AYUDA PARA LAS FAMILIAS | LOS JÓVENES
Cuando se rompe un noviazgo
EL PROBLEMA
“Pensé que había encontrado al hombre de mis sueños y que estaría con él toda mi vida. Pero después de dos meses de salir juntos, tuve que romper con él. No podía creer que algo que había empezado tan bien, pudiera acabarse tan de golpe.” (Ana) *
“Éramos como dos gotas de agua, ¡nos parecíamos en todo! Podía imaginarme casada con él. Pero a medida que fue pasando el tiempo, empecé a ver que no nos parecíamos en nada. Cuando me di cuenta de que seguir juntos era un error, rompí con él.” (Elena)
Si has pasado por una experiencia similar, este artículo puede ayudarte.
LO QUE DEBES SABER
Cuando se termina un noviazgo, los dos sufren. “Me sentía fatal —comenta Sara, que cortó con su novio después de seis meses—. De repente, alguien que era parte de mi vida y de mi futuro había desaparecido. Cuando escuchaba “nuestras” canciones, me acordaba de lo mucho que disfrutábamos juntos. O si iba a alguno de nuestros lugares favoritos, me dolía que no estuviera conmigo. Me sentía así de mal, aunque había sido yo la que rompió con él.”
Aunque duela, romper tal vez sea para bien. Elena dice: “Por supuesto, no quieres lastimarlo. Pero a la vez sabes que los dos acabarán sufriendo si continúas un noviazgo que no funciona”. Sara opina lo mismo. Dice: “Si no eres feliz con él mientras son novios, tampoco lo serás cuando te cases con él. Así que terminar el noviazgo es lo más conveniente”.
Romper con alguien no te hace mala persona. El propósito del noviazgo es llegar a una decisión, no necesariamente al matrimonio. Si cualquiera de los dos tiene serias dudas, es probable que lo mejor sea terminar ahí. En ese caso, recuerda que el que la relación haya fracasado no significa que tú seas un fracaso. ¡Sigue adelante con tu vida!
LO QUE PUEDES HACER
Acepta que te duele. “No perdí simplemente a un amigo, perdí a mi mejor amigo”, confiesa Elena. Siendo francos, cuando terminas con alguien tan querido, es normal pasar por un período de angustia y dolor. Un joven llamado Adam lo expresa así: “Has perdido a alguien, y eso siempre duele, por más que sepas que ha sido para bien”. Quizás te sientas tan angustiado como el rey David cuando escribió: “Noche tras noche lloro tanto que inundo de lágrimas mi almohada” (Salmo 6:6, Dios habla hoy [DHH]). A veces, la manera de superar el dolor es sufrirlo, no evitarlo. Reconocer lo que sientes es el primer paso para recuperarte. (Principio bíblico: Salmo 4:4.)
Rodéate de gente que te quiera. Tal vez prefieras estar solo. “Al principio, no quería ver a nadie —admite Ana, mencionada antes—. Necesitaba tiempo para recuperarme, poner en orden mis ideas y entender lo que había pasado.” Pero con el tiempo, Ana se dio cuenta de que estar con buenos amigos la animaba. “Ahora tengo la mente más clara y ya no me duele tanto haber roto con mi novio”, concluye. (Principio bíblico: Proverbios 17:17.)
Aprende de la experiencia. Quizás hayas visto que aún tienes que madurar. Piensa también en si hay algo que harías diferente en una próxima relación. Una joven llamada Marcia dice: “Después que pasó un tiempo, pude ver las cosas más claras. Pero solo lo conseguí cuando pude pensar con la cabeza y no con el corazón”. Adam opina igual: “Me tomó un año recuperarme. Pero aprender de aquella experiencia me tomó aún más tiempo. Me sirvió para conocerme mejor. Además, aprendí mucho sobre las mujeres y sobre las relaciones personales. Poco a poco me he ido sintiendo mejor”.
Pídele ayuda a Dios. La Biblia dice que Dios “sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas” (Salmo 147:3, DHH). Es verdad que Jehová no es un casamentero, pero tampoco separa a la gente. Él quiere que seamos felices; por eso, desahógate con él, te hará bien. (Principio bíblico: 1 Pedro 5:7.)
^ párr. 4 Se han cambiado los nombres.