Observando el mundo
“La proporción de búsquedas en Google con la palabra porno se ha triplicado desde el 2004.” (THE ECONOMIST, GRAN BRETAÑA.)
“Cuando una joven [rusa] se casa, [...] las probabilidades de que su esposo la golpee, o de que las peleas lleguen a los golpes, son de un 60%.” (MOSKOVSKIYE NOVOSTI, RUSIA.)
“Uno de cada siete científicos y médicos radicados en el Reino Unido ha visto a colegas suyos alterar intencionalmente datos o inventarlos durante sus investigaciones o para publicarlos.” (BRITISH MEDICAL JOURNAL, GRAN BRETAÑA.)
“La cantidad de sobrevivientes de cáncer se ha cuadruplicado en Estados Unidos desde 1971 hasta llegar a unos doce millones [...]. El incremento puede deberse en gran parte a la detección temprana, tratamientos más eficaces y mejores atenciones durante la recuperación.” (UC BERKELEY WELLNESS LETTER, ESTADOS UNIDOS.)
Justo antes de la Navidad del 2011 se formó una pelea entre unos cien sacerdotes y monjes de confesiones rivales en la Iglesia de la Natividad (Belén). “Fue un problema trivial que [...] se produce cada año”, dijo un teniente coronel de policía. Y añadió: “Nadie fue detenido porque todos los implicados eran hombres de Dios” (AGENCIA DE NOTICIAS REUTERS, ESTADOS UNIDOS).
La gran muralla verde de África
La Unión Africana dio inicio a un proyecto panafricano en el 2007 cuyo objetivo es detener el avance del desierto con una muralla vegetal. Desde Senegal, en el oeste, hasta Yibuti, en el este, un total de 11 países están plantando millones de arbolitos de especies resistentes para crear un cinturón vegetal de 7.600 kilómetros (4.700 millas) de longitud y 15 kilómetros (9 millas) de ancho. “Tenemos que utilizar especies sin interés maderable”, explica Aliou Guissé, profesor de Ecología Vegetal de la Universidad Cheikh Anta Diop, de Dakar (Senegal). Se espera que las zonas reforestadas sirvan además de reserva natural y proporcionen recursos sustentables para las comunidades locales.
¿Por qué bostezamos?
Los científicos no pueden explicar por qué toda persona del planeta bosteza, y en la mayoría de los casos, varias veces al día. Incluso bostezamos antes de nacer. Hasta los erizos, avestruces, serpientes y peces bostezan. Existen numerosas teorías —a menudo contradictorias—, pero ninguna que deje contentos a los investigadores. Muchos proponen la explicación de que esa bocanada de aire, que dura unos seis segundos en promedio, sirve para aumentar la cantidad de oxígeno que llega al cerebro. Con todo, “hasta el momento, no se han hallado pruebas que sostengan esta idea”, señala Science News. Algunos estudios recientes con ratas parecen indicar que “el bostezo sirve de termostato y enfría el cerebro cuando se calienta”. Pero nadie está seguro.