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Por qué no celebro el Halloween

Por qué no celebro el Halloween

Por qué no celebro el Halloween

EL AÑO pasado, mientras los vecinos de Michael estaban ocupados en los preparativos del Halloween —festividad de marcado carácter espiritista que se celebra en algunos países, también llamada Noche de Brujas —, este muchacho canadiense de 14 años tenía otras cosas en la mente. En una redacción que se le asignó en la escuela, Michael escribió:

“Mañana es Halloween. Ya es de noche, y al mirar por la ventana, veo que todos los vecinos han decorado el frente de su casa con lápidas y esqueletos, y que en las repisas de las ventanas han puesto farolitos hechos con calabazas. * Los padres están probándoles los disfraces a sus hijos, y los niños sueñan con los muchos dulces que recibirán mañana.

”Mi familia es diferente. El frente de nuestra casa no está decorado, y nuestras ventanas no están iluminadas. La gente me pregunta por qué no celebro el Halloween. En pocas palabras, los testigos de Jehová no lo celebramos debido a los orígenes de esa fiesta. *

”La verdad es que me gusta esta época del año. ¿Saben por qué? Porque me hace pensar en la razón por la que prefiero no hacer ciertas cosas. Cada cual debe decidir si son importantes o no los orígenes de una costumbre. Por ejemplo, a muchos les ofendería que sus vecinos se disfrazaran de nazis, porque les resulta ofensiva la procedencia de esos uniformes y lo que representan. A mí me resulta ofensivo lo que representan el Diablo, los espíritus malignos y las brujas, y no quiero tener nada que ver con ellos. Conviene pensar en las decisiones que tomamos y en por qué las tomamos, y es bueno que se basen en principios y no en lo que es popular. Por eso me gusta esta época del año. Me siento orgulloso de ser diferente y de ser fiel a mis convicciones.”

[Notas]

^ párr. 3 Se vacían las calabazas, se les da forma de cara (haciéndoles unos cortes a modo de nariz, boca y ojos) y se coloca dentro una vela u otro tipo de luz.