¿Un lago de color rosa?
¿Un lago de color rosa?
De nuestro corresponsal en Senegal
¿DE VERDAD puede haber un lago de ese color? Al lago Retba se le llama el lago Rosa, y como está a solo 30 kilómetros [18 millas] de nuestro hogar en Dakar (Senegal, África occidental), decidimos visitarlo para comprobar si en realidad merece dicho nombre. Al llegar, contemplamos como sus aguas resplandecen bajo la luz del sol: en efecto, exhiben una preciosa tonalidad rosada. Según nos explica el guía, esta se produce al reaccionar la luz solar con los microorganismos del agua. No obstante, el lago tiene mucho más que ofrecer.
El lecho del lago es en realidad un yacimiento de sal. Debido a la gran salinidad de sus aguas poco profundas se puede flotar sin esfuerzo en la superficie, y vemos que algunos visitantes no dejan pasar la oportunidad de probarlo.
Resulta obvio que el lago Rosa constituye una fuente de ingresos para cientos de personas (1). En sus orillas hay trabajadores que cargan sal en camiones. Nos detenemos por un momento a observar cómo la gente de la zona extrae la sal. Con el agua hasta el pecho y provistos de largos picos, los hombres la arrancan del fondo. Después la echan a paladas en cestos y la cargan en barcas. Uno de ellos nos explica que se tardan tres horas en recoger una tonelada. Las barcas regresan tan cargadas que apenas se mantienen a flote (2). Cuando llegan a la orilla, las mujeres se encargan del resto, acarreando la sal en baldes sobre la cabeza (3). Trabajan juntas con la misma eficacia de una cinta transportadora.
El viaje fue una experiencia fascinante. Este lago de color rosa es otra de las muchas maravillas que convierten a nuestro planeta en una valiosa dádiva de Jehová (Salmo 115:16).
[Reconocimiento de la página 18]
Fotografía de Jacques CLEMENT (Clichy, FRANCIA), en http://community.webshots.com/user/pfjc