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Padres, protejan a sus hijos

Padres, protejan a sus hijos

Padres, protejan a sus hijos

CON justa razón, los padres se preguntan preocupados por qué tantos jóvenes saquean los botiquines de sus casas. En realidad las causas varían. Algunos adolescentes, por ejemplo, recurren a los fármacos para sentir euforia, rendir en los estudios, aliviar el estrés y los dolores físicos o emocionales. Hasta hay niños de 12 años que han caído en el abuso de las medicinas de prescripción, adquiriéndolas quizá por Internet. Sin exagerar, existen cientos de miles de portales electrónicos que las venden a cualquiera. Además, otros han conseguido pastillas comprándolas a supuestos amigos. Entonces, ¿cómo puede usted proteger a sus hijos?

Para empezar, hábleles sobre los peligros de ingerir sustancias que producen adicción, sean legales o no. También podría tomar ciertas medidas, como poner los medicamentos fuera del alcance de sus hijos, quizá guardándolos bajo llave. Esté al tanto de los fármacos que hay en casa y del uso que se les da. En caso de que hubiera alguno que ya no necesiten, deséchelo de forma segura. Si su hijo se ha curado de la tos, pero sigue tomándose el jarabe, pregúntele el motivo. Supervise lo que sus hijos hagan en Internet, los gastos que realicen y los paquetes que reciban. Por último, fíjese en cualquier cambio negativo en ellos: sus amistades, su aspecto, su conducta, o si sus calificaciones han bajado de repente.

Hijos con problemas de adicción

¿Qué puede hacer si tiene serias sospechas de que su hijo consume drogas o abusa de los fármacos? Exprésele con amor y bondad lo que le preocupa. “Las intenciones secretas son como aguas profundas —dice la Biblia—, pero el que es inteligente sabe descubrirlas.” (Proverbios 20:5, Versión Popular.) Tratar de sacarle la verdad a un joven en tal situación es como querer sacar agua de un pozo con una frágil cuerda. Tirar de ella con severidad y reproches rompería las líneas de comunicación. Recuerde que el objetivo es saber si su hijo de veras utiliza indebidamente una sustancia. En caso afirmativo, habría que descubrir las razones, las cuales a menudo se relacionan con alguno de los siguientes factores.

Las malas compañías y la presión de grupo. 1 Corintios 15:33 advierte: “No se dejen engañar: ‘Las malas compañías dañan las buenas costumbres’” (La Palabra de Dios para Todos). Por eso, los padres previsores hablan con sus hijos sobre los peligros de las malas influencias y les dan ayuda práctica para escoger amistades sanas (Proverbios 13:20). Incluso podrían invitar a casa a dichas amistades o llevarlas de paseo con la familia.

El estrés. En estos tiempos, la presión por sobresalir es muy fuerte, y los padres a veces empeoran las cosas exigiéndoles a sus hijos más de la cuenta. * ¿Toma en consideración los puntos fuertes y débiles de sus hijos? ¿Pone ante ellos metas realistas y les ayuda a alcanzarlas? ¿Se abstiene por completo de hacer comparaciones despectivas que los desanimen o los lleven algún día a la depresión? Sin duda, si en el hogar no reciben el afecto y la comprensión que tanto necesitan, irán a buscarlos a otra parte. Los padres precavidos también se esfuerzan por crear en su hogar un ambiente que fomente el desarrollo espiritual de la familia, por ejemplo, leyendo la Biblia con sus hijos. Jesucristo mismo declaró: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3).

La permisividad. Algunos jóvenes ingieren drogas porque sus padres les consienten todo. “El muchacho que se deja a rienda suelta causará vergüenza a su madre”, señala Proverbios 29:15. Así, aunque los hijos se quejen de las restricciones, en el fondo las agradecen porque los hacen sentir amados y protegidos. De ahí que la Biblia exhorte a los padres a ponerles normas equilibradas y un buen ejemplo (Efesios 6:4). Además, con las palabras “Que su signifique Sí, y su No, No”, los anima a ser siempre consecuentes, y firmes cuando sea necesario (Santiago 5:12).

Pero ¿qué hay si descubre que su hijo abusa de los fármacos o consume drogas? En tal caso sería conveniente consultar a un médico. Dejar una adicción no es fácil, y puede que se precise de orientación profesional. Si usted y su familia se reúnen con los testigos de Jehová, puede contar con el apoyo de los ancianos de la congregación (Santiago 5:13-16). Estos hombres espiritualmente maduros le mostrarán cómo aplicar los principios bíblicos que contribuirán a que la recuperación de su hijo sea más rápida.

El siguiente artículo ofrece otros consejos y presenta la magnífica esperanza de un futuro mejor.

[Nota]

^ párr. 7 Véase el artículo “Niños estresados”, en la página 14 de esta revista.

[Comentario de la página 7]

“Las intenciones secretas son como aguas profundas, pero el que es inteligente sabe descubrirlas.” (Proverbios 20:5, Versión Popular)

[Ilustración y recuadro de la página 7]

CARACTERÍSTICAS DE LOS JÓVENES ADICTOS EN POTENCIA

▪ Antecedentes familiares de drogadicción o abuso de sustancias adictivas

▪ Depresión o baja autoestima

▪ Inadaptación social y falta de amigos

▪ Carencia de energías; dificultades para dormir

▪ Agresividad o rebeldía contra la autoridad *

[Nota]

^ párr. 21 Recuadro basado en la revista electrónica Teen Help.