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Saquean los botiquines

Saquean los botiquines

Saquean los botiquines

“CUANDO tenía 14 años comencé a tomar pastillas para adelgazar —recuerda una mujer llamada Laura—. * Nuestro médico de cabecera me las había recetado, pues yo quería ser esbelta y atractiva. Me sentí bien cuando por fin les gusté a los chicos. Pero con el tiempo caí en las drogas duras y en una vida inmoral. Siempre quería estar eufórica.”

Mayra, que padecía migrañas, tomaba un analgésico que el médico le había recetado. Poco a poco fue aumentándose la dosis, pero no por los dolores, sino por adicción. Acabó usando hasta los medicamentos de sus familiares.

Así es, las investigaciones demuestran que un gran número de adultos y cada vez más adolescentes dan mal uso a medicamentos recetados con tal de relajarse, combatir la ansiedad, mantenerse activos, perder peso o sentir euforia. En la lista de fármacos utilizados con estos fines figuran algunos que suelen tenerse en el botiquín, como los analgésicos, sedantes, estimulantes y tranquilizantes. * También se incluyen productos que en ciertos países se despachan sin receta médica, como somníferos, descongestionantes y antihistamínicos.

Esta situación constituye un problema mundial que va en aumento. Hay lugares de África, Europa y el sur de Asia donde el abuso de medicamentos de venta con receta es mayor que el consumo de drogas, y en Estados Unidos, dicho abuso supera al de casi todas las drogas, excepto los derivados del cánnabis. Un periódico estadounidense informó hace poco que la cantidad de adolescentes que “abusan de los fármacos de prescripción rebasa el número de adolescentes adictos a la cocaína, heroína y metanfetamina”. Tanto es así, que la falsificación de recetas médicas se ha convertido en toda una industria.

¿Cómo pueden usted y su familia evitar la adicción a los fármacos y el consumo de drogas? En los siguientes artículos hallará la respuesta.

[Notas]

^ párr. 2 Se han cambiado los nombres en esta serie de artículos.

^ párr. 4 Muchos de los principios citados en esta serie son aplicables también al consumo de drogas y al abuso del alcohol.

[Recuadro de la página 3]

“La farmacodependencia se caracteriza por el uso continuado y compulsivo de sustancias sin razones médicas, pese a los efectos nocivos o el riesgo de sufrir algún daño”, afirma la obra Physicians’ Desk Reference. La falta de control y la obsesión con el fármaco son señales de adicción.

La dependencia física se manifiesta cuando el paciente experimenta síntomas de abstinencia al suspender el uso de fármacos, como los opioides. No obstante, esta es una reacción normal que no ha de confundirse con la adicción.

La tolerancia es la necesidad de aumentar la dosis del fármaco para obtener el mismo efecto inicial.