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¿Es posible librarse del miedo?

¿Es posible librarse del miedo?

¿Es posible librarse del miedo?

¿PUEDE alguien vivir sin temor en un mundo tan peligroso? Difícilmente. Hasta quienes tienen fe en Dios viven situaciones angustiosas. Por ejemplo, en el siglo primero de nuestra era, el apóstol Pablo dijo que, en sus múltiples viajes, había sufrido varios naufragios y se había enfrentado a diferentes peligros mientras pasaba por ríos, ciudades y caminos plagados de salteadores (2 Corintios 11:25-28). De igual modo hoy día, la gran mayoría de nosotros afrontamos situaciones peligrosas.

Con todo, si tomamos las debidas precauciones y minimizamos los riesgos, podemos reducir la angustia. La Biblia dice: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena” (Proverbios 22:3). ¿Qué medidas prácticas se pueden tomar?

La importancia de ser precavido

Es digno de mención que, aunque la Biblia se escribió hace siglos, contiene muchos principios que siguen siendo útiles hoy para eludir peligros. Tomemos por caso las siguientes palabras: “Respecto al sabio, tiene los ojos en la cabeza; pero el estúpido va andando en pura oscuridad” (Eclesiastés 2:14). Conviene estar al tanto de quién anda cerca de uno; además, es importante evitar los lugares oscuros en lo posible. Tal vez pueda regresar a casa yendo por las calles más iluminadas, aunque tenga que dar un rodeo. Las Escrituras también declaran: “Mejores son dos que uno [...;] si alguien pudiera subyugar a uno solo, dos juntos podrían mantenerse firmes contra él” (Eclesiastés 4:9, 12). Si vive en un barrio peligroso y vuelve a casa a pie, ¿por qué no le pide a alguien que lo acompañe?

En caso de que lo asalten, recuerde que la vida vale más que las cosas materiales (Mateo 16:26). Tampoco debe olvidar que una multitud airada es peligrosa e impredecible (Éxodo 23:2).

Si alguien le hace insinuaciones inmorales, le cuenta chistes obscenos o trata de tocarle, lo mejor es rechazarlo de forma tajante. En ocasiones, lo más aconsejable será marcharse, como José, quien “echó a huir y salió afuera” cuando una mujer se agarró de él con intenciones inmorales (Génesis 39:12). Cuando eso no sea posible, puede decir: “¡No me toque!”, “¡Quíteme las manos de encima!”, “Esas bromas no me hacen ninguna gracia” o “No me gusta que me hable de ese modo”. Por otra parte, trate de evitar lugares que se presten al acoso.

Miedo en casa

¿Qué puede hacer la mujer que vive con un esposo violento? Es aconsejable idear un plan para huir en caso de que este de repente se vuelva agresivo y ponga en peligro su integridad física o la de sus hijos. * La Biblia explica que Jacob preparó un cuidadoso plan por si su hermano Esaú reaccionaba con violencia. Al final no hizo falta usarlo, pero aun así fue una medida prudente (Génesis 32:6-8). Busque, por ejemplo, a alguien que pueda acogerla de surgir la necesidad y explíquele lo que le haría falta llegado el momento. También sería conveniente tener a mano los documentos importantes y otros artículos imprescindibles.

En caso de maltrato, puede denunciar a su esposo y buscar protección policial. * La Biblia enseña que cada cual debe aceptar las consecuencias de sus actos (Gálatas 6:7). Y con respecto a las autoridades, dice lo siguiente: “Es ministro de Dios para ti para bien tuyo. Pero si estás haciendo lo que es malo, teme” (Romanos 13:4). Las agresiones son delitos, sea que se produzcan en la calle o en el hogar. Y en muchos países, el acoso también se considera un delito.

Tomar las medidas que se han analizado puede disipar el temor hasta cierto punto. Ahora bien, la Biblia no contiene únicamente consejos prácticos. Es mucho más que un manual de autoayuda: es un libro de profecías infalibles que revela lo que Dios está haciendo ahora y lo que hará en el futuro. ¿Qué esperanza ofrece para quienes no pueden evitar vivir con miedo?

El significado del actual clima de temor

Son muy significativas estas palabras del apóstol Pablo: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, [...] sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien” (2 Timoteo 3:1-3). ¡Qué época tan terrible!

Cuando Jesús habló de “la conclusión del sistema de cosas”, dijo lo siguiente: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento; y habrá escenas espantosas, y del cielo grandes señales” (Mateo 24:3, 7, 8; Lucas 21:10, 11). Así que no deberían sorprendernos las “escenas espantosas” que vemos y que contribuyen a generar un clima de temor. Pero ¿tienen algún significado para nosotros?

Jesús advirtió: “Cuando vean suceder estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca” (Lucas 21:31). Así pues, podemos esperar en nuestros días que un gobierno establecido por Dios asuma el control sobre la humanidad (Daniel 2:44). ¿Cómo será la vida entonces?

Se acerca el fin del temor

La Biblia habla de un futuro pacífico en el que no habrá ni guerras ni individuos malvados y la Tierra estará llena de personas que amen a Dios. Pedro, apóstol de Jesús, escribió sobre un futuro “día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos”. No quedará nadie en la Tierra a quien temer, pues “la justicia habrá de morar” en ella (2 Pedro 3:7, 9, 13). Imagínese la tranquilidad que sentirá viviendo con personas confiables que se amen entre sí. Esta esperanza nos ayuda a ver con otros ojos los peligrosos tiempos actuales, pues sabemos que no van a durar para siempre (Salmo 37:9-11).

Pensando en el bienestar de las personas angustiadas, a cierto profeta de Jehová se le informó de lo siguiente: “Digan a los que están ansiosos de corazón: ‘Sean fuertes. No tengan miedo. ¡Miren! Su propio Dios vendrá con venganza misma, Dios aun con un pago. Él mismo vendrá y los salvará’” (Isaías 35:4). Así, los siervos del Dios verdadero pueden mirar al futuro con confianza (Filipenses 4:6, 7). Para quienes han tenido que vivir atemorizados, es un gran consuelo saber que Jehová no ha renunciado a su propósito original para la Tierra, a saber, llenarla de personas que lo conozcan y reflejen las maravillosas cualidades divinas (Génesis 1:26-28; Isaías 11:9).

Sabemos que nada le impedirá a Jehová cumplir su amoroso propósito para la humanidad (Isaías 55:10, 11; Romanos 8:35-39). Cuando uno llega a entender bien esto, el famoso Salmo 23 adquiere un significado especial. Allí dice: “Jehová es mi Pastor. [...] Refresca mi alma. Me guía por los senderos trillados de la justicia por causa de su nombre. Aunque ande en el valle de sombra profunda, no temo nada malo, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado son las cosas que me consuelan” (Salmo 23:1-4). Aunque las condiciones mundiales empeoren, podemos estar seguros de que pronto viviremos en un mundo en el que no existirá el miedo.

[Notas]

^ párr. 9 Si quiere saber cuándo una separación matrimonial está en conformidad con los principios bíblicos, vea ¡Despertad! del 8 de febrero de 2002, pág. 10.

^ párr. 10 Hallará información sobre las víctimas de la violencia doméstica en los números de ¡Despertad! del 8 de noviembre de 2001, págs. 3-12, y del 8 de febrero de 1993, págs. 3-14.

[Ilustraciones de las páginas 8 y 9]

Dios pronto traerá un mundo sin miedo