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“Peligro oculto para la salud pública”

“Peligro oculto para la salud pública”

“Peligro oculto para la salud pública”

EN ESTADOS UNIDOS, nada menos que la tercera parte de los usuarios adultos de Internet han visitado algún sitio que tiene que ver con la sexualidad, según reveló una encuesta reciente sobre el sexo en la Red. Muchas personas están cediendo a sus impulsos sexuales a través de Internet. “Es un peligro oculto para la salud pública que crece de continuo, en parte debido a que muy pocos lo reconocen como tal o lo toman con la debida seriedad”, dice el doctor Al Cooper, el psicólogo encargado de la encuesta.

¿Quiénes son especialmente vulnerables al cibersexo? “Los usuarios que tal vez han reprimido o limitado su sexualidad toda la vida”, pero que “de repente encuentran infinitas oportunidades sexuales” en Internet, añade el doctor Cooper.

La mayoría de las personas que frecuentan esos sitios, sin embargo, creen que tal práctica es inofensiva. ¿Es así? Tal como un drogadicto desarrolla tolerancia a la sustancia de la que depende, muchos adictos al cibersexo buscan “dosis” mayores de sexualidad en Internet para gratificar sus deseos. De hecho, hasta pueden poner en peligro su empleo y la relación con su cónyuge.

Quienes desean agradar a Dios tienen una razón más para evitar los sitios sexuales de Internet. La Palabra de Dios exhorta: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría. Por causa de esas cosas viene la ira de Dios” (Colosenses 3:5, 6). Para que la persona ‘amortigüe los miembros de su cuerpo’ con respecto al apetito sexual inmundo, tiene que cultivar amor profundo a Jehová Dios (Salmo 97:10). Quien se sienta atraído al peligro para la salud pública que representa el cibersexo, debe fortalecer su amor a Jehová estudiando Su Palabra, la Biblia. El compañerismo sano con los testigos de Jehová en el Salón del Reino le ayudará mucho a fortalecer su determinación de agradar a Dios.