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El poder de los periódicos

El poder de los periódicos

El poder de los periódicos

La I Guerra Mundial trajo consigo la caída de la monarquía alemana y la instalación en el gobierno berlinés de los socialdemócratas. Los comunistas, decididos a derrocarlos, sabían tan bien como ellos que si tomaban las riendas de la prensa, no solo manipularían la opinión pública, sino a las propias masas. De ahí que ambos bandos emprendieran una lucha sin cuartel por el control de la prensa.

EN LOS últimos siglos, los periódicos han influido significativamente en la cultura, la política, los negocios y la vida de millones de seres, de modo que cabría preguntarse qué papel desempeñan en nuestra propia existencia.

Por lo que sabemos, Alemania se convirtió en 1605 en la cuna del primer periódico europeo. En la actualidad hay países donde la lectura del periódico es un acto cotidiano, ya que lo realizan 3 de cada 4 ciudadanos mayores de 14 años. Y mientras que en algunas naciones en vías de desarrollo no se llega a los 20 ejemplares diarios por cada 1.000 habitantes, en Noruega se sobrepasan los 600. En total, hay en el mundo unos treinta y ocho mil rotativos luchando por abrirse paso en el mercado.

Además de informar sobre sucesos importantes, realizan una labor más trascendental: forjar la opinión de muchos lectores. “La lectura del diario —indica Dieter Offenhäusser, de la comisión alemana de la UNESCO— [...] condiciona nuestras actitudes, nuestra conducta e incluso nuestras convicciones fundamentales.”

Los historiadores afirman que estas publicaciones han instigado, respaldado y justificado guerras como la francoprusiana (1870-1871), la hispanonorteamericana (1898) y la de Vietnam (1955-1975). También han arruinado la reputación de diversas figuras de los negocios, la ciencia, el espectáculo y la política al divulgar sus escándalos. Por ejemplo, a mediados de la década de 1970, el periodismo de investigación desató en el famoso caso Watergate una serie de acontecimientos que forzaron la dimisión del presidente estadounidense Richard M. Nixon. En efecto, sea para bien o para mal, la prensa posee un tremendo poder.

Pero ¿cómo llegó a ejercer tanta influencia? ¿Cuánta fiabilidad tiene? ¿Qué precauciones nos ayudarán a sacarle el máximo beneficio?

[Ilustración de la página 3]

Tras la I Guerra Mundial, vino la guerra de la prensa berlinesa