El verdadero valor de la sangre
El verdadero valor de la sangre
“La sangre es fuente de vida para la comunidad mundial. Es la fuerza vital que comparten todos los seres humanos, sin importar raza, etnia o religión.” Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
ES OBVIO que hay algo de verdad en las palabras que aparecen a la izquierda. La sangre es esencial para el ser humano, es un líquido vital. Ahora bien, ¿tiene usted la certeza de que es seguro y sensato compartirla con otros por razones médicas?
Como hemos visto, las medidas de seguridad varían notablemente de un país a otro y los tratamientos con sangre son más peligrosos de lo que muchos piensan. Además, el uso que dan a la sangre los profesionales de la salud difiere bastante según la educación que han recibido, sus habilidades y sus puntos de vista. Y muchos de ellos se lo piensan cada vez más antes de transfundir sangre. Una cantidad considerable de facultativos, la cual sigue en aumento, está inclinándose por los tratamientos médicos sin sangre.
Esto nos lleva a replantearnos la pregunta que aparece al comienzo del primer artículo de esta serie: ¿en qué radica exactamente el inmenso valor de la sangre? Si el uso médico que se le da es cada vez más cuestionable, ¿será que tiene algún otro propósito?
La sangre a los ojos del Creador
En los días de Noé, antepasado de toda la humanidad, Dios dictó una ley que llama la atención. Cuando concedió a los seres Génesis 9:4). Posteriormente añadió que el alma, la vida, “está en la sangre”. A los ojos del Creador, la sangre es sagrada. Representa el inestimable regalo de la vida que ha recibido toda alma viviente. En su Palabra, Dios repite este principio una y otra vez (Levítico 3:17; 17:10, 11, 14; Deuteronomio 12:16, 23).
humanos el derecho de comer la carne de los animales, les prohibió que consumieran la sangre, y también les dio la razón: para Él, la sangre equivale al alma —o vida— de la criatura (Hace unos dos mil años, poco después de la fundación del cristianismo, los fieles recibieron este mandato divino: “Que se abstengan de [...] la sangre”. La prohibición no se dio por razones de salud, sino debido al carácter sagrado de la sangre (Hechos 15:19, 20, 29). Hay quienes opinan que esta restricción solo es aplicable al acto de comer sangre, pero el verbo abstenerse habla por sí mismo. Si un médico nos dijera que nos abstuviéramos del alcohol, no se nos ocurriría inyectárnoslo por las venas.
La Biblia explica más a fondo por qué es tan sagrada la sangre. La vida humana que Jesucristo entregó por la humanidad, la sangre que él derramó, es esencial para la esperanza cristiana. Gracias a esa sangre existe el perdón de los pecados y la esperanza de vida eterna. Por tanto, al abstenerse de sangre, el cristiano está demostrando su fe en que solo la sangre derramada de Jesucristo puede redimirlo y realmente salvarle la vida (Efesios 1:7).
Es de conocimiento general que los testigos de Jehová toman muy en serio estos mandatos bíblicos. Ellos rechazan toda transfusión de sangre completa o de cualquiera de sus cuatro componentes principales: glóbulos rojos, glóbulos blancos, plasma y plaquetas. Pero en lo que tiene que ver con las diversas fracciones obtenidas de tales componentes —y con los productos que las
contienen—, cada Testigo toma su propia decisión, pues la Biblia no dice nada al respecto. ¿Significa el hecho de que adopten esta postura basada en la Biblia que los Testigos rechazan todo tratamiento médico o que no valoran su salud ni su vida? ¡Por supuesto que no! (Véase el recuadro “Los testigos de Jehová y la salud”.)En los últimos años, un buen número de médicos han reconocido que los Testigos han salido ganando —en lo que tiene que ver con su salud— al aferrarse a su postura bíblica sobre la sangre. Por ejemplo, un neurocirujano se pronunció hace poco a favor de las alternativas a las transfusiones diciendo: “Es, sin lugar a dudas, el proceder más seguro, no solo para los testigos de Jehová, sino para todo el mundo”.
Las decisiones importantes relacionadas con la salud pueden causar mucha tensión y suelen ser difíciles de tomar. Tocante a la práctica habitual de transfundir sangre, veamos lo que dijo el doctor Dave Williams, neumólogo y director médico: “Debemos respetar los deseos del paciente, y hemos de tener mucho cuidado con lo que introducimos en nuestro organismo”. Y, desde luego, estas palabras tienen hoy más sentido que nunca.
[Ilustraciones y recuadro de la página 11]
¿Qué son los transportadores de oxígeno a base de hemoglobina?
En cada glóbulo rojo hay unos 300 millones de moléculas de hemoglobina, la cual representa alrededor de una tercera parte del volumen del glóbulo rojo maduro. Cada molécula de hemoglobina contiene hemo (un pigmento que posee un átomo de hierro) y globina (una proteína). Cuando los glóbulos rojos pasan por los pulmones, las moléculas de oxígeno penetran en ellos y se unen a las moléculas de hemoglobina. Segundos después, el oxígeno es soltado en las células de los tejidos del organismo, lo que las mantiene con vida.
Hoy día ya se extrae hemoglobina de glóbulos rojos humanos o bovinos y se procesa. Primero se filtra para eliminar las impurezas, y luego se polimeriza y purifica, se mezcla con una solución y se envasa. El producto final —que en la mayoría de los países todavía no está aprobado— recibe el nombre de transportadores de oxígeno a base de hemoglobina, también conocidos por sus siglas en inglés HBOC. Como el hemo de la hemoglobina es lo que proporciona a la sangre su característico color rojo, una unidad de HBOC tiene el mismo aspecto que una unidad de glóbulos rojos, el componente sanguíneo del que proceden.
A diferencia de los glóbulos rojos, que deben refrigerarse y aun así tienen una vida útil de pocas semanas, los HBOC pueden almacenarse a temperatura ambiente y utilizarse meses después. Y dado que la membrana celular de los glóbulos rojos, con sus singulares antígenos, ha desaparecido, ya no existe el peligro de que se produzcan graves reacciones adversas por incompatibilidad sanguínea. Ahora bien, para los cristianos que se esmeran por obedecer la ley de Dios sobre la sangre, los tratamientos con HBOC son más conflictivos que los tratamientos con otras fracciones sanguíneas. Mientras estos se deriven de la sangre, hay dos factores que no se pueden pasar por alto. Por una parte, los HBOC desempeñan la misma función clave que los glóbulos rojos —uno de los componentes principales de la sangre—, y por otra, la hemoglobina —de la que se derivan los HBOC— constituye una porción considerable de los glóbulos rojos. De modo que los cristianos se encaran a una decisión muy importante con relación a este y otros productos similares. Deben pedir la ayuda divina y meditar profundamente en los principios bíblicos relacionados con la santidad de la sangre. Después, motivados por un intenso deseo de mantener una buena relación con Jehová, cada uno tendrá que obrar en conformidad con su conciencia educada por la Biblia (Gálatas 6:5).
[Ilustración]
MOLÉCULA DE HEMOGLOBINA
[Ilustración y recuadro de la página 12]
Una opción atractiva
“Hay una alternativa que más y más hospitales están ofreciendo: la ‘cirugía sin sangre’”, dice The Wall Street Journal, y añade: “Esta opción, concebida originalmente para los testigos de Jehová [...], ya está bastante extendida, y muchos hospitales anuncian sus programas de cirugía sin sangre al público en general”. Hospitales de todo el mundo están descubriendo que las estrategias que reducen el uso de transfusiones producen numerosos beneficios, particularmente para los pacientes. En la actualidad hay miles de doctores que tratan a sus pacientes sin recurrir a las transfusiones.
[Ilustración y recuadro de la página 12]
Los testigos de Jehová y la salud
A los testigos de Jehová, entre los que hay médicos y enfermeras, se les conoce en todo el mundo por compartir una postura de rechazo a las transfusiones de sangre completa o de sus componentes principales. ¿Las rechazan por seguir alguna doctrina de origen humano o por creer que la fe cura? Nada más lejos de la verdad.
Los Testigos ven la vida como un regalo divino y, como creen que la Biblia es “inspirada de Dios”, hacen todo lo posible por vivir de acuerdo con lo que esta dice (2 Timoteo 3:16, 17; Revelación [Apocalipsis] 4:11). En Su Palabra, Dios insta a sus adoradores a que eviten todas aquellas prácticas y hábitos que perjudican la salud o ponen en peligro la vida, como pudieran ser comer en demasía, fumar, mascar tabaco, abusar del alcohol y tomar drogas con fines recreativos (Proverbios 23:20; 2 Corintios 7:1).
Por otra parte, quienes viven en conformidad con los principios bíblicos también velan por su salud cuidando su higiene personal, manteniendo limpio su entorno y haciendo ejercicio (Mateo 7:12; 1 Timoteo 4:8). ¿Y si se presenta una enfermedad? Los testigos de Jehová solicitan atención médica y aceptan la inmensa mayoría de las opciones terapéuticas existentes, como toda persona razonable (Filipenses 4:5). Es verdad que insisten en recibir tratamientos sin sangre en obediencia al mandato bíblico “sigan absteniéndose de [...] sangre” (Hechos 15:29). Pero también es cierto que su negativa suele tener resultados positivos: un tratamiento de mayor calidad.