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De nuestros lectores

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Adolescentes embarazadas La serie “El problema mundial de las adolescentes embarazadas” me llegó al corazón (8 de octubre de 2004). Yo quedé encinta cuando tenía 16 años. Les agradezco que subrayaran la importancia de apoyar a la madre y el hecho de que Jehová se interesa por el bebé, que no tiene la culpa de nada. Gracias por esta magnífica información.

M. R., Estados Unidos

Le ofrecí este número de ¡Despertad! a la jefa de parteras de una clínica cercana, y ella comentó que ahora hay muchas jovencitas de apenas 14 ó 15 años que ya son madres, algo nunca antes visto por aquí. Me pidió veinte ejemplares para usarlos de inmediato con varias adolescentes y sus padres.

I. R., Benín

Me enteré de que estaba embarazada un mes antes de cumplir 17 años. Decírselo a mis padres fue lo más duro y doloroso que he tenido que hacer en mi vida. Espero que las jóvenes lean este artículo y lo tomen en serio. Jamás creí que me pasaría a mí.

D. C., Estados Unidos

A los 17 años tuve un bebé, y me obligaron a formalizar una unión que pronto se desbarató. Me duele pensar en lo mucho que me perdí durante esos años —y que pude haber logrado—, y todo por haberme precipitado a tener relaciones sexuales sin pensar en las consecuencias. Ahora trato siempre de aconsejar a las jóvenes para que no cometan el mismo error. Mi más sincera gratitud por su trabajo.

N. C., Honduras

“Me has encontrado, Jehová” Tengo 15 años y disfruté de principio a fin el artículo “Me has encontrado, Jehová” (8 de octubre de 2004). Gracias a la historia de Nelly, he podido entender mejor las palabras de Santiago 4:8: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes”. Gracias por ese artículo que fortalece la fe.

K. P., Estados Unidos

La experiencia de Nelly Lenz nos convence de que Jehová es un Dios amoroso y que hará posible que lo encontremos si seguimos buscándolo.

M. K., Japón

Es reconfortante recibir confirmación, mediante artículos como este, de que para Jehová todas sus ovejas son tan valiosas que recuerda y sostiene a cada una, sin importar dónde esté.

J. G., Canadá

Este artículo me hizo llorar. Mis padres, que no son testigos de Jehová, no me trataban bien. Me alegra que Nelly permaneciera firme en su resolución de servir a Jehová.

K. L., Jamaica

Tengo 12 años. Me anima mucho saber que no importa cuántos problemas tengamos en casa, Jehová siempre nos ayuda a salir de ellos.

J. W., Estados Unidos

Qué bueno que Nelly nos contó su experiencia, porque ayudará a niños que pasen por la misma situación. También es importante que los adultos tengan presentes a esos niños en la congregación; es fácil olvidar que tienen necesidades especiales.

M. K., Dinamarca

Nunca me había conmovido tanto una biografía. Yo también sé lo que significa ser joven y defender sola la verdad. Durante cuatro años fui la única de mi familia que servía a Jehová. Pero el relato sobre cómo Jehová cuidó personalmente de Nelly me llegó al alma. Gracias por el edificante relato. ¡Gracias, Nelly!

G. W., Alemania