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Visita a un centro de miembros artificiales

Visita a un centro de miembros artificiales

Visita a un centro de miembros artificiales

DE NUESTRO CORRESPONSAL EN NUEVA ZELANDA

DOS razones me impulsaron a hacer una cita en el centro protésico Artificial Limb Centre, de Wellington (Nueva Zelanda). La primera, que mi pierna artificial necesitaba reparación, y la segunda, que quería conocer las instalaciones e informarme mejor sobre cómo se construyen los miembros artificiales.

Mi protesista accedió amablemente a mi solicitud, y el recorrido fue una experiencia muy agradable que, además, aumentó mi aprecio por la habilidad y dedicación de quienes trabajan en este campo.

Una prótesis es un reemplazo artificial de alguna parte del cuerpo. Al “campo del conocimiento relacionado con las prótesis” se le llama protésica, y protesista es la “persona capacitada en protésica y que practica su aplicación en casos individuales” (Diccionario enciclopédico ilustrado de medicina Dorland).

¿Cómo se hace una pierna artificial?

La mayoría de los pacientes que acuden a este centro vienen para que les hagan una pierna artificial. Una vez que el muñón ha sanado por completo, se cubre con una media de algodón. Luego se le saca un molde de yeso, con el cual se hace un duplicado exacto. Este duplicado se usa entonces para fabricar una pieza de acoplamiento, que irá unida a la prótesis, y así continúan los pasos para fabricar una pierna totalmente funcional que reemplace a la que falta. Existe una técnica más moderna y eficaz que consiste en valerse de programas computarizados (conocidos como CAD/CAM) para medir el muñón y luego tallar una réplica exacta de este con una máquina.

Luego de que presencié demostraciones del dominio técnico de quienes trabajan en el centro, me mostraron algunos dispositivos prefabricados de importación. Quedé impresionado con la rodilla hidráulica que lleva una pieza de acoplamiento termoplástico, cuya forma puede adaptarse o readaptarse con calor para mayor comodidad del paciente. Existen catálogos ilustrados muy completos publicados por proveedores de todo el mundo.

En las etapas finales de fabricación de una pierna artificial, se alinean con cuidado la pieza de acoplamiento, la rodilla, la piel y el pie para que el modo de andar sea lo más natural posible. Por último se confecciona una cubierta de goma espuma para esconder los “huesos” del miembro artificial, y se le da un acabado estético que se acerque lo mejor posible al aspecto natural de la extremidad.

Una vez que la persona se acostumbra a la prótesis a un grado razonable, puede pedir una cita para que lo examine el cirujano ortopedista que acude al centro. La intención es que este profesional realice una última inspección que asegure el máximo rendimiento del nuevo miembro.

Niños y deportistas

Mientras hacía el recorrido, me llamó la atención una niñita a la que no le daba vergüenza enseñarnos su muñón y la prótesis. Luego la vi brincando por el lugar, al parecer con la mayor tranquilidad del mundo.

Puse mucha atención a lo que mi protesista dijo sobre los niños que pierden un miembro. Me mostró una mano pequeñita y me explicó que se usa incluso con bebés de seis meses. ¿Por qué? Porque así se van acostumbrando para cuando tengan que usar una mano o un brazo artificial permanente. Me explicó que, sin dicho entrenamiento, el pequeño se acostumbra a depender de un solo brazo, y más tarde se le hace difícil aprender a usar los dos.

Me enteré de que, no hace mucho, una empresa europea envió a Sydney (Australia) un contenedor con prótesis para algunos atletas de los Juegos Paralímpicos. Los participantes no tuvieron que pagar y, además, contaron durante las pruebas con el apoyo de varios protesistas, algunos de ellos neozelandeses.

Entre los miembros artificiales había algunos concebidos especialmente para el deporte. Por ejemplo, me mostraron un dispositivo que incluía el pie y el tobillo, ambos hechos con materiales especiales para reproducir la elasticidad natural del pie humano.

Logros modernos

¿Qué depara el futuro para los miembros artificiales? Mi protesista me habló de una pierna computarizada; en Nueva Zelanda hay como mínimo un paciente que ya la está utilizando. Según me explicó, los sensores del aparato responden a la presión para reproducir los movimientos naturales de la persona al caminar.

En algunos países hay hábiles cirujanos ortopedistas probando una técnica llamada osteointegración. En este caso, tras la amputación se inserta un perno especial en el muñón, que servirá de anclaje para el dispositivo artificial, lo cual elimina la necesidad de moldes y piezas de acoplamiento.

También se está investigando la forma de conectar receptores eléctricos a las fibras nerviosas, de modo que la prótesis se pueda controlar con el pensamiento. En Estados Unidos y algunos otros países se han realizado unos cuantos implantes de mano, pero el tratamiento es un tanto polémico y obliga al paciente a tomar fármacos por el resto de su vida para evitar el rechazo del implante.

En cuanto a las extremidades superiores, hoy día se están usando prótesis mioeléctricas. Estos dispositivos cuentan con unos electrodos que registran los impulsos musculares del brazo, que a menudo siguen presentes en el muñón. Los impulsos se amplifican con una batería y se utilizan para controlar los componentes electrónicos del miembro artificial. La más reciente tecnología en este campo utiliza una interfaz de computadora que permite ajustar el brazo artificial a cada usuario.

Lleno de asombro ante tales avances tecnológicos, le pregunté a mi protesista qué pensaba de su funcionamiento, comparado con el de los miembros naturales. Como era de esperar, reconoció enseguida la superioridad del original. Esto me hizo pensar en las palabras del salmista, quien, en una oración dijo al Creador: “Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho” (Salmo 139:14).

[Ilustraciones de la página 23]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

[Ilustraciones]

Las manos mioeléctricas utilizan las señales de los músculos para controlar la velocidad y la fuerza del agarre

[Reconocimiento]

Manos: © Otto Bock HealthCare

[Ilustraciones]

En el interior de esta rodilla de alta tecnología, un conjunto de microprocesadores y campos magnéticos trabajan para adaptar el mecanismo al paso del usuario

[Reconocimiento]

Rodilla: fotos cortesía de Ossur

[Ilustraciones]

Sección transversal de un pie, donde se aprecia la cubierta sintética y la estructura del tobillo

[Reconocimiento]

© Otto Bock HealthCare

[Reconocimiento]

© 1997 Visual Language

[Ilustración de la página 21]

Ajustando una pierna artificial

[Ilustración de la página 22]

Médico colocando la prótesis a un paciente

[Ilustración de la página 23]

Mano diminuta utilizada para entrenar a bebés amputados

[Ilustración de la página 23]

En 2004, el ganador de los 100 metros paralímpicos corrió la pista en 10,97 segundos con un pie de fibra de carbón

[Reconocimiento]

Foto cortesía de Ossur; fotógrafo: David Biene

[Reconocimiento de la página 21]

© Otto Bock HealthCare