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Aferrado a la diestra de Dios

Aferrado a la diestra de Dios

Aferrado a la diestra de Dios

▪ Jezreel, de México, nació con una afección de la piel poco común llamada ictiosis laminar congénita. Como resultado, sufre de callosidades y una acumulación excesiva de escamas sobre gran parte de su cuerpo. “Aunque esta enfermedad me da una apariencia desagradable —explica él—, no es contagiosa.”

Desde pequeño, Jezreel recibió tratamientos en diversos hospitales. Cuando tenía dos años, se le aisló en un ambiente estéril para evitar las infecciones. Con todo, su trastorno cutáneo no mejoró. Hasta necesitó ayuda psiquiátrica para luchar con sus sentimientos de rechazo.

Hay quienes creen que la enfermedad de Jezreel es contagiosa y suelen evitarlo. Tal rechazo le afectó, sobre todo cuando era pequeño y quería jugar con los demás niños. Él recuerda: “Se burlaban de mí, y me dolía que me llamaran ‘momia’ y ‘extraterrestre’”.

Por otro lado, esta afección tan llamativa le ha dado a Jezreel oportunidades de hablar de su esperanza bíblica. Hay personas que a menudo se le acercan y le preguntan si sufrió quemaduras. Cuando responde que no, le preguntan qué le pasó. Entonces él les aclara que es un trastorno de la piel y que por el momento no hay cura.

Luego agrega que tiene la mejor esperanza que pueda existir porque Jehová Dios promete que quienes obedecen sus leyes vivirán en un nuevo mundo libre de enfermedades y dolores (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4). Hablar así de su estado le ha permitido iniciar estudios bíblicos y ha tenido el gozo de ver a algunos de sus estudiantes convertirse en adoradores de Dios.

“Estoy contento de haber nacido en un hogar cristiano y de ser testigo de Jehová —dice Jezreel—. Tengo buenos amigos en la congregación, y ninguno me rechaza por mi apariencia. Me bauticé a los 17 años, y he tenido el privilegio de servir a nuestro Creador durante los pasados catorce.”

Jezreel nunca olvida las animadoras palabras de Jehová que se hallan en Isaías 41:10, 13: “No tengas miedo, porque estoy contigo. [...] Yo verdaderamente te mantendré firmemente asido con mi diestra de justicia. Porque yo, Jehová tu Dios, tengo agarrada tu diestra, Aquel que te dice: ‘No tengas miedo. Yo mismo ciertamente te ayudaré’”.

Aferrarse a la diestra de Jehová ha ayudado a Jezreel a superar sus complejos y a lidiar con los problemas de salud. Al igual que millones de otras personas, espera el cumplimiento de las magníficas promesas de Dios.