ilustraciones de las páginas 24 y 25]

Río Grande del Sur

[Reconocimiento]

Recuadros: M.A. Decusati

[Ilustración de la página 26]

Música y bailes de los gauchos