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Los misteriosos círculos de África

Los misteriosos círculos de África

Los misteriosos círculos de África

En una franja de 2.000 kilómetros [1.500 millas] que bordea el límite occidental del desierto del Namib, en el sudoeste africano, salpican el paisaje manchas redondas de tierra estéril y arenosa de dos a diez metros de diámetro [6 a 30 pies], cada una rodeada de un anillo de hierba alta. Algunos visitantes dicen que se ven como si fueran cicatrices de varicela terráquea; otros opinan que parecen las marcas que hubieran dejado unas gigantescas gotas de agua. La tradición local les atribuye poderes mágicos, y hay tribus que afirman que cada círculo rodea la tumba de un bosquimano muerto en alguno de los múltiples conflictos entre bosquimanos y colonizadores ocurridos a lo largo de los siglos.

La ciencia también les busca desde hace mucho una explicación. En 1978, creyendo que terminarían moviéndose de lugar, unos investigadores marcaron con estacas metálicas el centro de algunos círculos. Veintidós años después seguían en el mismo sitio. El periódico londinense The Daily Telegraph indica que existen numerosas teorías sobre su formación: “actividad de termitas, envenenamiento por plantas tóxicas del lugar, contaminación por minerales radioactivos y hasta los baños de tierra de los avestruces”. Gretel van Rooyen, profesora de Botánica de la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) que condujo una reciente investigación para tratar de explicar el fenómeno, dice: “Probamos las teorías una por una, y una por una las fuimos descartando”.

Con todo, lo que sí descubrieron, y que pudiera revestir cierta importancia, es que la hierba se marchitaba si la sembraban en tierra tomada del interior de los círculos, pero crecía bien si la tierra se tomaba del anillo de hierba circundante, lo que confirmó que se trata de dos suelos distintos. Y aunque las primeras pruebas no arrojaron ninguna explicación, Van Rooyen confía en que conseguirá más datos analizando el suelo con un espectrómetro de masas. La profesora se pregunta si existirán elementos tóxicos en la tierra de los círculos. “Pero aun si los descubrimos —opina ella en la revista New Scientist—, la próxima interrogante será cómo llegaron allí.” Por ahora, los círculos seguirán siendo uno de los muchos fascinantes misterios que encierra nuestro planeta.

[Reconocimiento de la página 27]

Cortesía de Austin Stevens