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Accidentes en pleno vuelo

Accidentes en pleno vuelo

Accidentes en pleno vuelo

A PLENA luz del día, un pájaro carpintero se estrella contra los ventanales de un rascacielos y, aturdido, se desploma. Un amable peatón que lo encuentra en el suelo lo atiende con la esperanza de que se recupere. Al cabo de un ratito, el ave comienza a piar, se levanta, agita las alas y reemprende el vuelo. *

Por desgracia, pocas aves salen ilesas de accidentes como este; de hecho, casi la mitad muere. La Sociedad Audubon calcula que más de cien millones de pájaros mueren al año en Estados Unidos en choques contra edificios de todo tipo. Y hay quien cree que las cifras ascienden a unos mil millones. ¿Por qué se estrellan? ¿Qué puede hacerse para que sus vuelos sean más seguros?

Los asesinos: la luz y el cristal

Los paneles de cristal son sinónimo de peligro, porque los pájaros no los distinguen, sino que ven lo que hay al otro lado de la estructura transparente: tal vez el azul del cielo o alguna zona verde. Además, puede que pretendan aterrizar en las plantas decorativas que adornan los vestíbulos de los edificios o el interior de las casas. Así que, en ocasiones, se estrellan contra el vidrio a toda velocidad.

Los paneles reflectantes son también un problema. En ciertas condiciones, las aves solo ven el reflejo del cielo o de las zonas circundantes, lo que las lleva a la catástrofe. Se han producido accidentes mortales de este tipo hasta en centros de visitantes y torres de observación de santuarios de aves y fauna. El ornitólogo y profesor de Biología Daniel Klem, hijo, opina que los choques contra los ventanales es la primera causa de muerte asociada a la civilización, con la salvedad de la destrucción del hábitat natural.

Hay especies que son particularmente vulnerables. Por ejemplo, la mayoría de los pájaros cantores migratorios viajan de noche y se guían, en parte, por las estrellas. Las luces brillantes de los edificios altos los confunden tanto que algunos se desorientan y vuelan en círculos hasta que se desploman agotados. En las noches de lluvia o cuando el cielo está encapotado aumenta el peligro, pues las aves suelen volar más bajo, lo que incrementa el riesgo de estrellarse.

Repercusiones en la población de aves

Se calcula que un solo edificio de Chicago causó la muerte a cerca de mil quinientas aves en la temporada migratoria. Así, en catorce años consecutivos, se cobró la vida de casi veintiún mil pájaros. Por supuesto que la totalidad de accidentes fue muchísimo mayor. Y lo peor es que las víctimas “no son palomas, gaviotas o gansos”, sino “especies en peligro”, precisa Michael Mesure, director del Fatal Light Awareness Program, de Toronto (Canadá).

Por ejemplo, en Australia murieron estrellados en un año treinta periquitos migradores, de los que solo existen 2.000 ejemplares. En Estados Unidos, muchos de los especímenes del posiblemente extinto chipe de Bachman que exhiben los museos proceden de accidentes contra un faro del estado de Florida.

Muchas de las aves que sobreviven a los accidentes quedan heridas o maltrechas, lo que supone un auténtico peligro para las migratorias. Si están heridas y perdidas en una jungla de asfalto y cristal, es muy probable que mueran de hambre o que acaben en las fauces de algún depredador que ha aprendido a aprovecharse de las desgracias ajenas.

Cómo evitar los accidentes

Para no chocar, las aves han de percibir que los cristales son elementos sólidos. Así, algunos propietarios han sacrificado la estética y han colocado calcomanías, pegatinas u otros materiales visibles en el exterior de las ventanas. Según el profesor Klem, lo más importante no son las formas en sí mismas, sino el espacio que se deja entre ellas. Recomienda que las señales visuales no tengan una separación superior a los 5 centímetros (2 pulgadas) en horizontal y 10 centímetros (4 pulgadas) en vertical.

¿Qué puede hacerse para ayudar a las aves migratorias que vuelan de noche? “Los accidentes nocturnos [...] pueden evitarse en su mayoría con un clic”, dice el asesor ecológico Lesley J. Evans Ogden. En algunas ciudades, las luces decorativas de los rascacielos se atenúan o apagan a cierta hora de la noche, en especial durante la temporada migratoria. En otros casos, se han colocado mallas en las ventanas de los edificios altos para que los pájaros no confundan los reflejos con el cielo.

Tales medidas pueden reducir anualmente un 80% de los accidentes y salvar la vida de millones de aves. Pero es difícil que desaparezca el problema, puesto que las luces y el cristal poseen un gran atractivo estético. Por eso, organizaciones protectoras de aves, como la Sociedad Audubon, tratan de convencer a los arquitectos y contratistas para que sean más conscientes de las necesidades del mundo animal.

[Nota]

^ párr. 2 Manipular aves heridas entraña ciertos riesgos, ya que no saben que se les está ayudando. Además, algunas son portadoras de enfermedades; de modo que, al socorrerlas, es conveniente ponerse guantes y luego lavarse las manos. No se acerque a ellas si su integridad física corre riesgos, y si lo amerita la ocasión, solicite ayuda profesional.

[Recuadro de la página 10]

¿QUÉ HA PASADO CON LOS PÁJAROS?

Pájaros muertos en Estados Unidos por causas asociadas a la civilización

▪ Torres de comunicación: 40.000.000

▪ Pesticidas: 74.000.000

▪ Gatos: 365.000.000

▪ Golpes contra cristales: 100.000.000 a 1.000.000.000

▪ Destrucción del hábitat natural: cantidad indeterminada, aunque es posiblemente el factor más decisivo

[Ilustración de la página 10]

Más de cien millones de pájaros mueren al año en Estados Unidos al estrellarse contra ventanales

[Reconocimiento]

© Reimar Gaertner/age fotostock