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De nuestros lectores

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La trampa de la bebida: ¿un peligro para usted? (8 de octubre de 2005) En muchas ocasiones había leído comentarios de algunos lectores que decían: “Ese artículo llegó justo a tiempo”, pero jamás me imaginé que yo pensaría lo mismo alguna vez. No obstante, fue justo lo que me dije al leer este reportaje. Mi consumo diario de alcohol, aunque no había llegado a la borrachera, me tenía intranquilo ya por algún tiempo. Y entonces llegó la revista. Al enterarme de los peligros que encierra la bebida, decidí que era el momento de librarme de este vicio.

K. W., Alemania

En la revista se menciona la experiencia de Hilario, quien bebió durante treinta años y tuvo “muchas recaídas”. Él dice que los hermanos de la congregación ‘siempre estuvieron a su lado para darle ánimos’. Pero ¿no deberían haberlo censurado o incluso expulsado de la congregación cristiana?

R. L., Estados Unidos

¡Despertad! responde: En los breves comentarios de Hilario no se indica en qué punto de sus treinta años de lucha con el alcohol se bautizó como cristiano. Tampoco se dice si alguna vez los ancianos lo censuraron. No obstante, sí se menciona que recibió “consejos bíblicos pertinentes”, algo que a veces se hace durante una audiencia judicial. En la lucha contra el alcoholismo, las recaídas son frecuentes, y eso fue lo que le ocurrió a Hilario. Si desea informarse de cómo se tratan estos asuntos cuando hay un cristiano implicado, vea La Atalaya del 15 de agosto de 1983, páginas 8 a 11.

Los jóvenes preguntan... ¿Por qué me atraen las personas equivocadas? (22 de julio de 2005) Este artículo me hizo ver que no podía tener metas opuestas. Era lo que necesitaba para tomar la decisión de separarme de las malas compañías. Ya me he hecho muy amigo de muchos hermanos y hermanas de la congregación, jóvenes y mayores, y eso hace que me sienta querido por quienes aman a Jehová y me animan a continuar en la senda de la vida.

M. D., México

Luché hasta conseguir mi meta (22 de junio de 2005) No pude contener las lágrimas al leer la experiencia de Martha. Yo también tengo epilepsia. Llevo diez años como evangelizadora de tiempo completo, pero a veces la situación se me hace difícil, sobre todo cuando me da un ataque. El relato de Martha fue de mucho consuelo y reforzó mi resolución de no rendirme.

J. S., Polonia

Mi lucha es la misma que la de Martha, así que, después de leer su experiencia, también comencé a tomar precauciones con los alimentos. Durante más de diez años permití que la epilepsia me impidiera servir a Jehová más de lleno, pero hace casi tres años decidí hacerme evangelizadora de tiempo completo, y no me arrepiento. Que Jehová los bendiga por publicar estas experiencias tan animadoras.

B. C. C., Brasil

Lo que más me animó del artículo fue el hecho de que Martha nunca se diera por vencida. Aunque tuvo que interrumpir su servicio, fue alentador ver que no perdió el equilibrio y siguió confiando en que a Jehová le complace nuestro servicio de toda alma.

S. H., Japón

Yo también me vi en una situación parecida a la de Martha, y tuve que aceptar mis limitaciones. Además, como ella, he podido servir de evangelizadora de tiempo completo, así que su relato me reanimó muchísimo.

F. G., Suiza