Se riegan las semillas de la verdad en Chile
Los proclamadores del Reino informan
Se riegan las semillas de la verdad en Chile
EN EL desierto del norte de Chile pueden pasar años sin que caiga lluvia. Pero cuando cae, el suelo reseco y rocoso se transforma en un verdadero manto de flores multicolores. Este panorama espectacular atrae a turistas de todo el país.
Sin embargo, entre los chilenos está ocurriendo un fenómeno mucho más interesante. Las aguas de la verdad bíblica fluyen a todo rincón del país y muchas personas sinceras están “floreciendo” y transformándose en discípulos de Jesucristo. Un medio que se utiliza para difundir las aguas de la verdad es el teléfono. Las siguientes experiencias ilustran los buenos resultados que se están logrando al aprovechar este método de dar testimonio.
• A una evangelizadora de tiempo completo llamada Karina se le pidió que demostrara en una asamblea de circuito cómo dar testimonio por teléfono. Pero ella nunca había participado en esa faceta de la predicación. A fin de animarla a tomar parte en el programa de la asamblea, un anciano y su esposa repasaron con ella algunos puntos sobre cómo predicar por teléfono. También la instaron a pedir la guía de Jehová en este asunto. Así lo hizo, y por fin decidió hacer una llamada.
Karina escogió un número telefónico de un pueblo cercano. Una operadora contestó, y Karina le explicó el propósito de la llamada. La señora respondió favorablemente y se hicieron planes para conversar de nuevo al cabo de tres días. La revisita por teléfono resultó en que se estableciera un estudio bíblico con el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? Desde entonces han disfrutado de estudios interesantes y animados, y Karina ha enviado publicaciones a la señora para contestar sus preguntas.
• Bernarda tomó la iniciativa de dar testimonio a un señor que marcó su número telefónico por equivocación. En vez de mostrarse enfadada, ella se identificó como testigo de Jehová y se ofreció a ayudarlo. Entablaron una conversación, y el señor escuchó la explicación que le dio la hermana de cómo el Reino de Dios pronto acabará con la injusticia. Él le dio su número telefónico, y ella le hizo varias revisitas por teléfono. Durante una de las conversaciones, Bernarda le leyó una sección del libro El conocimiento que lleva a vida eterna. El señor preguntó cómo podía conseguir un ejemplar, y ella se lo envió junto con una Biblia. Se hicieron planes para que lo visitara un hermano de la localidad, quien continúa “regando” esta “planta” floreciente.
No cabe duda de que en el árido terreno espiritual de este mundo hay semillas ocultas que están listas para brotar cuando reciben las vivificantes aguas de la verdad. Miles de personas sedientas siguen ‘brotando’ y “floreciendo” al transformarse en siervos fieles de Jehová Dios (Isaías 44:3, 4).