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La Biblia, un libro de profecías exactas. Parte 3

La Biblia, un libro de profecías exactas. Parte 3

La Biblia, un libro de profecías exactas. Parte 3

“Hemos hallado al Mesías”

En esta serie de ocho partes, ¡Despertad! analizará una característica sobresaliente de la Biblia: sus profecías, o predicciones. Los artículos contestarán las siguientes preguntas: ¿Son las profecías bíblicas tan solo invenciones de hombres inteligentes? ¿O tienen el sello de la inspiración divina? Lo invitamos a evaluar las pruebas.

SIGLOS antes del nacimiento de Jesús, los profetas hebreos predijeron la llegada del Mesías (en hebreo, la palabra Mesías significa “Ungido”). Aquellos profetas dieron detalles precisos sobre él, como su árbol genealógico, dónde y cuándo se presentaría a la humanidad y qué le sucedería.

Los cristianos del siglo primero estaban convencidos de que Jesús había cumplido dichas profecías. Pensaban igual que el discípulo Andrés, quien dijo a su hermano Simón: “Hemos hallado al Mesías” (Juan 1:40, 41). ¿Estaban en lo cierto? Veamos solo cuatro de las muchas profecías que se hicieron acerca del Mesías; en cada caso evaluaremos las pruebas.

Profecía 1: “Se sentará en el trono de David” (Isaías 9:7, Dios habla hoy, 1994).

Cumplimiento: El Evangelio de Mateo abre con estas palabras: “El libro de la historia de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán”. Mateo pasa entonces a trazar la genealogía de Jesús a partir de David, tal como hace el evangelista Lucas (Mateo 1:1-16; Lucas 3:23-38).

Lo que revela la historia

● El hecho de que Jesús descendía de David era de conocimiento general (Mateo 9:27; 20:30; 21:9). De acuerdo con el historiador judío Josefo, la documentación genealógica de las familias judías se podía consultar en archivos públicos, que fueron destruidos en el año 70 e.c. (era común) junto con la ciudad de Jerusalén. De modo que si la afirmación de Jesús hubiera sido falsa, cualquiera habría podido refutarla; pero no hay constancia de que nadie lo intentara siquiera.

Profecía 2: “Oh Belén Efrata, el demasiado pequeño para llegar a estar entre los miles de Judá, de ti me saldrá aquel que ha de llegar a ser gobernante en Israel” (Miqueas 5:2).

Cumplimiento: Jesús nació en Belén. Cuando César Augusto mandó realizar un censo, José, el padre adoptivo de Jesús, se vio obligado a viajar de Nazaret “a Judea [o Judá], a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser miembro de la casa y familia de David, para inscribirse con María”. Estando allí, María “dio a luz a su hijo”, Jesús (Lucas 2:1-7).

Lo que revela la historia

● La arqueología confirma que los romanos llevaban a cabo censos en Oriente Medio para efectos de recaudación de impuestos y servicio militar. Uno de tales censos se menciona en un edicto emitido en el año 104 por el gobernador romano de Egipto. En una copia del decreto, la cual se encuentra en la Biblioteca Británica, leemos: “Siendo inminente el censo de cada casa, es necesario intimar a todos los que por cualquier causa residan fuera de [sus distritos], que vuelvan a sus propios domicilios, a fin de que cumplan con los requisitos acostumbrados del censo y cuiden del cultivo que les pertenece”.

● En la época en que nació Jesús había en Israel dos pueblos llamados Belén. Uno estaba en el norte, cerca de Nazaret; el otro, que al parecer antes se conocía como Efrata, se ubicaba en Judá, no lejos de Jerusalén (Génesis 35:19). Jesús nació en el segundo, tal como había predicho Miqueas unos ocho siglos atrás.

Profecía 3: “Desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas” (Daniel 9:25).

Cumplimiento: El espacio de tiempo señalado en la profecía de Daniel asciende a 69 períodos de siete años cada uno, para un total de 483 años. La reconstrucción de Jerusalén comenzó en 455 a.e.c. (antes de la era común). Y según indicó la profecía, 483 años (69 semanas de años) más tarde, en el 29 e.c., Jesús llegó a ser el Ungido, o Mesías, al ser bautizado y ungido con el espíritu santo de Dios (Lucas 3:21, 22). *

Lo que revela la historia

● En las primeras décadas del siglo primero, “el pueblo [estaba] en expectación” de la llegada del Mesías (Lucas 3:15). En su libro A History of Messianic Speculation in Israel (Historia de la especulación mesiánica en Israel), el especialista Abba Hillel Silver explica que el período previo a la destrucción de Jerusalén “fue testigo de una asombrosa explosión de emocionalismo mesiánico”. También escribe que “se esperaba al Mesías aproximadamente para el segundo cuarto del siglo primero”. Según Silver, las esperanzas de los judíos se fundaban en “la cronología popular de aquellos días”.

Profecía 4: “Él hará su sepultura hasta con los inicuos, y con la clase rica en su muerte” (Isaías 53:9).

Cumplimiento: Aunque a Jesús lo ejecutaron junto a dos criminales, fue enterrado en una tumba labrada en la roca. La tumba fue donada por José de Arimatea, un hombre adinerado que creía en Jesús (Mateo 27:38, 57-60; Juan 19:38).

Lo que revela la historia

● Muchos escritores no cristianos de la antigüedad, como el historiador judío Josefo y el historiador romano Tácito, dieron fe de que Jesús fue ejecutado como un delincuente.

● Las excavaciones arqueológicas en Palestina han descubierto antiguas tumbas formadas por cámaras o bóvedas labradas en la roca. Para alguien rico e influyente como José de Arimatea, no habría sido mayor problema tener una tumba de ese tipo.

Lo anterior no es más que una pequeña muestra de las numerosas profecías mesiánicas que se cumplieron en Jesús. Está claro, pues, que ningún hombre hubiera podido forzar el cumplimiento de predicciones tan pormenorizadas. El hecho de que se hayan cumplido con tal precisión fortalece nuestra fe en que provienen de Dios mismo y en que él derramará sobre la humanidad obediente todas las bendiciones mesiánicas que ha prometido.

En el siguiente artículo de esta serie analizaremos una fascinante pregunta: si Jesús era el Mesías prometido, ¿por qué permitió que le hicieran daño y lo mataran?

[Nota]

^ párr. 16 Si desea más información acerca de esta profecía, que trata sobre la fecha de la aparición del Mesías, vea las páginas 197 a 199 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, editado por los testigos de Jehová.

[Ilustraciones y recuadro de las páginas 22 y 23]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

CUATRO PROFECÍAS MESIÁNICAS EN LA LÍNEA DEL TIEMPO

1 El Mesías sería descendiente del rey David

1070 a.e.c.

David llega a ser rey de todo Israel

607 a.e.c.

Jerusalén es destruida por los babilonios

455 a.e.c.

Se da la orden de reconstruir Jerusalén

2 El Mesías nacería en Belén de Judá

2 a.e.c.

Jesús nace en Belén de Judá, en la familia de David

3 El Mesías aparecería 483 años después de emitida la orden de reconstruir Jerusalén

29 e.c.

Jesús es bautizado y ungido como el Mesías

4 El Mesías moriría entre pecadores y sería enterrado con los ricos

33 e.c.

Jesús muere entre delincuentes y es enterrado con los ricos