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Sorprendentes “aspiradoras” marinas

Sorprendentes “aspiradoras” marinas

Sorprendentes “aspiradoras” marinas

De nuestro corresponsal en Fiji

“Se arrastran por el fondo del mar a paso de tortuga, o se abren camino sorbiendo el barro rico en compuestos orgánicos. Los hay en todas partes, desde la zona intermareal hasta lo más profundo del océano. Como una manada de ñus en miniatura avanzando lentamente por las llanuras abisales, se alimentan de las nutritivas partículas orgánicas que se depositan en el lecho marino.” Philip Lambert, conservador del Royal British Columbia Museum.

TAL vez le sorprenda que alguien se deshaga en elogios hablando del humilde pepino de mar, también llamado holoturia o cohombro de mar, al que algunas personas han descrito como “una especie de salchicha gomosa”. ¿Ocultará esta criatura algo que a simple vista no se ve?

Sin prisa pero sin pausa

Se dice que los pepinos de mar están emparentados con las estrellas y los erizos de mar. Aunque guardan cierto parecido con las babosas —caracoles marinos desprovistos de concha—, son muy diferentes. Hasta el momento se han clasificado más de mil cien especies. La mayoría, incluidas las comestibles, no llaman la atención, mientras que otras se engalanan con los más extravagantes atavíos. A muchas variedades les sobresalen unos bultitos en la piel que les dan el aspecto de pepinos granulosos.

Pese a que su tamaño puede oscilar entre el microscópico y los cinco metros [15 pies] de largo, en su mayoría miden de 10 a 30 centímetros [4 a 12 pulgadas]. Se piensa que constituyen más del noventa por ciento de las criaturas que viven a 8.000 metros [26.000 pies] de profundidad, lo que los convierte en el organismo más abundante de algunas fosas oceánicas. La mayor parte vive sobre el lecho marino, pero unas cuantas especies de aguas profundas también pueden nadar.

En todos los océanos del mundo hay pepinos de mar que buscan sin descanso sedimentos orgánicos. Como si fueran un grupo de aspiradoras, limpian el lodo del fondo marino absorbiendo grandes cantidades de sedimento, extrayendo de él la materia orgánica y dejando tras de sí arena depurada. En tan solo una hectárea [1 acre] de arrecife coralino pueden vivir hasta 5.000 ejemplares.

Su alimentación consiste en organismos microscópicos y detritos que encuentran depositados en el fondo o que son arrastrados por la corriente. Disponen de hasta treinta tentáculos con forma de pluma y unas terminaciones nerviosas especiales en las puntas. Con estos tentáculos detectan y recogen partículas nutritivas, y luego se los llevan ordenadamente a la boca uno detrás de otro, como si se “chuparan los dedos”, antes de proseguir la búsqueda.

Algunas variedades albergan en sus intestinos a ciertos peces, además de otras criaturas, que salen de noche a comer. Entre estos “invitados” se encuentran veintisiete especies de peces perla, de la familia de los carápidos. Si algo los asusta, de inmediato regresan a su escondite. Se sabe incluso de algunos que devoran los órganos reproductores y respiratorios de sus “anfitriones”. Con todo, esto no afecta al pepino de mar, pues tiene la capacidad de regenerar el tejido perdido.

Cuando se sienten amenazados

No cabe duda de que los pepinos de mar se merecen un poco más de atención la próxima vez que se los encuentre en su hábitat. Pero tenga cuidado: si perciben una amenaza, estas “aspiradoras” marinas cuentan con un amplio repertorio de mecanismos de defensa. Algunas, por ejemplo, expulsan un haz de largos hilos pegajosos que enredan o distraen a sus depredadores. Estos filamentos se endurecen con rapidez, de modo que a sus desafortunadas víctimas humanas no les queda más remedio que afeitar la zona donde se pegaron para quitárselos.

Otras especies producen una toxina llamada holoturina, que resulta mortal para muchos peces. En el caso de los seres humanos, es peligrosa para los ojos y puede que provoque un sarpullido en la piel, pero aparte de eso no parece presentar mayores riesgos. Por años, los habitantes de las islas han empleado esta sustancia como eficaz repelente de tiburones, así como para envenenar, matar o aturdir a la pesca. Ciertos estudios revelan que con estas toxinas podrían desarrollarse fármacos para combatir el cáncer y las infecciones. Asimismo, los profesionales de la medicina alternativa utilizan extractos preparados a partir de los pepinos de mar para tratar la artritis, reconstruir el cartílago y reducir la presión arterial. Las holoturias también se procesan para fabricar complejos vitamínicos y suplementos de minerales.

Y eso no es todo. El pepino de mar todavía cuenta con un último recurso para situaciones de emergencia, una reacción con la que la autodefensa cobra una nueva dimensión. Si se trata de moverlo, recurre a la evisceración, esto es, la expulsión de las vísceras, para lo cual en algunos casos llega a desgarrarse. Sorprendido ante semejante reacción, uno quizá se pregunte qué hizo para provocarle una muerte tan repugnante a la pobre criatura. Pero no se preocupe, es bastante probable que no lo haya matado. Simplemente ha sido testigo de un mecanismo de defensa poco habitual. Este animal tiene tal capacidad de recuperación que es capaz de regenerar todos sus órganos internos en cuestión de semanas.

Muy solicitado todavía

La antigua ocupación de pescar pepinos de mar sigue desempeñándose tanto en aguas templadas como tropicales. De hecho, algunos buceadores arriesgan la vida a fin de incrementar su pesca. La mayor parte de las capturas lleva siglos enviándose a China y otras regiones orientales. La preparación de los pepinos de mar secos para su posterior venta exige hervirlos en agua salada, limpiarlos por dentro, ahumarlos y secarlos al sol. Hoy día también se venden congelados.

¿Cree que alguna vez probará el pepino de mar? Es posible. Ahora bien, pese a su nombre, no es probable que lo encuentre en la ensalada. Una vez cocinado, es gelatinoso y casi transparente. Se usa como espesante y aromatizante en las sopas. En Fiji, las variedades locales se preparan con leche de coco, al estilo tradicional de las islas, y el resultado es un delicioso plato de carne correosa y fuerte sabor a marisco.

Aun así, estas industriosas criaturas que pasan desapercibidas sirven para algo más que para preparar un sabroso plato. En realidad, estamos en deuda con ellas por sus incesantes tareas de limpieza a fin de mantener la salud de nuestros océanos. Llamémoslas como las llamemos —holoturias, cohombros o pepinos de mar—, estas sorprendentes “aspiradoras” marinas alaban en silencio a Aquel que las creó (Salmo 104:24, 25).

[Ilustraciones y recuadro de la página 24]

Peculiaridades de los pepinos de mar

▪ Su sistema respiratorio difiere mucho del que se considera habitual. El agua penetra por el intestino, y de ella el animal extrae el oxígeno mediante dos grupos de tubos ramificados, llamados árboles respiratorios. Ciertas especies que viven en aguas profundas absorben oxígeno con toda su superficie corporal. Algunas incluso respiran a través de la piel de sus pies.

▪ Los osículos que tienen en vez de huesos les dan su característico aspecto de pepino. Con microscopios electrónicos se ha observado que son espículas con fascinantes formas de ruedas, anclas y anzuelos incrustadas en la piel, lo que le da al animal una textura áspera. Estos minúsculos e intrincados cristales de carbonato de calcio tienen características exclusivas de cada especie, por lo que resultan muy prácticos para distinguirlas.

▪ Se desplazan por energía hidráulica. Controlados por un sistema hidrovascular a base de válvulas, cientos de pies tubulares huecos se mueven sincronizadamente. Mediante la contracción y expansión de unas cámaras, el agua es encauzada hacia los pies para que se extiendan en el orden debido y el animal se desplace.

▪ La reproducción se lleva a cabo por fecundación externa. Tras su nacimiento, las larvas nadan libremente y con el tiempo se asientan en el lecho marino. Se sabe, no obstante, de algunas especies que usan un método más drástico: se dividen transversalmente en dos secciones y luego regeneran las partes que les faltan. Este sistema de reproducción asexual exige una considerable reorganización de los tejidos de ambas partes.

[Reconocimientos]

De arriba abajo: gentileza de Bruce Carlson, del Georgia Aquarium; gentileza del UC Museum of Paleontology, www.ucmp.berkeley.edu; © Houseman/BIODIDAC; Ocean Sky Diving (Hong Kong)

[Ilustración de la página 23]

Pepino de mar expulsando filamentos pegajosos para defenderse

[Ilustración de la página 23]

Pepino de mar granuloso

[Ilustración de la página 23]

Pepino de mar con un tentáculo en la boca

[Ilustraciones de la página 25]

Pepino de mar preparado con leche de coco, al estilo tradicional de las islas

[Reconocimiento de la página 22]

http://www.JohnHarveyPhoto.com

[Reconocimientos de la página 23]

Recuadro superior: © David Wrobel/Visuals Unlimited; fondo: © Phillip Colla/SeaPics.com; extremo inferior izquierdo: © Doug Perrine/SeaPics.com