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Consejo divino para la elección de un cónyuge

Consejo divino para la elección de un cónyuge

Consejo divino para la elección de un cónyuge

“Te haré tener perspicacia, y te instruiré en el camino en que debes ir. Ciertamente daré consejo con mi ojo sobre ti.” (SALMO 32:8.)

1. ¿Qué factores son necesarios para tener un buen matrimonio?

EL ACRÓBATA sale despedido del trapecio volante, se dobla y con destreza da un salto mortal en el aire. Rápidamente endereza el cuerpo y extiende los brazos para que lo agarre un trapecista que está colocado en posición invertida y se balancea en el lado contrario. Una pareja de patinadores se desliza con suavidad por la pista de hielo. De repente, el hombre levanta a su compañera y la lanza por el aire. Ella gira sobre sí misma, se posa con gracia sobre un patín, y los dos continúan dando vueltas sobre el hielo. Ambos ejercicios parecen hechos casi sin esfuerzo. Sin embargo, ¿quién se atrevería a realizarlos sin haberlos practicado, sin contar con un compañero competente y, sobre todo, sin las instrucciones y la orientación adecuadas? Del mismo modo, tal vez parezca que los buenos matrimonios se consiguen por casualidad. No obstante, también dependen de que se cuente con una buena pareja, de un esfuerzo coordinado y, en especial, de recibir consejo sabio. De hecho, es esencial contar con la guía adecuada.

2. a) ¿Quién instituyó el matrimonio, y con qué propósito? b) ¿Cómo se conciertan algunos matrimonios?

2 Es natural que los jóvenes solteros de ambos sexos piensen en encontrar un cónyuge, un compañero para toda la vida. Desde que Jehová Dios instituyó el matrimonio entre el hombre y la mujer, ha sido el estilo de vida normal. Pero el primer hombre, Adán, no escogió a su esposa, sino que fue Jehová quien amorosamente se la suministró (Génesis 2:18-24). Esta pareja habría de multiplicarse para que la Tierra acabara llenándose de seres humanos. Después de esta primera unión, por lo general eran los padres de la novia y el novio quienes se encargaban de los planes matrimoniales, a veces tras obtener el consentimiento de los contrayentes (Génesis 21:21; 24:2-4, 58; 38:6; Josué 15:16, 17). Aun cuando las bodas concertadas siguen siendo normales en algunos países y culturas, hoy mucha gente escoge a la persona con la que se casará.

3. ¿Cómo debe escogerse un cónyuge?

3 ¿Cómo debe elegirse un cónyuge? Algunas personas se dejan influir por la apariencia, por lo que encuentran agradable y deseable a los ojos. Otras buscan ventajas materiales, a alguien que las cuide bien y que atienda sus necesidades y deseos. Pero ¿resultará por sí sola cualquiera de estas maneras de enfocar el matrimonio en una relación feliz y satisfactoria? “El encanto puede ser falso, y la belleza puede ser vana —dice Proverbios 31:30—; pero la mujer que teme a Jehová es la que se procura alabanza.” Ahí encontramos un punto importante: tomar en cuenta a Jehová a la hora de escoger un cónyuge.

Consejo amoroso de parte de Dios

4. ¿Qué ayuda nos da Dios para elegir un cónyuge?

4 Nuestro amoroso Padre celestial, Jehová, nos ha proporcionado su Palabra escrita para guiarnos en todo asunto. Él dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar” (Isaías 48:17). No sorprende, por tanto, que encontremos en la Biblia pautas de eficacia probada para elegir un cónyuge. Jehová desea que nuestra unión marital sea perdurable y feliz, por lo que nos ha dado ayuda para que comprendamos y pongamos en práctica estas directrices. ¿No es eso lo que esperaríamos de nuestro amoroso Creador? (Salmo 19:8.)

5. ¿Qué es fundamental para que perdure la felicidad en el matrimonio?

5 Cuando Jehová instituyó el matrimonio, pretendía que fuera un vínculo perdurable (Marcos 10:6-12; 1 Corintios 7:10, 11). Este es el motivo por el que “ha odiado un divorciarse”, que solo está permitido en caso de “fornicación” (Malaquías 2:13-16; Mateo 19:9). De modo que la elección de pareja es uno de los pasos más serios que damos, y no debemos tomarlo a la ligera. Pocas decisiones influirán tanto en que seamos felices o desdichados. Una buena elección enriquece la vida y la hace agradable, mientras que una mala resulta en incesante dolor (Proverbios 21:19; 26:21). A fin de seguir siendo felices, es fundamental que escojamos con sabiduría y estemos dispuestos a contraer un compromiso duradero, pues al instituir el matrimonio, Dios creó una relación que prosperaría con la armonía y la colaboración (Mateo 19:6).

6. ¿Por qué han de tener un especial cuidado los jóvenes a la hora de escoger pareja, y cómo tomarán la mejor decisión?

6 Los jóvenes deben tener especial cuidado de que la atracción física y los fuertes impulsos no les nublen el juicio a la hora de escoger pareja. Es más, quienes entran en una relación que se basa únicamente en tales factores pueden acabar en poco tiempo despreciándose o hasta odiándose (2 Samuel 13:15). Por otro lado, el amor imperecedero se cultiva al llegar a conocer a nuestro cónyuge, así como al comprendernos mejor a nosotros mismos. También debemos entender que lo mejor para nosotros quizá no sea lo que al principio desea nuestro corazón (Jeremías 17:9). Por eso es tan importante la guía divina que se halla en la Biblia. Nos ayuda a darnos cuenta de cómo tomar las mejores decisiones en la vida. El salmista atribuyó a Jehová estas palabras: “Te haré tener perspicacia, y te instruiré en el camino en que debes ir. Ciertamente daré consejo con mi ojo sobre ti” (Salmo 32:8; Hebreos 4:12). Es verdad que el matrimonio satisface nuestra necesidad innata de amor y compañía, pero también plantea dificultades que hay que afrontar con madurez y discernimiento.

7. ¿Por qué no aceptan algunas personas el consejo bíblico sobre la elección de pareja, pero en qué podría resultar este proceder?

7 Dicta la prudencia que prestemos atención a lo que el Autor del matrimonio tiene que decirnos sobre la elección de una pareja. Sin embargo, es posible que nos mostremos reacios a aceptar el consejo bíblico cuando nos lo dan nuestros padres o los ancianos cristianos. Quizá pensemos que no nos comprenden bien, y puede que los intensos deseos emocionales nos impelan a seguir la inclinación del corazón. Pero cuando nos enfrentemos a la realidad, tal vez nos lamentemos de no haber prestado atención al sabio consejo que se nos dio para nuestro bien (Proverbios 23:19; 28:26). Es posible que nos encontremos atrapados en una relación sin amor, con unos hijos a los que no nos resulta fácil cuidar y, quizá, hasta con un cónyuge incrédulo. Sería muy triste que una institución que podría darnos mucha felicidad se convirtiera en una fuente de gran aflicción.

La devoción piadosa es un factor decisivo

8. ¿Cómo contribuye la devoción piadosa a que el matrimonio perdure y produzca felicidad?

8 Hay que reconocer que la atracción mutua contribuye a la solidez del matrimonio. Sin embargo, de mucha mayor importancia para que la unión marital perdure y sea fuente de felicidad es que se compartan los mismos valores. La devoción mutua a Jehová Dios crea un vínculo permanente y favorece la unidad como ningún otro factor puede hacerlo (Eclesiastés 4:12). Cuando una pareja cristiana centra su vida en la adoración verdadera de Jehová, está unida espiritual, mental y moralmente. Los cónyuges estudian juntos la Palabra de Dios. Oran juntos, lo cual unifica su corazón. Se acompañan a las reuniones cristianas y salen juntos al ministerio del campo. Todo ello contribuye a forjar un vínculo espiritual que los une más el uno al otro. Y lo más importante es que resulta en la bendición de Jehová.

9. ¿Qué hizo Abrahán a fin de encontrar esposa para su hijo, y con qué resultados?

9 La devoción piadosa impulsó al fiel patriarca Abrahán a tratar de agradar a Dios cuando llegó el momento de escoger un cónyuge para su hijo Isaac. Le dijo a su siervo de confianza: “Tengo que hacerte jurar por Jehová, el Dios de los cielos y el Dios de la tierra, que no tomarás esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre quienes estoy morando, sino que irás a mi país y a mis parientes, y ciertamente tomarás esposa para mi hijo, para Isaac. [...] [Jehová] enviará a su ángel delante de ti, y ciertamente tomarás de allá esposa para mi hijo”. Rebeca resultó ser una extraordinaria esposa, a quien Isaac amó profundamente (Génesis 24:3, 4, 7, 14-21, 67).

10. ¿Qué obligaciones bíblicas tienen los esposos y las esposas?

10 Si somos cristianos solteros, la devoción piadosa nos ayudará a cultivar las cualidades que nos permitirán reunir los requisitos bíblicos para el matrimonio. Algunas de las obligaciones de los cónyuges son las que mencionó el apóstol Pablo: “Que las esposas estén en sujeción a sus esposos como al Señor [...]. Esposos, continúen amando a sus esposas, tal como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por ella, [...] los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos [...;] que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa tal como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo” (Efesios 5:22-33). Como vemos, las palabras inspiradas de Pablo recalcan la necesidad del amor y el respeto. Seguir este consejo implica tener temor reverente a Jehová. Exige un compromiso de todo corazón, tanto en los buenos como en los malos momentos. Los cristianos que piensan en el matrimonio deben poder asumir esta responsabilidad.

Cómo decidir cuándo casarse

11. a) ¿Qué consejo dan las Escrituras sobre cuándo casarse? b) ¿Qué ejemplo pone de relieve la sabiduría de seguir la exhortación bíblica de 1 Corintios 7:36?

11 Es fundamental saber en qué momento estamos listos para casarnos. Dado que esto varía dependiendo de la persona, las Escrituras no estipulan una edad, aunque sí dicen que es mejor esperar hasta haber “pasado la flor de la juventud”, durante la cual los intensos impulsos sexuales pueden nublar el buen juicio (1 Corintios 7:36). “Como veía a mis amigos y amigas salir con chicos y chicas y casarse, muchos de ellos en la adolescencia, a veces me resultó difícil aplicar este consejo —confiesa Michelle—. Pero me di cuenta de que procede de Jehová, quien solo nos dice aquello que nos beneficia. Al esperar para casarme, me centré en mi relación con Jehová y adquirí experiencia en la vida, algo que no es posible tener en la adolescencia. Algunos años después estaba mejor preparada para hacer frente a las obligaciones y los problemas que se presentan en la vida conyugal.”

12. ¿Por qué no es prudente apresurarse a contraer matrimonio cuando aún se es joven?

12 Quienes se apresuran a casarse siendo todavía bastante jóvenes suelen descubrir que sus necesidades y deseos cambian cuando maduran. Entonces se dan cuenta de que lo que al principio encontraban deseable ya no les parece tan importante. Una joven cristiana estaba decidida a desposarse cuando tuviera 16 años, pues su abuela y su madre lo habían hecho a esa edad. Como un muchacho en quien estaba interesada no quiso casarse con ella entonces, se decidió por otro que estuvo dispuesto a hacerlo. Sin embargo, tiempo después se lamentó muchísimo de haberse precipitado.

13. ¿De qué suelen carecer los que se casan antes de tiempo?

13 Es importante que cuando proyectemos casarnos, tengamos una comprensión madura de todo lo que conlleva. Desposarse antes de tiempo ocasiona multitud de problemas que con toda probabilidad la joven pareja no está preparada para afrontar. Tal vez les falten la experiencia y la madurez que les permitirían hacer frente a las tensiones que ocasionan la vida de casados y la crianza de los hijos. Deberíamos unirnos en matrimonio solo cuando estuviéramos preparados física, mental y espiritualmente para emprender una vida en común de forma permanente.

14. ¿Qué se necesita para encarar las situaciones difíciles que se presentan en el matrimonio?

14 Pablo escribió que quienes se casan “tendrán tribulación en la carne” (1 Corintios 7:28). Surgirán problemas porque se unen dos personalidades distintas, y las opiniones de los cónyuges son diferentes. Por causa de la imperfección humana, tal vez nos resulte difícil cumplir con el papel que la Biblia nos asigna dentro de la institución marital (1 Corintios 11:3; Colosenses 3:18, 19; Tito 2:4, 5; 1 Pedro 3:1, 2, 7). Requiere madurez y estabilidad espiritual buscar y seguir el consejo divino para resolver con amor las situaciones que causan tensión.

15. ¿Qué papel desempeñan los padres en la preparación de los hijos para casarse? Ilústrelo.

15 Los padres prepararán a sus hijos para casarse haciéndoles comprender la importancia de gobernarse por la guía divina. La utilización hábil de las Escrituras y las publicaciones cristianas les permitirá ayudar a su prole a determinar si ellos y sus posibles cónyuges están preparados para asumir el compromiso del matrimonio. * Blossom, de 18 años, creía estar enamorada de un joven de su congregación que era ministro precursor de tiempo completo, y deseaban casarse. Pero sus padres le pidieron que esperara un año, pues pensaban que aún era muy joven. Ella escribió tiempo más tarde: “¡Cuánto agradezco haber escuchado aquel sabio consejo! En un año maduré un poco y empecé a darme cuenta de que el muchacho carecía de las cualidades que contribuirían a que fuera un buen esposo. Con el tiempo dejó la organización, y yo me libré de sufrir un fracaso en mi vida. Es maravilloso tener padres prudentes en cuyo buen juicio poder confiar”.

‘Casarse solo en el Señor’

16. a) ¿Cómo es posible que se pruebe a los cristianos en cuanto a ‘casarse en el Señor’? b) ¿Sobre qué deben reflexionar los cristianos cuando se sientan tentados de casarse con un incrédulo?

16 El mandato de Jehová para los cristianos está muy claro: ‘Casarse solo en el Señor’ (1 Corintios 7:39). Es posible que a los padres cristianos y a sus hijos se les pruebe a este respecto. ¿De qué modo? Quizá un joven desee casarse, pero en la congregación no encuentre a la persona apropiada, o al menos eso parezca. En una determinada localidad tal vez haya menos hombres que mujeres en disposición de casarse, o quizá no haya nadie en la zona a quien se considere adecuado. Entonces, un muchacho que no es miembro dedicado de la congregación se interesa en una joven cristiana (o viceversa), y ella se ve presionada a pasar por alto las normas de Jehová. En tales circunstancias convendría reflexionar sobre el ejemplo de Abrahán. Conservó su buena relación con Dios al asegurarse de que su hijo Isaac se desposara con una verdadera adoradora de Jehová. Isaac obró igual en el caso de su hijo Jacob. Todos tuvieron que hacer un esfuerzo, pero agradaron a Dios y recibieron bendiciones (Génesis 28:1-4).

17. ¿Por qué es probable que la unión con un incrédulo resulte en un fracaso, y cuál es la razón más importante para ‘casarse solo en el Señor’?

17 Aunque en unos cuantos casos el incrédulo ha acabado haciéndose cristiano, por lo general las uniones con no creyentes han sido desastrosas. Quienes se han unido en yugo desigual con un incrédulo no tienen las mismas creencias, normas o metas que este (2 Corintios 6:14). Tal circunstancia puede tener un efecto perjudicial en la comunicación y la felicidad marital. Por ejemplo, una cristiana se lamenta muchísimo de que tras una fortalecedora reunión, no puede hablar de asuntos espirituales con su esposo incrédulo cuando regresa a casa. Por supuesto, lo más importante es que ‘casarse en el Señor’ implica lealtad a Jehová. Cuando nos guiamos por lo que dice la Palabra de Dios, no nos condena el corazón, pues hacemos lo que ‘es grato a sus ojos’ (1 Juan 3:21, 22).

18. ¿A qué cuestiones importantes debe prestarse atención cuando se contempla el matrimonio, y por qué?

18 Una de las preocupaciones principales al contemplar el matrimonio es la virtud y la espiritualidad del posible cónyuge. De más valor que el atractivo físico es la personalidad cristiana, junto con el amor a Dios y la devoción de toda alma a él. Quienes valoran y cumplen con su obligación de ser cónyuges fuertes en sentido espiritual disfrutan de la aprobación divina. Y la mayor fortaleza de la pareja proviene de la devoción mutua al Creador y la aceptación plena de su consejo. De este modo se honra a Jehová, y la relación marital comienza sobre una base espiritual sólida que contribuirá a tener una unión permanente.

[Nota]

^ párr. 15 Véase La Atalaya del 15 de febrero de 1999, págs. 4-8.

¿Qué respuesta daría?

• ¿Por qué se necesita el consejo divino para escoger un buen cónyuge?

• ¿Cómo nos ayudará la devoción piadosa a fortalecer el vínculo marital?

• ¿Cómo pueden preparar los padres a sus hijos para el matrimonio?

• ¿Por qué es importante ‘casarse solo en el Señor’?

[Preguntas del estudio]

[Ilustraciones de la página 17]

La aplicación del consejo de Dios al escoger un cónyuge puede resultar en mucha felicidad

[Ilustraciones de la página 18]

Al ‘casarse solo en el Señor’, se obtienen abundantes bendiciones