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La solución definitiva al problema de la pobreza

La solución definitiva al problema de la pobreza

La solución definitiva al problema de la pobreza

EN EL mundo hay cientos de millones de personas que viven en la miseria. Es evidente que los seres humanos necesitan un gobierno justo e incorruptible que esté decidido a corregir esta injusticia y sea capaz de hacerlo. Pero ¿es realista esperar que lo consigan?

La historia muestra lo acertada que es esta advertencia bíblica: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna” (Salmo 146:3). ¿Verdad que los políticos y sus administraciones suelen decepcionar a la gente? Entonces, ¿en quién podemos confiar?

Pues bien, desde hace siglos, millones de personas le piden a Dios un gobierno que elimine las injusticias. Quizá el lector también haya recitado la famosa oración modelo que enseñó Jesús: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra. Danos hoy nuestro pan para este día; y perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo” (Mateo 6:9-13).

¿Es este Reino el gobierno que necesitamos? ¿Es justo e incorruptible? ¿Tiene la capacidad de corregir las injusticias? ¡Claro que sí! La persona que lo estableció, Aquel a quien nos dirigimos con las palabras “Padre nuestro que estás en los cielos”, es el “Dios justo y [...] Salvador”, quien se distingue por ser “justo en todas sus obras” (Isaías 45:21; Daniel 9:14). Puesto que la Biblia dice que sus “ojos” son tan puros que no soporta “ver lo que es malo”, sabemos que su gobierno nunca se volverá corrupto (Habacuc 1:13). Y como él “no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto”, tenemos la certeza de que se interesa por igual en el bienestar de cada uno de nosotros (Hechos 10:34, 35; Romanos 2:11).

Un gobierno ya establecido

Aunque está en los cielos, el Reino de Dios dirigirá los asuntos de la Tierra para que se cumplan los propósitos divinos. Una de sus principales medidas será eliminar algo imperfecto —los gobiernos humanos— para instaurar algo perfecto: la administración divina. En Daniel 2:44 se promete: “Y en los días de aquellos reyes [o gobiernos] el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”.

Bajo la dirección de este Reino se hará finalmente la voluntad divina tanto en la Tierra como en el cielo. Es muy alentador saber que pronto no quedará ni rastro de las desigualdades que dividen hoy al mundo en ricos y pobres. La riqueza dejará de estar en manos de unos cuantos privilegiados.

El Reino de Dios ya ha adoptado las medidas pertinentes para resolver estos problemas de una vez por todas. La cronología bíblica y los sucesos mundiales indican claramente que dicho gobierno se estableció en los cielos en 1914. * Así, desde hace casi un siglo se están colocando las bases de un nuevo mundo justo.

Quienes reconocen este gobierno y se someten a él tratan al prójimo sin favoritismo. Los testigos de Jehová predican en casi todos los países y ofrecen a cada persona, sea rica o pobre, la oportunidad de aprender lo que debe hacer para obtener vida eterna (Juan 17:3). Además, no permiten que en sus congregaciones haya distinciones de clase ni que se valore a nadie por sus bienes. Al contrario, respetan a cada cual por lo que es y dan mucha más importancia a los valores espirituales.

¿Le gustaría saber qué debe hacer para vivir bajo ese gobierno justo? Pues empiece a investigar hoy mismo. Descubrirá que hay razones sólidas para esperar con ilusión el mundo que no estará dividido en ricos y pobres.

[Nota]

^ párr. 9 Véanse las págs. 95-107 del libro El conocimiento que lleva a vida eterna, editado por los testigos de Jehová.

[Ilustraciones y recuadro de las páginas 8 y 9]

Una hermandad de ricos y pobres

▪ Al término de la II Guerra Mundial, numerosos testigos de Jehová de Europa y Asia necesitaban comida, ropa y vivienda. Los Testigos de varios países mandaron toneladas de ropa y alimentos a sus hermanos europeos, filipinos y japoneses. Desde Estados Unidos y Canadá se envió ayuda a Alemania, Austria, Bélgica, Checoslovaquia (las actuales República Checa y Eslovaquia), Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Inglaterra, Italia, los Países Bajos, Polonia y Rumania.

[Ilustraciones]

Estados Unidos

Suiza

Alemania

▪ En el verano de 1994, un grupo de voluntarios europeos acudieron prestamente a socorrer a sus hermanos cristianos de Ruanda. Con gran eficiencia, se establecieron y coordinaron varios campamentos y hospitales de campaña para los refugiados. Grandes cantidades de ropa, mantas (frazadas), comida y publicaciones bíblicas se distribuyeron entre más de siete mil damnificados, casi el triple de los Testigos que había entonces en Ruanda.

▪ Dos años después, en 1996, estalló un conflicto armado en la región oriental de la República Democrática del Congo, a raíz del cual se perdieron las cosechas, se saquearon las reservas de alimento y se cortaron las líneas de abastecimiento. Como la mayoría solo podía comer una vez al día, se extendieron las enfermedades y la desnutrición. Los testigos de Jehová europeos reaccionaron sin dilación y organizaron un grupo de socorro —en el que había varios médicos— que voló a la zona con dinero y medicamentos. Para junio de 1997, los Testigos de Bélgica, Francia y Suiza habían donado media tonelada de medicinas, 30 toneladas de víveres (10 de ellas eran de galletas ricas en proteínas), 90 de ropa, 18.500 pares de zapatos y 1.000 mantas, todo por un valor de casi un millón de dólares.

▪ Pero los testigos de Jehová se interesan aún más en satisfacer las necesidades espirituales de la gente. Por eso construyen centros de educación religiosa llamados Salones del Reino. En 1997 se publicó el siguiente informe: “Con la asistencia de los hermanos del extranjero, la Sociedad [Watch Tower] ha ayudado a construir 413 nuevos Salones del Reino y a renovar 727 más en 75 países en un período de apenas cuatro meses”. Y en el 2003, este otro informe señaló: “Rumania es uno de los países europeos que se benefician del programa de ayuda para construir Salones del Reino en naciones de recursos limitados. Desde julio de 2000 se han construido 124. En Ucrania, utilizando un modelo estándar para la mayoría de los salones, se edificaron 61 durante 2001 y otros 76 en el año 2002. Gracias a las contribuciones efectuadas al Fondo para Salones del Reino, se han levantado cientos de salones en Bulgaria, Croacia, Macedonia, Moldavia, Rusia y Serbia y Montenegro”.

[Ilustraciones]

Croacia

Bulgaria

Rumania

[Ilustración de la página 7]

Voluntaria ayudando a dos refugiados huérfanos

[Reconocimiento]

© Liba Taylor/Panos Pictures

[Ilustración de la página 10]

Los testigos de Jehová difunden un mensaje de esperanza

[Ilustración de la página 10]

El Reino de Dios eliminará la pobreza