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De nuestros lectores

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Riquezas más valiosas que el dinero (Marzo de 2009) El artículo citaba las siguientes palabras de Kostas: “Dios no quiere que llevemos una vida de lujos”. Yo creía que Jehová no pone límite a la cantidad de posesiones que puedan tener sus siervos, muchas o pocas, con tal de que Él ocupe el primer lugar. ¿Está mal llevar una vida de lujos mientras servimos a Dios con lealtad?

J. D., Estados Unidos

¡Despertad! responde: La Biblia no condena las riquezas; de hecho, muchos siervos de Dios del pasado eran ricos (Génesis 25:5; 26:12-16; Job 1:1-3). Sin embargo, las personas adineradas deben tener presente que ‘la exhibición ostentosa del medio de vida de uno no se origina del Padre, sino que se origina del mundo’ (1 Juan 2:16). Además, el apóstol Pablo dijo: “El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales”. Y señaló que por querer hacerse ricos, algunos habían sacrificado su espiritualidad y habían sido “descarriados de la fe” acribillándose “con muchos dolores” (1 Timoteo 6:10). Como es lógico, la Palabra de Dios no dice que los ricos tengan que sentirse culpables por poseer más que los demás. A todos los cristianos se les anima a ser “liberales, listos para compartir”, sin importar cuánto posean (1 Timoteo 6:18).

Alguien escucha su silencio (Octubre de 2008) Me animó mucho este artículo sobre Hillary, que padece el síndrome de Rett. Mi nieto de cinco años no puede ver, oír, andar, hablar ni sentarse. Pero ahora tengo la esperanza de que cuando le canto, le leo, le hablo, le hago algún masaje o lo acaricio, algo sucede en su cerebro. Lloré al leer las palabras de la madre de Hillary: “Aunque yo no comprendo todo lo que me dice, Jehová sí escucha su silencio y la entiende”. Me hizo comprender que aunque mi nieto no habla, Jehová escucha la voz de su corazón.

M. A., Japón

Mi hija tiene 43 años, y este es el primer artículo que he leído que me ilumina un poco sobre su enfermedad y su incapacidad. Me solidarizo con Hillary, su madre y su hermana. Aunque vivamos a miles de kilómetros de distancia, me identifico perfectamente con ellas y valoro mucho su ejemplo de fe, amor y aguante.

T. Y., Ghana

El aborto y sus consecuencias (Junio de 2009) Muchas gracias por la serie de artículos sobre el aborto. Cuando tenía veintitantos años aborté, de lo cual me he arrepentido profundamente. Si ahora no conociera la verdad, me sentiría muy desalentada. ¡Qué agradecida estoy de tener una esperanza y de saber que Jehová perdona!

Anónimo, Estados Unidos

Los jóvenes preguntan. ¿Cómo sobrellevar la muerte de uno de mis padres? (Agosto de 2009) Apenas tengo 22 años, y estoy totalmente desolada por la repentina e inesperada muerte de mi padre. Como decía el artículo, lo echaré de menos en los momentos más importantes para mí. Después de tres años, todavía me cuesta rehacer mi vida. No obstante, el artículo me animó. Las recomendaciones, aunque difíciles de poner en práctica, funcionan. Gracias por la estupenda labor que realizan.

N. P., Francia