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 ENTREVISTA | IRÈNE HOF LAURENCEAU

Una cirujana ortopeda explica por qué cree en Dios

Una cirujana ortopeda explica por qué cree en Dios

La doctora Irène Hof Laurenceau practica cirugía ortopédica en Suiza. Antes dudaba de la existencia de Dios, pero hace algunos años se convenció de que existe y de que creó la vida. ¡Despertad! habló con ella sobre su trabajo y sus creencias.

¿Qué la llevó a interesarse por la ciencia?

Siempre me ha fascinado la naturaleza. Me crié en Richterswil, un hermoso pueblo suizo a orillas del lago de Zúrich. Cuando mis padres y mis hermanos mayores me llevaban de paseo, me hablaban de los animales y las plantas que veíamos por el camino.

¿Por qué estudió ortopedia?

Mi padre fue ayudante de quirófano durante un tiempo y siempre nos hablaba de las operaciones que veía. Su entusiasmo era tan contagioso que decidí hacerme cirujana. Me especialicé en cirugía ortopédica, pues me gustaban los aspectos mecánicos de esta rama de la medicina. Los cirujanos ortopedas tienen que pensar como ingenieros para reparar los huesos, músculos y tendones que nos permiten movernos.

Pero lo mejor de todo es ver cómo se recuperan mis pacientes. Me encanta trabajar con personas.

¿Por qué dudaba de la existencia de Dios?

Mis dudas empezaron de joven, y fue por dos razones. Primero, algunos de los instructores de mi iglesia llevaban una vida inmoral, lo cual me molestaba mucho. Segundo, varios de mis profesores de Biología creían en la evolución, y yo llegué a aceptarla, especialmente en la universidad.

¿Por qué aceptó la evolución?

Creí a mis profesores. Además, pensaba que las semejanzas que hay en la anatomía de algunos animales eran prueba de que estos tenían un antepasado común y apoyaban la idea de que las mutaciones genéticas  producen nuevas especies.

Sin embargo, cambió de parecer. ¿Por qué?

Un amigo me invitó a una reunión de los testigos de Jehová. Me impresionaron mucho la amabilidad de los presentes y los instructivos discursos. Posteriormente me visitó una señora muy agradable de la congregación; le pregunté: “¿Cómo sé que es verdad lo que dice la Biblia?”.

Ella me mostró las profecías bíblicas que hablan de nuestros tiempos. Por ejemplo, me enseñó la profecía de Jesús que dice que en los últimos días habría guerras internacionales, “grandes terremotos” y “pestes y escaseces de alimento” por todas partes. * También me mostró las profecías que hablan de la crisis social, del aumento de la codicia y de otros aspectos negativos que distinguen a la sociedad actual. * Poco después comencé a estudiar la Biblia y me di cuenta de que las profecías siempre se cumplen. Fue entonces cuando decidí replantearme las ideas que tenía sobre el origen de la vida.

¿Le ayudaron sus conocimientos médicos a cambiar su opinión sobre el origen de la vida?

Sí. Cuando comencé a estudiar la Biblia, estaba haciendo una investigación sobre la cirugía de rodilla. A finales de los sesenta, los científicos empezaron a entender el complejo funcionamiento de las rodillas. Han descubierto que no solo giran alrededor de un solo eje como las bisagras, sino que ruedan y se deslizan a la vez. Gracias a esta ingeniosa combinación tienen una amplia gama de movimientos que nos permite caminar, bailar, patinar y hacer muchas cosas más.

Los investigadores llevan unos cuarenta años tratando de crear una prótesis de rodilla, pero nuestras rodillas son tan complejas que no es fácil imitarlas. Además, las prótesis tienen un período de vida relativamente corto. Aun con materiales de la mejor calidad, no duran más de veinte años. En cambio, nuestras rodillas están hechas de células que se renuevan constantemente. En mi opinión, las pruebas demuestran que la rodilla es producto de la sabiduría de Dios, no de la evolución ciega.

¿Y qué piensa de las mutaciones y las similitudes que hay en la anatomía de ciertas especies?

Esas similitudes demuestran que las especies tienen un mismo Diseñador. Por otro lado, las mutaciones no mejoran el diseño de los organismos vivos ni los convierten en especies más avanzadas. Al contrario, tienden a dañar sus genes. Claro, es posible obtener beneficios de un accidente. Por ejemplo, un tren puede chocar con un puente y destruirlo, lo cual serviría para proteger la ciudad en caso de que hubiera una invasión. Pero el accidente no mejoró la ciudad. Del mismo modo, las mutaciones no hacen más aptos a los organismos. Jamás podrían producir un diseño tan exquisito como el de la rodilla humana, no digamos ya el de otras partes aún más complejas del cuerpo.

Las mutaciones jamás podrían producir un diseño tan exquisito como el de la rodilla humana

¿Por qué se hizo testigo de Jehová?

Cuando comencé a poner en práctica los principios bíblicos, la calidad de mi vida mejoró increíblemente. Por otro lado, en el 2003 fui a una asamblea internacional de los testigos de Jehová. Allí vi que se tratan como si fueran familia aunque no se conozcan. Eso sí que es amor, y yo quería pertenecer a una familia así.