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Mikael Agricola: “el hombre que inició una era”

Mikael Agricola: “el hombre que inició una era”

Mikael Agricola: “el hombre que inició una era”

DE NUESTRO CORRESPONSAL EN FINLANDIA

“Ningún otro libro ha tenido una influencia más amplia y profunda sobre la cultura, el pensamiento y los valores finlandeses que la Biblia.” (Biblia 350. La Biblia y la cultura finlandesas.)

¿TIENE usted acceso a las Santas Escrituras en su propia lengua? Es muy probable que así sea, pues hay versiones completas de la Biblia, o partes de ella, en más de dos mil idiomas. Y este logro no es fruto de la casualidad. A lo largo de la historia, muchos hombres y mujeres han trabajado arduamente para traducir la Biblia a las lenguas vernáculas, enfrentándose incluso a grandes dificultades. Mikael Agricola fue uno de estos hombres.

Agricola fue el erudito que emprendió la tarea de traducir la Biblia al finlandés. El conjunto de su obra literaria contribuyó al nacimiento de la cultura finlandesa tal como se conoce en la actualidad. No es de extrañar que se le considere “el hombre que inició una era”.

Mikael Agricola nació hacia el año 1510 en el pueblito de Torsby, al sur de Finlandia. Su padre tenía una granja, y de ahí le vino el apellido Agricola. Como se crió en una región bilingüe, es probable que Mikael hablara tanto sueco como finlandés. Amplió sus conocimientos lingüísticos mientras asistía a una escuela latina en la ciudad de Viborg. Posteriormente se trasladó a Turku, que por entonces era el centro administrativo de Finlandia, y allí fue secretario de Martti Skytte, obispo católico del país.

La religión y la política de su época

Durante este período de la vida de Agricola, Escandinavia se hallaba en el caos. Suecia luchaba por romper sus vínculos con la Unión de Kalmar, integrada por los países escandinavos. En 1523, Gustavo I fue coronado rey de Suecia. Aquello tendría profundas repercusiones en Finlandia, que entonces era una provincia sometida al gobierno sueco.

El nuevo monarca estaba decidido a consolidar su poder. Para alcanzar sus objetivos, se unió al movimiento religioso conocido como la Reforma, que se propagaba rápidamente por el norte de Europa. Al sustituir el catolicismo por el luteranismo como religión oficial en su reino, rompió los vínculos con el Vaticano, les quitó autoridad a los obispos católicos y se adueñó de las arcas de la Iglesia. Hasta el día de hoy, la mayoría de la población de Suecia y de Finlandia es luterana.

Un objetivo importante del protestantismo era celebrar los oficios religiosos en los idiomas comunes de la gente en vez de en latín. Por ello, en 1526 se publicaron en sueco las Escrituras Griegas Cristianas, o “Nuevo Testamento”. Con todo, los vientos de la Reforma protestante soplaban con mucha menos intensidad en Finlandia. En aquel momento había poco interés en traducir la Biblia al finlandés. ¿Por qué?

“Gran trabajo y molestia”

Una de las razones principales era que casi no existía literatura en finlandés. Para mediados del siglo XVI, los únicos escritos eran unas pocas oraciones católicas. Por lo tanto, la tarea de traducir las Santas Escrituras a esta lengua requería poner por escrito muchas de las palabras por primera vez, así como acuñar expresiones y frases totalmente nuevas. Y había que hacerlo sin la ayuda de libros de gramática finlandesa. A pesar de todo, Agricola emprendió la tarea de traducir la Biblia.

En 1536, Skytte, obispo católico de Finlandia, envió a Agricola a Wittenberg (Alemania) para que ampliara sus estudios de teología e idiomas. Fue en esa ciudad donde veinte años antes habían resonado los ecos del martillo de Lutero cuando, según algunos relatos, este clavó sus famosas 95 tesis en la puerta de la iglesia del castillo.

Mientras se hallaba en Wittenberg, Agricola hizo algo más que estudiar. Comenzó la monumental tarea de traducir la Biblia al finlandés. En 1537, en una carta dirigida al rey de Suecia, escribió: “Mientras Dios siga guiando mis estudios, trataré de seguir con algo a lo que ya he dado comienzo, la traducción del Nuevo Testamento al idioma del pueblo finlandés”. Cuando volvió a su país natal, prosiguió con las labores de traducción, al mismo tiempo que desempeñaba un puesto de rector.

Traducir la Biblia resultó tan arduo para Agricola como para los demás pioneros en este campo. Incluso Lutero había llegado a exclamar: “¡Qué gran trabajo y molestia es forzar a los escritores hebraicos a hablar en alemán!”. Por supuesto, Agricola pudo consultar versiones en otras lenguas, pero las mayores dificultades a las que tuvo que enfrentarse radicaban en la propia naturaleza del idioma finlandés. De hecho, se trataba de una lengua que casi nunca se había puesto por escrito.

Por ello, fue como si Agricola estuviera construyendo una casa sin planos y con materiales escasos y dispersos. ¿Cómo lo logró? Comenzó por escoger palabras de varios dialectos finlandeses y escribirlas tal como se pronunciaban. Es probable que fuera él quien acuñara en finlandés términos para “gobierno”, “hipócrita”, “manuscrito”, “fuerza militar”, “modelo” y “escriba”. Inventó palabras compuestas, creó derivados y tomó préstamos de otras lenguas, en especial del sueco. Entre dichas expresiones se cuentan enkeli (ángel), historia, lamppu (lámpara), marttyyri (mártir) y palmu (palmera).

La Palabra de Dios en el idioma del pueblo

Finalmente, en 1548 se publicó la primera entrega de la traducción de Agricola, a saber, Se Wsi Testamenti (El Nuevo Testamento). Algunos creen que la obra se había terminado cinco años antes, pero que la falta de dinero retrasó su publicación. Parece ser que el propio Agricola financió gran parte de la impresión.

Tres años después aparecieron los Dauidin Psaltari (Los Salmos), que Agricola probablemente tradujo con la ayuda de sus colegas. También dirigió parte de la traducción de los libros de Moisés y de los profetas.

Reconocía humildemente sus limitaciones, y escribió con franqueza: “Que ningún cristiano y persona devota o lector de este sagrado libro se tome a mal que en esta nueva traducción haya algo errado o peculiar y desagradable, o expresado de una forma nueva”. A pesar de cualquier deficiencia que pudiera haber en los trabajos de Agricola, la tenacidad y el esmero que mostró al poner la Biblia a disposición de la gente común son verdaderamente encomiables.

El legado de Agricola

A principios de 1557, este erudito —que para entonces era luterano y obispo de Turku— fue elegido para encabezar una delegación enviada a Moscú para resolver disputas fronterizas entre Suecia y Rusia. La misión tuvo éxito. No obstante, los rigores del viaje de vuelta al parecer provocaron que enfermara repentinamente y muriera en el camino. Tenía unos 47 años.

Durante su vida relativamente corta, Agricola solo escribió unas diez obras en finlandés, con un total de 2.400 páginas. Sin embargo, muchos creen que este “hombre que inició una era” impulsó el desarrollo de la cultura finlandesa. A partir de entonces, el idioma y la gente del país han logrado grandes progresos en los campos del arte y las ciencias.

Lo que es más importante, Mikael Agricola contribuyó al inicio de otro tipo de era, al hacer más entendible la Palabra de Dios para quienes hablaban finlandés. Así lo resume un poema conmemorativo escrito en latín tras su muerte: “Dejó tras de sí un legado excepcional: no un testamento, sino su obra, pues tradujo los libros sagrados al finlandés. ¡Una obra digna de alabanza!”.

[Ilustración y recuadro de la página 23]

La Biblia en finlandés

La primera Biblia completa en finlandés, basada principalmente en la obra de Mikael Agricola, se publicó en 1642. Con el tiempo se convirtió en la Biblia oficial de la Iglesia Luterana de Finlandia. El texto experimentó varias revisiones menores a lo largo de los años, pero permaneció virtualmente sin cambios hasta 1938. La última revisión se publicó en 1992.

Aparte de esta versión, la única Biblia completa que existe en finlandés es la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, publicada por los testigos de Jehová en 1995. Veinte años antes, en 1975, los Testigos ya habían editado una traducción de las Escrituras Griegas Cristianas. La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras se apega al máximo al texto original. Hasta la fecha se han impreso 130 millones de ejemplares.

[Ilustración de la página 22]

Mikael Agricola y la primera Biblia en finlandés (tarjeta postal de 1910)

[Reconocimiento]

National Board of Antiquities/Ritva Bäckman

[Ilustración de la página 23]

“El Nuevo Testamento”, de Agricola

[Reconocimiento de la página 21]

National Board of Antiquities