¿Dónde podemos hallar consejos?
¿Dónde podemos hallar consejos?
¿EXISTE un secreto para triunfar en la vida, no solo en el campo profesional, sino también en el ámbito personal? Como se dijo en el artículo anterior, el verdadero éxito debe estar vinculado, como mínimo, a principios éticos sólidos y a un propósito noble en la vida, algo que no depende de la fama, la fortuna ni el poder.
¿Dónde podemos hallar principios fiables y respuestas a las preguntas sobre el sentido de la vida? ¿Será buscando en nuestro interior? Hemos de admitir que como seres humanos imperfectos nuestras tendencias pueden llevarnos por mal camino (Génesis 8:21). De hecho, millones de personas siguen tras cosas vanas que la Biblia llama “el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno” (1 Juan 2:16). Ese no es el camino al auténtico éxito, sino solo un engaño que conduce a la desilusión y la infelicidad. No es de extrañar, pues, que muchas personas recurran al Creador en busca de respuestas a las preguntas más complejas de la vida. *
¿Por qué recurrir a Dios?
¿Por qué es lógico recurrir a nuestro Creador? Pues bien, él sabe por qué nos hizo y cuál debería ser nuestro objetivo en la vida. Conoce nuestra constitución física, mental y emocional; de ahí que sepa qué normas nos convienen. Además, Dios es el amor en persona, y por tal razón desea que seamos completamente felices (1 Juan 4:8). ¿Dónde podemos hallar sus consejos? En la Santa Biblia, el libro que escribieron más de cuarenta hombres bajo su guía (2 Timoteo 3:16, 17). * Ahora bien, ¿podemos fiarnos de lo que dice la Biblia?
Jesucristo, el representante de Dios más destacado, dijo que “la sabiduría queda probada justa por sus obras”, o resultados (Mateo 11:19; Juan 7:29). La sabiduría divina nos lleva por el camino del éxito y la felicidad duraderos —“el derrotero entero de lo que es bueno”—, mientras que la sabiduría humana que pasa por alto a Dios conduce al fracaso y la infelicidad (Proverbios 2:8, 9; Jeremías 8:9).
Veamos el caso del movimiento hippie, que surgió en los años sesenta del siglo pasado. Su ideología rechazaba las normas y la autoridad de generaciones anteriores y fomentaba 2 Timoteo 3:1-5).
las drogas, el amor libre y la filosofía de vivir el presente. Ahora bien, ¿fue sabio aquel estilo de vida? ¿Proporcionó objetivos y normas morales que generaran auténtica paz interior y felicidad perdurable? La historia indica que tales influencias no contribuyeron a la mejora de la sociedad, sino a su deterioro moral (En contraste con las filosofías humanas, la sabiduría bíblica siempre ha producido buenos frutos (Isaías 40:8). Descubra la razón en el próximo artículo, donde se analizarán seis principios que ya han ayudado a millones de personas de todo el mundo a triunfar en la vida, independientemente de su situación económica o estrato social.
[Notas]
^ párr. 3 Véase el recuadro “Filosofías que degradan el concepto del éxito”.
^ párr. 5 Véase el número especial de noviembre de 2007 de esta revista, titulado “¿Se puede confiar en la Biblia?”, donde se presentaron pruebas arqueológicas, históricas y científicas, entre otras, de que la Biblia es inspirada por Dios.
[Recuadro de la página 5]
FILOSOFÍAS QUE DEGRADAN EL CONCEPTO DEL ÉXITO
Mucha gente afirma que no hay Dios y que somos el producto de la evolución. Si esta opinión fuera cierta, la vida sería el resultado de una cadena de accidentes bioquímicos, y nuestra búsqueda del sentido de la vida y de principios universales sería totalmente inútil.
Otros creen que Dios nos creó y nos abandonó a nuestra suerte, lo que nos dejaría huérfanos en sentido espiritual y, una vez más, sin propósito y normas. Pero pensemos: si el Creador dotó a cada especie animal del instinto necesario para desempeñar sus funciones en el ecosistema, ¿dejaría desamparado al ser humano ese mismo Creador tan sabio? ¡De ninguna manera! (Romanos 1:19, 20.)
Al hacer que parezca inútil la búsqueda del sentido de la vida y de los principios universales, las filosofías ateas degradan el concepto real del éxito.
[Ilustración de la página 5]
La sabiduría bíblica produce buenos frutos