Las personas sin hogar: ¿hay algún remedio?
Las personas sin hogar: ¿hay algún remedio?
“DALE pescado a una persona y tendrá alimento para un día. Enséñale a pescar y tendrá alimento para toda la vida.” Este dicho ilustra la verdad de que limitarse a satisfacer la necesidad física inmediata de alguien tal vez sirva de poco. Es mejor enseñar a la gente a resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades por sí misma. A muchas personas hay que enseñarles destrezas básicas del diario vivir, o incluso una actitud totalmente distinta ante la vida.
Los testigos de Jehová están convencidos de que la ayuda más eficaz para quienes carecen de hogar consiste en enseñarles el mejor modo de vivir. Para ello, estas personas tienen que poner en práctica los mejores consejos: los de nuestro Creador. ¿Y quién puede estar más capacitado que él para aconsejar? Sus recomendaciones ayudan a evitar muchos de los problemas que conducen a la pérdida del hogar. Y a quienes ya lo han perdido pero son de corazón
recto los ayudan a superar la situación. Claro, la lectura de la Biblia por sí sola no resuelve todos los problemas. Sin embargo, la Palabra de Dios sí contribuye a que uno deje vicios costosos, recupere el amor propio y lleve una vida más digna.Muchos se han quedado sin hogar debido al consumo de sustancias adictivas, a una vida de delito, a dificultades económicas o a la desintegración de su familia. La Biblia ofrece consejos útiles para todo ello. Millones de personas ya los han puesto en práctica y han logrado cambiar su actitud ante la vida e incluso su personalidad. Sin embargo, es obvio que con solo aplicar los consejos bíblicos no se acabará con todo lo que contribuye a la carencia de vivienda. Algunos factores, como las catástrofes naturales, la mala salud, la pobreza generalizada y las adicciones, exigen normalmente otro tipo de ayuda. Aunque los testigos de Jehová hacen todo lo posible para ayudar a las víctimas de tales problemas, reconocen que la solución definitiva solo puede proporcionarla el Creador de la humanidad. La pregunta es: ¿lo hará?
El propósito original de Dios
Existen buenas razones para creer que la falta de vivienda será pronto algo del pasado. ¿Cuáles son esas razones? Piense en lo siguiente: Jehová Dios proporcionó un buen hogar a nuestros primeros padres, pues los puso en un paraíso donde había todo cuanto necesitaban. Si Adán y Eva hubieran seguido la guía de su Creador, habrían extendido dicho paraíso hasta los confines del planeta. Sus descendientes habrían disfrutado de prosperidad y de hogares cómodos. Todo miembro de la familia humana habría podido contar con el amor y la cooperación de los demás miembros. Este era el propósito original de Dios, y todavía lo es (Salmo 37:9-11, 29).
Pues bien, todo lo que él se propone se realiza sin falta (Isaías 55:10, 11). La Biblia predice que llegará el día en el que toda persona tendrá su propio hogar y disfrutará de prosperidad material. Está claro que, para que eso sea posible, la sociedad humana tal como la conocemos ahora tiene que cambiar, y tal cambio se producirá cuando Dios intervenga en los asuntos de la humanidad. A dicha intervención se refería Jesús cuando les dijo a sus discípulos que le pidieran a Dios: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:9, 10).
Bajo la justa gobernación del Reino de Dios, la humanidad obediente verá el cumplimiento de esta alentadora profecía: “Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán [...]. No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá. [...] La obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal” (Isaías 65:21, 22). En pocas palabras, nadie carecerá de hogar.
Los testigos de Jehová se esfuerzan por brindar ayuda espiritual a quienes la necesitan. Desean ofrecer el tipo de atención amorosa que Jesús recomendó (Mateo 22:36-39). Y ese mismo interés es el que los impulsa a acudir en auxilio de quienes han perdido su hogar a raíz de algún desastre natural. *
Los testigos de Jehová son realistas y se dan cuenta de que es imposible ayudar a todo el mundo. Jacek, de Polonia, que vive en un albergue para gente sin hogar, reconoce con respecto a quienes se encuentran en su misma situación: “Algunos son agresivos o están bajo los efectos de las drogas. Otros
sienten aversión por las cuestiones religiosas, pues creen que Dios no se interesa en ellos. Pero también hay quienes responden favorablemente al mensaje de la Palabra de Dios”. El propio Jacek es un ejemplo de ello, ya que está aprendiendo lo que la Biblia realmente enseña.Otra persona que reaccionó bien a dicho mensaje es Roman, enfermo de sida que hasta hace poco vivía en la calle. “Cuando llegué a la unidad de cuidados de los servicios sociales, no sabía que los testigos de Jehová se reunían cerca de ese lugar —recuerda él—. Poco después, me abordaron en la calle y me explicaron que Dios escucha a las personas sin hogar que le suplican ayuda. También me invitaron a asistir a una de sus reuniones.” (Salmo 72:12, 13.)
¿Qué efecto tuvo en él lo que escuchó allí? “Aprendí que puedo vivir para siempre en el Paraíso en la Tierra y que para Dios soy valioso. Al estar rodeado de nuevos amigos que se preocupaban por mí, cesé de pensar solo en mi situación y empecé a cambiar mi personalidad. El amor a Dios me impulsó a dejar de fumar y a prometerle que andaría en el camino de la justicia.”
Roman progresó rápidamente en sentido espiritual y se bautizó como testigo de Jehová. Con la ayuda de sus hermanos en la fe y de las autoridades, pudo mudarse a una vivienda adecuada. Ahora cuenta satisfecho: “Siento una felicidad indescriptible. Me he acercado al Dios amoroso, y él ha hecho que mi vida vuelva a tener propósito. Me ha dado una maravillosa familia de hermanos y hermanas, así como un hogar”.
El futuro de las personas sin hogar
Los testigos de Jehová hacen lo posible por ser comprensivos con todos los miembros de su comunidad, incluidos los que carecen de vivienda. Desean de corazón darles a conocer las verdades bíblicas que hablan de un futuro mejor y que, incluso ahora, pueden transformar la vida de la gente (Juan 8:32).
“Lo que se hace torcido no se puede enderezar”, dice la Biblia (Eclesiastés 1:15). En efecto, a pesar de las buenas intenciones de los voluntarios y las autoridades, los problemas sociales tan arraigados como la carencia de hogar y la pobreza son difíciles de erradicar. Sin embargo, la Biblia nos asegura que pronto, bajo el Reino de Dios, todas las personas obedientes vivirán en condiciones perfectas.
[Nota]
^ párr. 9 Pueden encontrarse varios ejemplos en ¡Despertad! del 8 de enero de 1993, págs. 14-21; del 22 de octubre de 2001, págs. 23-27, y del 8 de agosto de 2003, págs. 10-15.
[Ilustración de la página 8]
Madre refugiada de Somalia con su tarjeta de racionamiento en la mano
[Reconocimiento]
© Trygve Bolstad/Panos Pictures
[Ilustración de la página 9]
Lo que más necesitan las personas sin hogar es una esperanza para el futuro
[Ilustraciones de la página 10]
Bajo el Reino de Dios, todo el mundo tendrá un hogar