Una visita a los zoológicos de hoy
HACE tres mil años, un emperador chino construyó un parque al que llamó el Jardín de la Inteligencia. El parque contaba con una gran colección de animales vivos y cubría una superficie de 607 hectáreas (1.500 acres). Aquel lugar debió de ser una auténtica rareza para la época.
Hoy, en cambio, los zoológicos son tan comunes que millones de personas en todas partes tienen la posibilidad de visitarlos. “En un mundo en el que las áreas naturales se están reduciendo y las zonas urbanas crecen sin parar, los zoológicos se han convertido en el medio más accesible para entrar en contacto con la vida silvestre”, señala el libro Zoos in the 21st Century (Zoológicos del siglo XXI).
Qué ofrecen los zoológicos modernos
Los zoológicos ofrecen la oportunidad de admirar algunas de las criaturas más hermosas y sorprendentes en un entorno que recrea a buen grado su hábitat original. Allí usted puede observar iridiscentes mariposas revoloteando en un jardín tropical, o pingüinos disfrutando una lluvia de nieve en un espacio que simula las heladas tierras antárticas.
También puede recorrer una selva ecuatorial en miniatura y deleitarse con las aves y otros animales propios de dicho ecosistema. O quizás prefiera entrar en un pabellón oscuro a mirar los animales nocturnos. Incluso podría asistir a una exhibición de aves de presa en pleno vuelo o ver los saltos acrobáticos de los delfines.
Las fieras, que antes estaban confinadas en jaulas, ahora deambulan por espacios abiertos, separados del público por profundos fosos.Las dos caras de la moneda
Muchos defensores de la fauna silvestre dudan que sea buena idea sacar a un animal de su entorno para encerrarlo en un ambiente artificial. Dicen que eso restringe sus movimientos y trastorna su comportamiento instintivo.
En respuesta a las críticas, los administradores de zoológicos afirman que su labor es vital para la conservación y la educación. “El objetivo que perseguimos es fomentar el respeto por los animales —explica Jaime Rull, de Faunia, parque biológico de Madrid (España)—. Queremos despertar en el visitante el deseo de ayudar a conservar el hábitat de los animales, sin el cual no podrían sobrevivir.” En efecto, según diversos estudios, las exhibiciones bien pensadas aumentan la conciencia pública sobre la urgencia de proteger a las especies en peligro de extinción.
Hay variedades poco comunes —como el panda gigante— que se han ganado un lugar especial en el afecto del público. “Todo el mundo quiere ver a nuestros dos pandas —comenta Noelia Benito, del Zoo Aquarium de Madrid—. Estos famosos inquilinos se han convertido en
el símbolo de nuestra lucha por salvar a las especies que corren el riesgo de desaparecer. Aunque son muy exigentes a la hora de elegir pareja, esperamos que se reproduzcan sin problemas.”A diferencia de los pandas, muchos animales se reproducen con éxito en cautiverio gracias a la mejora en sus condiciones de vida y a la buena atención veterinaria. Los notables resultados de los programas de reproducción han dejado sin argumentos a quienes critican a los zoológicos por participar en el comercio de especies protegidas. Además de mantener una colección para exhibirla, muchos zoológicos intentan criar dichas especies con la esperanza de reintroducirlas en la naturaleza.
Una de las principales causas de las extinciones que estamos presenciando es la destrucción de los ecosistemas. Es por eso por lo que muchos zoológicos participan de lleno en el financiamiento de programas de conservación y colaboran directamente con reservas naturales en países tropicales. *
El rostro de la naturaleza
En vista de que a la mayoría de los niños les encantan los animales, una visita en familia al zoológico durante el fin de semana o en las vacaciones les ofrece a los padres la oportunidad ideal para hablar a sus hijos sobre la creación de Dios. Allí pueden admirar juntos el rostro de la naturaleza.
Desde los albores de la historia, la humanidad ha mostrado un profundo interés por los animales. Vale la pena fomentar dicho interés en nuestros pequeños, pues el mundo natural nos permite ahondar en la personalidad del Creador. Sin duda, un paseo por el zoológico nos hará más conscientes y respetuosos de las extraordinarias criaturas que habitan este frágil planeta.
^ párr. 12 Los esfuerzos por proteger a los tigres de Asia, a los lémures de Madagascar y a los primates de África parecen estar dando resultados.