Una mente inquisitiva que la historia inmortalizó
Una mente inquisitiva que la historia inmortalizó
● ¿Cómo le gustaría que lo recordaran? ¿Qué dirá la gente cuando piense en usted? Hay quienes tratan de sobresalir en los campos de la ciencia, la política, los deportes o las artes, obsesionados con la idea de dejar un legado para la posteridad. Pero ¿qué le parecería ser recordado por las preguntas que formuló en vida?
Hace quinientos años, en Centroamérica, un hombre planteó varias preguntas que lo ponen a uno a pensar. Se trata del cacique Nicarao, cuyo nombre al parecer dio origen a la palabra Nicaragua. Su nombre llegó a denominar su tribu, el gran lago de la región, y la tierra misma en que vivió.
La tribu de Nicarao habitó la franja localizada entre el océano Pacífico y el lago de Nicaragua. Poco después de que Colón descubriera el Nuevo Mundo, los españoles se dispusieron a explorar esta región. El capitán Gil González Dávila y sus tropas partieron rumbo al norte desde la actual Costa Rica y llegaron a la tierra de Nicarao en 1523.
Imagínese el nerviosismo de los expedicionarios al adentrarse en aquellos terrenos desconocidos. Sin duda debieron sentir alivio al conocer al jefe Nicarao y su gente, quienes los recibieron con la generosidad que caracteriza hasta el día de hoy a los nicaragüenses. Entre otros regalos, les dieron una gran cantidad de oro.
Nicarao deseaba hallar la respuesta a algunas preguntas que llevaba mucho tiempo haciéndose y a otras que le surgieron a raíz de la visita de los españoles. Según los cronistas, le preguntó al capitán González:
¿Ha escuchado hablar de un gran diluvio que acabó con la humanidad y los animales? ¿Volverá Dios a inundar la Tierra? ¿Qué sucede después de la muerte? ¿Cómo se mueven el Sol, la Luna y las estrellas? ¿Cómo se mantienen colgados en el cielo? ¿A qué distancia se encuentran? ¿Cuándo dejarán de brillar? ¿De dónde viene el viento? ¿Qué produce el calor y el frío, la luz y la oscuridad? ¿Por qué no duran lo mismo los días del año?
Como se puede ver, Nicarao estaba ansioso por conocer más sobre el mundo natural. Sus preguntas también reflejan a buen grado sus creencias religiosas y muestran que tenía intereses y preocupaciones similares a los de muchas personas de nuestro día. Además, el hecho de que él y su pueblo tuvieran conocimiento de una gran inundación nos recuerda lo que la Biblia menciona sobre el Diluvio (Génesis 7:17-19).
Aunque el espiritismo y los sacrificios humanos formaban parte central de la cultura a la que pertenecía, a Nicarao le preocupaba mucho la manera de conducirse de su pueblo. Algunas de sus preguntas dan prueba de una conciencia en funcionamiento. Como dijo el apóstol Pablo: “Su conciencia da testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados” (Romanos 2:14, 15).
Actualmente se erige una estatua en honor del cacique Nicarao cerca del lugar donde se cree que se encontró por primera vez con los exploradores españoles. Su espíritu inquisitivo, que lo llevó a reflexionar seriamente sobre la vida y el mundo que lo rodeaba, es un buen ejemplo para nosotros (Romanos 1:20).
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(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Nicaragua
SUDAMÉRICA
OCÉANO ATLÁNTICO