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Casas con “abrigos de piel”

Casas con “abrigos de piel”

Casas con “abrigos de piel”

De nuestro corresponsal en Ucrania

POR toda Ucrania se encuentran casas, oficinas y comercios cubiertos con un estilo tradicional de terminado de paredes llamado shuba, que significa “abrigo de piel”. Una vez aplicado, hace que la pared se parezca al forro lanudo de un abrigo de piel de borrego. Es tan bello que lo procuran aristócratas para sus lujosas mansiones, y hasta humildes campesinos consideran justificado el gasto para sus modestas viviendas.

La técnica para aplicar este tipo de acabado puede aprenderse en unos dos años. Las herramientas necesarias son pocas y simples: un recipiente para la mezcla de cemento, una escoba corta y un palo o una varilla. No obstante, las habilidades necesarias para crear los efectos de este estilo en particular no son nada simples.

El shuba es más que un enlucido, pues implica una variedad de figuras, formas, colores y grosores. De modo que únicamente quien tenga el don de captar las posibilidades artísticas del edificio que tiene ante sí será capaz de dominar este arte de engalanar una casa.

Hay quienes trazan sobre la pared las figuras geométricas o los dibujos deseados antes de aplicar el revestimiento. Los contrastes se logran empleando cementos oscuros y claros en grosores distintos. Una vez seco, se le aplica pintura en aerosol para realzar su belleza y añadirle variedad.

El maestro sujeta la escoba con una mano y la introduce en el cemento. A continuación la golpea vigorosamente contra el palo, que sostiene con la otra mano. Así, el cemento sale disparado y termina sobre la pared. Trabajando a un ritmo constante, el maestro reviste de 20 a 25 metros cuadrados al día.

Aunque aplicar shuba es una tarea muy laboriosa, el mantenimiento que requiere es mínimo. Todo lo que hay que hacer es rociar las paredes con agua una vez al año para eliminar el polvo y pintar cualquier sección descolorida. Así el shuba durará largo tiempo. La verdad es que muchos hogares parecen todavía nuevos, a pesar de que su “abrigo” lleva veinte años puesto.

Un artesano tuvo la oportunidad de aplicar sus conocimientos en el extranjero. Mientras estaba en Balingen (Alemania) visitando a un amigo, él le pidió que le aplicara shuba a la casa. El estilo, tan común en Ucrania, resultó toda una novedad en esa ciudad.

El vecindario entero estuvo atento mientras el maestro trabajaba. Un contratista de obras, atónito, observaba cuánta belleza podía crearse con tan simples herramientas. Mientras pasaban, los conductores reducían la velocidad y estiraban el cuello para alcanzar a ver la escena, e incluso un reportero tomó fotos para el periódico local. Al final, el municipio le concedió un premio a la vivienda.

¿Quedaría bien el shuba en su vecindario? Quién sabe, puede que un hermoso “abrigo de piel” nuevo mejore su imagen.

[Ilustración de la página 23]

Casa con shuba, ganadora de un premio en Balingen (Alemania)

[Ilustración de la página 23]

Una escoba corta y un palo, dos de las herramientas del maestro

[Ilustración de la página 23]

Cubrir una casa con shuba exige mucha habilidad