Los proclamadores del Reino informan

Se da ayuda a personas de toda clase en los Países Bajos

ABRAHÁN fue un hombre de fe singular. “Cuando fue llamado”, obedeció la voz de Dios y “salió, aunque no sabía adónde iba”, dijo el apóstol Pablo. Después de mudar a toda su familia, “residió como forastero en la tierra de la promesa” durante los últimos cien años de su vida (Hebreos 11:8, 9).

Hoy, igualmente, muchos testigos de Jehová han aceptado el reto de trasladarse a otro país para servir donde hay más necesidad. Otros han aprendido un nuevo idioma a fin de dar testimonio a grupos de extranjeros que han emigrado a su país. Como lo muestran los siguientes ejemplos, este excelente espíritu ha abierto “una puerta grande que conduce a la actividad” en los Países Bajos, donde un millón de sus 15.000.000 de habitantes proceden de otras naciones (1 Corintios 16:9).

□ Bahram, ex instructor de kung fu, proviene de un país de Oriente Medio. Obtuvo una Biblia y algunas publicaciones Watch Tower. Transcurrido un mes, se dio cuenta de que había encontrado la verdad, y se empezó un estudio con él y su esposa. Pero había un problema: su maestro de la Biblia no hablaba su idioma. Se comunicaban por medio de gestos, hablando “con las manos y los pies”, según recuerdan ellos. Con el tiempo, él y su esposa hallaron una congregación en su propio idioma y progresaron rápidamente. Bahram ya es un Testigo bautizado.

□ Un matrimonio de precursores holandeses abordó a un señor indonesio que estaba parado frente a un supermercado, quien recibió la grata sorpresa de oírles hablar en su propio idioma. Se hicieron planes para visitarlo en su hogar. Se supo que este señor había vivido en Rusia por más de veinte años, y durante aquel tiempo llegó a ser ginecólogo. Aunque decía ser ateo, admitía que cada vez que una paciente daba a luz, quedaba maravillado y pensaba: “¡Qué perfecto es el cuerpo humano! ¡Qué milagro!”. Aceptó un estudio de la Biblia y enseguida se convenció de que existe un Creador que se interesa en toda la humanidad (1 Pedro 5:6, 7). Ahora es un hermano bautizado que sirve en la congregación indonesia de Amsterdam.

□ En Rotterdam, uno de los puertos más grandes del mundo, un grupo de precursores se ha hecho diestro en dar testimonio a las personas de diversos grupos lingüísticos que desembarcan allí a diario. Como fruto de la labor de estos predicadores entusiastas, varios marineros, entre ellos un capitán, un oficial de la marina y un ex guardaespaldas, han aceptado la verdad. Ahora ellos también ayudan a difundir las buenas nuevas del Reino de Dios por todo el mundo (Mateo 24:14).

Al igual que en otros lugares de la Tierra, los testigos de Jehová de los Países Bajos están resueltos a hacer su parte en declarar las buenas nuevas eternas a toda nación, tribu, lengua y pueblo (Revelación [Apocalipsis] 14:6).