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La juventud e Internet

La juventud e Internet

La juventud e Internet

Si usted es padre o madre, ¿se imagina a uno de sus hijos caminando solo por las calles de noche?

¿O quizás organizando una fiestecita en su hogar sin que usted tenga la más mínima idea?

¿O haciendo copias de las llaves de la casa y dándoselas a completos desconocidos?

SI SU hijo navega por la Red, las situaciones que acaban de mencionarse no resultan tan descabelladas. La revista Science News explica: “Como nunca antes, Internet ofrece una amplísima variedad de puntos de encuentro, desde el tablón de anuncios [o cartelera] electrónico hasta la mensajería instantánea, pasando por las llamadas redes sociales”.

La juventud se ha adaptado con rapidez a la vida cibernética. Como botón de muestra, en el año 2004 casi 9 de cada 10 estadounidenses de entre 12 y 17 años se conectaban a la Red, que está accesible desde prácticamente cualquier rincón del planeta.

Son pocas las personas que se atreverán a negar la utilidad de Internet. De todos modos, no deben pasarse por alto los peligros que plantea. Por ejemplo, muchos jóvenes deambulan solos por la gran comunidad virtual, y algunos de ellos se están relacionando con gente indeseable que ni usted ni su hijo jamás querrían invitar a casa.

Hay jóvenes que, inocentemente, cometen el error de exponer en la Red asuntos, opiniones e imágenes de carácter muy personal. Según el profesor Zheng Yan, de la Universidad Estatal de Nueva York, “a menudo no comprenden que dicha información está al alcance de un sinnúmero de individuos, entre ellos los depredadores sexuales”.

Examinemos más de cerca las actividades en línea de muchos jóvenes. Así, además de identificar las amenazas, lograremos entender lo que están buscando nuestros hijos y la manera de darles lo que realmente necesitan. Este análisis también será muy útil para que el joven cristiano se mantenga fiel a Dios en estos tiempos difíciles (2 Timoteo 3:1-5).