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¿Está su futuro predestinado?

¿Está su futuro predestinado?

El punto de vista bíblico

¿Está su futuro predestinado?

Una mañana, dos hombres que se dirigían en camión al trabajo decidieron acortar camino por una calle en la que había vivido uno de ellos. Al pasar por dicha calle, vieron llamas saliendo de las ventanas de una casa. Se detuvieron y con una escalera que llevaban en el camión rescataron a una madre y a sus cinco hijos. “Quizás fue el destino”, sugirió un artículo periodístico sobre el suceso.

MUCHA gente cree que todo lo que le sucede, bueno o malo, ya ha sido determinado por una fuerza superior. Juan Calvino, reformador religioso del siglo XVI, escribió: “Llamamos predestinación al eterno decreto de Dios, por el que ha determinado lo que quiere hacer de cada uno de los hombres. Porque Él no los crea a todos con la misma condición, sino que ordena [predestina] a unos para la vida eterna, y a otros para condenación perpetua”.

¿De verdad decide Dios de antemano nuestras acciones y nuestro destino final? ¿Qué enseña la Biblia al respecto?

La “lógica” de la predestinación

Algunas personas que creen en la predestinación razonan del siguiente modo: Dios es omnisapiente, es decir, lo sabe todo, hasta lo que va a suceder en el futuro; él sabe lo que cada ser humano hará con su vida, y la forma y el momento exacto en que morirá. Según ellas, cuando alguien tiene que tomar una decisión, decide inevitablemente lo que Dios ya ha previsto y predeterminado; si no fuera así, Dios no sería omnisapiente. ¿Le parece que este es un razonamiento sólido? Veamos cuáles serían sus consecuencias lógicas.

Si una fuerza superior ya ha determinado su futuro, no sirve de nada que usted se preocupe por su salud o su seguridad. El hecho de que fume o no fume no influirá de ningún modo en su salud y la de sus hijos. O el hecho de que se abroche el cinturón cuando conduce no tendrá ningún efecto en su seguridad. Pero eso no es cierto. Las estadísticas muestran que quienes toman precauciones tienen menos probabilidades de sufrir una enfermedad o accidente mortal. La negligencia puede tener resultados trágicos.

Veamos ahora otro razonamiento: si Dios opta por saber todo de antemano, eso significa que antes de crear a Adán y Eva ya sabía que estos le iban a desobedecer. Pero ¿es así? Cuando le advirtió a Adán que si comía del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” moriría, ¿ya sabía que Adán iba a comer? (Génesis 2:16, 17.) Cuando le mandó a la primera pareja: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra”, ¿sabía que esta maravillosa perspectiva estaba condenada al fracaso? Por supuesto que no (Génesis 1:28).

En definitiva, si Dios conociera de antemano todas las decisiones, la conclusión lógica sería que él es responsable de todo cuanto sucede, lo que incluye guerras, injusticias y sufrimientos. ¿Es eso verdad? Lo que Dios dice sobre sí mismo contesta claramente esa pregunta.

“Tienes que escoger”

Las Escrituras afirman que “Dios es amor” y que ‘ama la justicia’. Él siempre ha exhortado a sus siervos a que “odien lo que es malo, y amen lo que es bueno” (1 Juan 4:8; Salmo 37:28; Amós 5:15). En muchas ocasiones los ha instado a escoger el camino recto. Por ejemplo, cuando hizo un pacto con los israelitas de la antigüedad, les dijo por medio de Moisés: “De veras tomo los cielos y la tierra como testigos contra ustedes hoy, de que he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la invocación de mal; y tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole” (Deuteronomio 30:19). ¿Había determinado Dios de antemano la decisión que tomaría cada israelita? Es obvio que no.

Josué, uno de los dirigentes de aquella nación, exhortó así a cada uno de sus miembros: “Escójanse hoy a quién quieren servir [...]. Pero en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová” (Josué 24:15). El profeta Jeremías también le rogó al pueblo de Dios: “Obedece, por favor, la voz de Jehová en lo que te estoy hablando, y te irá bien, y tu alma continuará viviendo” (Jeremías 38:20). ¿Animaría un Dios justo y amoroso a los seres humanos a obrar bien con la esperanza de ser recompensados si él ya supiera que estaban destinados al fracaso? No, eso sería hipócrita de su parte.

Así pues, las cosas buenas o malas que a usted le sucedan no deben atribuirse al destino. A veces se trata sencillamente de ‘sucesos imprevistos’, que en muchos casos son resultado de las decisiones —acertadas o desacertadas— de otras personas (Eclesiastés 9:11). En conclusión, su vida no está predestinada. Lo que determina su futuro eterno son las decisiones que usted tome.

¿QUÉ OPINA USTED?

▪ ¿Había decidido Dios de antemano que Adán y Eva pecarían? (Génesis 1:28; 2:16, 17.)

▪ ¿Qué cualidades de Dios son incompatibles con la doctrina de la predestinación? (Salmo 37:28; 1 Juan 4:8.)

▪ ¿Qué responsabilidad tiene cada persona? (Josué 24:15.)

[Comentario de la página 13]

Las estadísticas muestran que quienes toman precauciones tienen menos probabilidades de sufrir una enfermedad o accidente mortal