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Un remedio práctico contra las tensiones de la vida

Un remedio práctico contra las tensiones de la vida

Un remedio práctico contra las tensiones de la vida

“Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré.” (MATEO 11:28.)

1, 2. a) ¿Qué remedio contra el exceso de tensión se halla en la Biblia? b) ¿Hasta qué punto eran eficaces las enseñanzas de Jesús?

PROBABLEMENTE, usted coincida en que la tensión excesiva es perjudicial; tiene el mismo efecto que la angustia. La Biblia señala que toda la creación humana se encuentra tan cargada, que muchas personas anhelan la liberación de las tensiones de la vida moderna (Romanos 8:20-22). Sin embargo, las Escrituras también muestran que aun ahora podemos lograr un alivio considerable de la angustia. Tal alivio proviene de seguir los consejos y el ejemplo de un hombre joven que vivió hace veinte siglos. Aunque carpintero de profesión, sentía una especial vocación por las personas. Les hablaba dirigiéndose al corazón y se centraba en sus necesidades, consiguiendo así fortalecer a las débiles y consolar a las deprimidas. Lo que es más, ayudó a muchas de ellas a desarrollar toda su potencialidad espiritual. De este modo redujo la tensión excesiva que sufrían, lo cual también se halla a nuestro alcance (Lucas 4:16-21; 19:47, 48; Juan 7:46).

2 Este hombre, Jesús de Nazaret, no se guió por el conocimiento mundanal que algunos buscaban en las antiguas Roma, Atenas o Alejandría. Aun así, sus enseñanzas son famosas. Giraban en torno a un tema: el gobierno que Dios utilizará para regir la Tierra con acierto. Jesús también explicó principios básicos sobre cómo vivir la vida, principios muy valiosos en nuestros días. Quienes aprenden y ponen en práctica lo que él enseñó obtienen beneficios inmediatos, entre ellos verse libres del exceso de tensión. ¿No le gustaría disfrutar de ese alivio a usted también?

3. ¿Qué magnífica invitación formuló Jesús?

3 Es posible que dude y se pregunte: “¿Podrá ejercer una influencia real en mi vida alguien que vivió hace tanto tiempo?”. Pues bien, preste atención a la invitación de Jesús: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera” (Mateo 11:28-30). ¿Qué quiso decir? Examinemos sus palabras con cierto detalle y veamos cómo abren el camino para mitigar las tensiones que nos oprimen.

4. ¿A quiénes se dirigió Jesús, y por qué es posible que sus oyentes encontraran difícil lo que se exigía de ellos?

4 Muchas de las personas a quienes Jesús se dirigió se desvivían por atenerse a la ley, pero estaban ‘cargadas’ con el pesado lastre en que habían convertido la religión los caudillos judíos (Mateo 23:4). Aquellos líderes insistían en un sinfín de reglas que gobernaban casi todo aspecto de la vida. ¿No le causaría a usted tensión oír continuamente un “no debes” hacer esto o lo otro? Por el contrario, la invitación de Jesús señalaba que quienes lo escucharan se encaminarían a la verdad, la justicia y una vida mejor. En efecto, para conocer al Dios verdadero se requería prestar atención a Jesucristo, ya que en él los seres humanos podían —y pueden— ver cómo es Jehová. Jesús mismo dijo: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9).

¿Le abruman las tensiones?

5, 6. ¿Qué comparación podría establecerse entre las condiciones laborales y los salarios de los tiempos de Jesús y los de nuestros días?

5 Tal vez le interese este tema porque su situación laboral o familiar le imponga una carga gravosa, o quizá porque otras responsabilidades le parezcan abrumadoras. En ese caso, usted es como aquellas personas sinceras a las que Jesús conoció y ayudó. Piense, por ejemplo, en el problema de ganarse el sustento. Para muchos, esto supone una auténtica lucha, y lo mismo sucedía en tiempos de Jesús.

6 En aquel entonces, los obreros trabajaban arduamente doce horas al día, seis días a la semana, y, en general, ganaban tan solo un denario por toda la jornada (Mateo 20:2-10). ¿Es equiparable aquel salario con el suyo o el de sus amigos? Comparar los ingresos antiguos con los de nuestros días no resulta fácil. Un modo de hacerlo es midiendo el poder adquisitivo, lo que alcanza a comprar el dinero. En tiempos de Jesús, un pan hecho con cuatro tazas de harina de trigo venía a costar lo que se ganaba en una hora de trabajo, según comenta cierto erudito. Otro señala que un vaso de vino de buena calidad se compraba con el salario correspondiente a dos horas. Estos detalles revelan que la gente de aquella época tenía que afanarse de sol a sol para seguir viviendo. Necesitaban alivio y consuelo, tal como nosotros. Si somos empleados, quizá nos sintamos presionados a rendir más. Puede que no tengamos tiempo de pensar bien las decisiones que tomemos y que admitamos lo mucho que anhelamos un respiro.

7. ¿Qué acogida tuvo el mensaje de Jesús?

7 Es evidente que la invitación de Jesús dirigida a todos los que en aquel tiempo ‘se afanaban y estaban cargados’ tuvo que resultar muy atractiva para muchos de sus oyentes (Mateo 4:25; Marcos 3:7, 8). Y no olvide que además prometió: “Yo los refrescaré”. Dado que esta promesa sigue en vigor hoy día, puede cumplirse en nosotros en el caso de que ‘nos afanemos y estemos cargados’, y también en nuestros seres amados, quienes quizá se hallen en esa misma situación.

8. ¿Por qué puede decirse que la crianza de los hijos y la edad avanzada añaden tensión a la vida?

8 Existen otras circunstancias gravosas. La crianza de los hijos constituye un desafío de primer orden, y hasta ser niño puede ser difícil. Cada vez más personas de toda edad sufren trastornos físicos o mentales, y aunque quizá se viva más tiempo, los avances de la medicina no han eliminado los achaques y problemas propios de la vejez (Eclesiastés 12:1).

Bajo el yugo

9, 10. ¿Qué simbolizaba el yugo en tiempos antiguos, y por qué invitó Jesús a la gente a tomar el yugo de él?

9 ¿Observó que en Mateo 11:28, 29 dijo Jesús: “Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí”? En aquellos tiempos, el hombre común podría sentirse como si trabajara bajo un yugo. Desde la antigüedad, el yugo ha sido un símbolo de esclavitud o servidumbre (Génesis 27:40; Levítico 26:13; Deuteronomio 28:48). Muchos de los obreros que Jesús conoció acarreaban pesadas cargas con un yugo literal que, dependiendo de su forma, se llevaría con relativa comodidad sobre el cuello y los hombros o causaría irritación en la piel. Siendo Jesús carpintero, probablemente fabricó yugos y, por tanto, sabía qué forma darles para que fueran ‘suaves’. Quizá cubriera de piel o de tela las zonas de contacto con el cuerpo, a fin de que resultaran lo más cómodos posible.

10 “Tomen sobre sí mi yugo”, dijo él. Con estas palabras tal vez se comparó a sí mismo a un proveedor de yugos de buena calidad, ‘suaves’ para el cuello y los hombros de los trabajadores. De ahí que agregara: “Mi carga es ligera”. Con ello subrayó que el yugo no era incómodo ni el trabajo servil. Cierto es que al invitar a sus oyentes a aceptar su yugo, Jesús no ofreció una liberación inmediata de todas las condiciones opresivas que existían entonces, pero ver los asuntos desde la nueva perspectiva que él enseñó produciría un refrigerio considerable. Los cambios que los oyentes hicieran en su estilo de vida y en su manera de actuar también los aliviarían. Y aún más importante, una esperanza clara y firme les permitiría vivir con menos tensiones.

El remedio está a su alcance

11. ¿Por qué puede decirse que Jesús no recomendó un simple cambio de yugos?

11 Observe que Jesús no habló de cambiar un yugo por otro. Roma seguiría dominando el territorio, tal como los actuales gobiernos de los países donde viven los cristianos ejercen su autoridad. Los impuestos romanos del siglo primero no desaparecerían; los problemas de salud y económicos continuarían existiendo; la imperfección y el pecado no dejarían de cobrar su tributo. Aun así, abrazar las enseñanzas de Jesús aliviaría a las personas de aquel tiempo, y lo mismo puede decirse de nosotros hoy.

12, 13. ¿A qué fuente de alivio señaló Jesús, y cómo respondieron algunos de sus oyentes?

12 Una aplicación clave de la ilustración de Jesús acerca del yugo se hizo patente en la obra de hacer discípulos. No hay duda de que la principal actividad de Jesús fue la enseñanza, en especial la relativa al Reino de Dios (Mateo 4:23). Por esta razón, sus palabras “Tomen sobre sí mi yugo” de seguro implicarían seguir su ejemplo y dedicarse a esa misma actividad. Los relatos evangélicos indican que Jesús indujo a algunos hombres sinceros a cambiar de trabajo, campo que para muchas personas es de primordial importancia. Recuerde la invitación que dirigió a Pedro, Andrés, Santiago y Juan: “Vengan en pos de mí, y haré que lleguen a ser pescadores de hombres” (Marcos 1:16-20). Jesús demostró a aquellos pescadores lo gratificante que sería participar en la obra a la que él daba prioridad, y además contando con su guía y ayuda.

13 Algunos de sus oyentes judíos captaron el sentido de sus palabras y actuaron en consecuencia. Imagínese la escena junto al mar descrita en Lucas 5:1-11. Cuatro pescadores se habían afanado en vano toda la noche, y ahora, en un momento, las redes rebosaban de peces. No fue casualidad: se debió a la intervención de Jesús. Al mirar hacia la orilla, aquellos cuatro hombres vieron que una multitud manifestaba vivo interés por las enseñanzas de Jesús, quien aprovechó el incidente para decirles: “De ahora en adelante estará[n] pescando vivos a hombres”. ¿Cómo respondieron? “Volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo y le siguieron.”

14. a) ¿Cómo podemos hallar refrigerio hoy día? b) ¿Qué reconfortantes buenas nuevas proclamó Jesús?

14 Básicamente, usted puede responder igual que ellos, pues la obra de enseñar la verdad bíblica sigue en marcha. Por todo el mundo, unos seis millones de testigos de Jehová han aceptado la invitación de Jesús de ‘tomar sobre sí su yugo’ y se han convertido en “pescadores de hombres” (Mateo 4:19). Algunos hacen de ello una ocupación a tiempo completo, mientras que otros efectúan todo lo que sus circunstancias les permiten. Todos hallan refrigerio en esta actividad, de forma que su vida se alivia de tensiones. Es una labor que les resulta muy grata, pues anuncian buenas noticias: “las buenas nuevas del reino” (Mateo 4:23). Si las buenas noticias siempre son agradables de contar, estas lo son de un modo especial. La Biblia contiene la información fundamental que se necesita para convencer a muchas personas de que es posible vivir con menos tensiones (2 Timoteo 3:16, 17).

15. ¿Cómo puede usted beneficiarse de las enseñanzas de Jesús sobre la vida?

15 Incluso quienes llevan muy poco tiempo adquiriendo conocimiento del Reino de Dios se han beneficiado de las enseñanzas de Jesús sobre cómo vivir la vida. Muchos de ellos pueden decir con toda sinceridad que tales instrucciones los han confortado y han contribuido a que su existencia cambie por completo. Compruébelo por usted mismo examinando algunos principios expuestos en los relatos de la vida y el ministerio de Jesús, en particular en los Evangelios que escribieron Mateo, Marcos y Lucas.

Cómo obtener alivio

16, 17. a) ¿Dónde se hallan algunas de las enseñanzas principales de Jesús? b) ¿Qué se requiere para obtener alivio mediante las enseñanzas de Jesús?

16 En la primavera del año 31 de nuestra era, Jesús pronunció un discurso que hoy es mundialmente famoso y que suele conocerse como el Sermón del Monte. Se halla en los capítulos 5 a 7 de Mateo y capítulo 6 de Lucas, y resume un gran número de sus enseñanzas, si bien encontrará muchas más en el resto de los Evangelios. Gran parte de lo que dijo no requiere mayor explicación, pero llevarlo a la práctica puede ser más difícil. ¿Por qué no lee esos capítulos atentamente, meditando en las ideas y permitiendo que la fuerza de estas influya en sus pensamientos y actitudes?

17 Como es lógico, las enseñanzas de Jesús pueden ordenarse de varias formas. Agrupe las principales de modo que a cada día del mes le corresponda una distinta, con el objetivo de ponerlas en práctica. ¿Cómo puede hacerlo? Pues bien, examínelas con detenimiento. Recuerde al gobernante rico que preguntó a Jesucristo: “¿Qué he de hacer para heredar la vida eterna?”. Cuando Jesús repasó los mandamientos esenciales de la Ley de Dios, aquel hombre le respondió que ya los estaba cumpliendo. Aun así, percibía que tenía que hacer más. Jesús lo invitó a ser un discípulo activo, a realizar un mayor esfuerzo por aplicar los principios piadosos de maneras prácticas. Pero, al parecer, aquel gobernante no estaba dispuesto a llegar tan lejos (Lucas 18:18-23). Por tanto, quien en la actualidad desea aprender las enseñanzas de Jesús no debe olvidar que una cosa es concordar con ellas y otra muy distinta abrazarlas activamente y así reducir las tensiones de la vida.

18. Ponga un ejemplo de cómo emplear con provecho el recuadro.

18 Como punto de partida para examinar y seguir las enseñanzas de Jesús, observe en el recuadro de las páginas 12 y 13 el primer punto, que hace referencia a Mateo 5:3-9. Lo cierto es que cualquiera de nosotros podría pasar largo rato meditando sobre los maravillosos consejos que se exponen en esos versículos. Viéndolos en conjunto, sin embargo, ¿a qué conclusión lo llevan en cuanto a las actitudes que debe tener? Si desea superar los efectos del exceso de tensiones, ¿qué le será de ayuda? ¿Cómo mejorará su vida si presta más atención a los asuntos espirituales y reflexiona más en ellos? ¿Hay intereses a los que tenga que restar importancia para centrarse en las cuestiones de índole espiritual? Hacerlo contribuirá a su felicidad aun ahora.

19. ¿Cómo puede adquirir más perspicacia y entendimiento?

19 Ahora vaya un paso más allá. ¿Por qué no conversa con otro siervo de Dios sobre esos versículos, quizá con su cónyuge, un pariente cercano o un amigo? (Proverbios 18:24; 20:5.) Tenga presente que el gobernante rico preguntó a otra persona —a Jesús— sobre un tema relacionado. La respuesta pudo haber acrecentado sus posibilidades de gozar de una vida feliz y duradera. El hermano cristiano con quien hable no alcanzará la talla de Jesús, pero ambos se beneficiarán de conversar sobre sus enseñanzas. Procure hacerlo cuanto antes.

20, 21. ¿Qué programa puede seguir para conocer mejor las enseñanzas de Jesús, y cómo puede evaluar su progreso?

20 Observe de nuevo el recuadro titulado “Enseñanzas para su provecho”. La forma en que estas se han agrupado le permitirá concentrarse cada día en por lo menos una de ellas. Empiece leyendo las palabras de Jesús en los versículos citados. A continuación, reflexione en ellas. Piense en cómo aplicar esa instrucción divina. Si le parece que ya la está obedeciendo, pregúntese cómo podría hacerlo en mayor medida. Céntrese en ella durante ese día. En caso de que le cueste comprenderla o ver maneras de aplicarla, dedíquele otro día. Ahora bien, tenga presente que no es preciso que continúe con la misma hasta dominarla por completo. Al día siguiente céntrese en otra enseñanza de Jesús. Al cabo de una semana, evalúe hasta qué punto ha logrado poner en práctica cuatro o cinco de ellas. Vaya añadiendo otras a lo largo de la segunda semana. Si percibe una deficiencia en la aplicación de algún aspecto, no se desanime: tal experiencia es común a todos los cristianos (2 Crónicas 6:36; Salmo 130:3; Eclesiastés 7:20; Santiago 3:8). Siga el mismo procedimiento durante la tercera y la cuarta semanas.

21 Después de más o menos un mes, quizá haya abarcado los 31 aspectos. En cualquier caso, ¿cómo se sentirá al lograrlo? ¿Acaso no se sentirá más feliz, tal vez más relajado? Aun si no mejora mucho, es probable que sufra menos tensión, o que por lo menos pueda sobrellevarla mejor; además, dispondrá de un método para seguir progresando. No olvide que hay muchos otros aspectos de las enseñanzas de Jesús que no figuran en la lista. ¿Por qué no busca algunos y trata de ponerlos en práctica? (Filipenses 3:16.)

22. ¿Qué se logra siguiendo las enseñanzas de Jesús, pero qué otro aspecto merece su atención?

22 Como hemos visto, el yugo de Jesús no carece de peso, pero es un yugo de bondad. La carga de sus enseñanzas y del discipulado es ligera. Con una experiencia personal de más de sesenta años, el apóstol Juan, el amado amigo de Jesús, lo confirmó: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3). Usted puede tener la misma confianza. Cuanto más aplique las enseñanzas de Jesús, más comprobará que los problemas que hoy llenan de tensiones la vida de la gente no le causan tanta angustia. Verá como se siente mucho más aliviado (Salmo 34:8). No obstante, hay otro aspecto del amable yugo de Jesús que merece su atención. Él dijo de sí mismo que era “de genio apacible y humilde de corazón”. ¿Qué papel desempeña esta verdad en nuestros esfuerzos por aprender de Jesús e imitarlo? El siguiente artículo se centrará en este tema (Mateo 11:29).

¿Cómo respondería?

• ¿Por qué debemos escuchar a Jesús si buscamos alivio de la tensión excesiva?

• ¿Qué simbolizaba el yugo, y por qué?

• ¿Por qué invitó Jesús a la gente a tomar el yugo de él?

• ¿Cómo podemos obtener alivio espiritual?

[Preguntas del estudio]

[Comentario de la página 14]

El texto de los testigos de Jehová para el año 2002 será: “Vengan a mí [...] y yo los refrescaré” (Mateo 11:28).

[Ilustración y recuadro de las páginas 12 y 13]

Enseñanzas para su provecho

¿Qué puntos provechosos puede hallar en los capítulos 5 a 7 de Mateo? Este pasaje contiene las enseñanzas que Jesús, el Gran Maestro, expuso en la ladera de una colina de Galilea. Tenga la bondad de leer en su Biblia los versículos citados a continuación, y hágase las preguntas relacionadas.

1. 5:3-9 ¿Qué me revelan estas palabras en cuanto a mi actitud en general? ¿Qué puedo hacer para ser más feliz? ¿Cómo podría prestar más atención a mis necesidades espirituales?

2. 5:25, 26 ¿Qué da mejores resultados que imitar el espíritu de disputa que tanta gente manifiesta? (Lucas 12:58, 59.)

3. 5:27-30 ¿Qué subrayan respecto a las fantasías románticas las palabras de Jesús? ¿Por qué tendré más felicidad y paz mental si las evito?

4. 5:38-42 ¿Por qué debo esforzarme por no adoptar la extremada agresividad que caracteriza a la sociedad moderna?

5. 5:43-48 ¿Cómo me beneficiará conocer mejor a quienes podría haber considerado enemigos? ¿Por qué es probable que ello contribuya a reducir o eliminar la tensión?

6. 6:14, 15 Si en ocasiones me cuesta perdonar, ¿se deberá principalmente a la envidia o el resentimiento? ¿Cómo podría cambiar?

7. 6:16-18 ¿Me preocupo más por las apariencias que por la persona que soy en mi interior? ¿Qué debería interesarme más?

8. 6:19-32 ¿Cómo me afectaría el interés excesivo en el dinero y las posesiones? ¿En qué podría pensar para mantener el equilibrio en este aspecto?

9. 7:1-5 ¿Cómo me siento cuando estoy entre personas severas y criticonas, que siempre buscan faltas? ¿Por qué es importante que evite ser así?

10. 7:7-11 Si la persistencia es recomendable al dirigir mis peticiones a Dios, ¿qué puede decirse de su conveniencia en otras facetas de la vida? (Lucas 11:5-13.)

11. 7:12 Aunque conozco la Regla de Oro, ¿con cuánta frecuencia pongo en práctica este consejo en mis relaciones con los demás?

12. 7:24-27 En vista de que soy responsable de dirigir mi vida, ¿cómo puedo estar mejor preparado para enfrentar tormentas de adversidad y torrentes de dificultades? ¿Por qué debo pensar en ello ahora? (Lucas 6:46-49.)

Otras enseñanzas sobre las cuales meditar:

13. 8:2, 3 ¿Cómo puedo tratar con compasión a los más desfavorecidos, como tan a menudo hizo Jesús?

14. 9:9-38 ¿Cuánta importancia doy a ser misericordioso, y cómo puedo serlo en mayor medida?

15. 12:19 ¿Aprendo de la profecía sobre Jesús y procuro no discutir?

16. 12:20, 21 ¿Qué bien lograré al no aplastar a los demás ni con mis palabras ni con mis actos?

17. 12:34-37 ¿Sobre qué temas hablo la mayor parte del tiempo? Si es obvio que al exprimir una naranja sale jugo de naranja, ¿por qué debo pensar en lo que hay en mi interior, en mi corazón? (Marcos 7:20-23.)

18. 15:4-6 ¿Qué me enseñan estas palabras de Jesús en cuanto al cuidado amoroso de las personas de edad avanzada?

19. 19:13-15 ¿A qué debo dedicar tiempo?

20. 20:25-28 ¿Por qué es infructuoso ejercer la autoridad por el simple placer de ejercerla? ¿Cómo puedo imitar a Jesús a este respecto?

Otros pensamientos que Marcos puso por escrito:

21. 4:24, 25 ¿Qué importancia tiene mi forma de tratar a los demás?

22. 9:50 ¿Qué buenos resultados probablemente obtenga si mis palabras y acciones son de buen gusto?

Por último, algunas enseñanzas que Lucas transcribió:

23. 8:11, 14 Si permitiera que las inquietudes, las riquezas o los placeres dominen mi vida, ¿qué podría suceder?

24. 9:1-6 Aunque Jesús tenía la facultad de curar a los enfermos, ¿a qué dio prioridad?

25. 9:52-56 ¿Me ofendo con rapidez? ¿Rechazo la tendencia a tomar represalias?

26. 9:62 ¿Cómo debo considerar mi responsabilidad de hablar del Reino de Dios?

27. 10:29-37 ¿Cómo puedo demostrar que soy un verdadero prójimo, y no alguien insensible?

28. 11:33-36 ¿Qué cambios podría efectuar para simplificar mi vida?

29. 12:15 ¿Qué relación existe entre la vida y las posesiones?

30. 14:28-30 Si me tomara el tiempo necesario para meditar bien mis decisiones, ¿qué podría evitar, y cómo me beneficiaría de ello?

31. 16:10-12 ¿Qué beneficios me producirá ser una persona íntegra?

[Ilustraciones de la página 10]

La obra de salvación que efectuamos bajo el yugo de Jesús es reconfortante