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“Prestemos más de la acostumbrada atención”

“Prestemos más de la acostumbrada atención”

“Prestemos más de la acostumbrada atención”

“Es necesario que prestemos más de la acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca se nos lleve a la deriva.” (HEBREOS 2:1.)

1. Ilustre cómo puede una distracción acarrear consecuencias desastrosas.

TAN solo en Estados Unidos, los accidentes de tránsito se cobran anualmente la vida de unas treinta y siete mil personas. Según los expertos, muchas de tales muertes se habrían evitado si los automovilistas hubieran prestado más atención a la carretera. Algunos se distraen con letreros y carteles publicitarios, con el teléfono celular o comiendo mientras conducen. En todas estas situaciones, la menor distracción puede acarrear consecuencias desastrosas.

2, 3. ¿Qué exhortación dirigió Pablo a los cristianos hebreos, y por qué era oportuna?

2 Casi dos mil años antes de la invención del automóvil, el apóstol Pablo señaló una distracción que resultó fatal para algunos cristianos hebreos. Pablo recalcó que el resucitado Jesucristo había recibido un puesto superior al de todos los ángeles, pues estaba sentado a la diestra de Dios. Entonces afirmó: “Por eso es necesario que prestemos más de la acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca se nos lleve a la deriva” (Hebreos 2:1).

3 ¿Por qué tenían los cristianos hebreos que prestar “más de la acostumbrada atención a las cosas oídas” con respecto a Jesús? Porque ya hacía casi treinta años que Jesús había abandonado la escena terrestre. En ausencia de su Amo, algunos de ellos empezaban a desviarse de la fe verdadera por causa del judaísmo, su anterior forma de adoración.

Tenían que prestar más atención

4. ¿Por qué, posiblemente, se sentirían tentados a volver al judaísmo algunos cristianos hebreos?

4 ¿Por qué se sentiría tentado un cristiano a volver al judaísmo? Pues bien, el sistema de adoración que la Ley estableció giraba en torno a cosas tangibles. La gente podía ver a los sacerdotes y oler los sacrificios quemados. El cristianismo, sin embargo, era muy distinto en ciertos aspectos. Los cristianos tenían un Sumo Sacerdote, Jesucristo, pero hacía tres decenios que nadie lo había visto en la Tierra (Hebreos 4:14). Tenían un templo, pero su lugar santo estaba en el cielo mismo (Hebreos 9:24). A diferencia de la circuncisión física prescrita en la Ley, la circuncisión del cristiano era “la del corazón por espíritu” (Romanos 2:29). De modo que la propia naturaleza del cristianismo quizá les pareciera un poco abstracta a los cristianos hebreos.

5. ¿Cómo mostró Pablo que el sistema de adoración que Jesús había instituido era superior al expuesto en la Ley?

5 Aquellos discípulos debían comprender algo fundamental respecto al sistema de adoración que Jesús había instituido: aunque se basaba más en la fe que en la vista, era superior a la Ley transmitida mediante el profeta Moisés. “Si la sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado, santifica al grado de limpieza de la carne —escribió Pablo—, ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo?” (Hebreos 9:13, 14.) En efecto, el perdón que se obtiene en virtud de la fe en el sacrificio redentor de Jesucristo es muy superior de diversas maneras al que proporcionaban los sacrificios que se ofrecían bajo la Ley (Hebreos 7:26-28).

6, 7. a) ¿Por qué era urgente que los cristianos hebreos ‘prestaran más de la acostumbrada atención a las cosas oídas’? b) ¿Cuánto tiempo le quedaba a Jerusalén cuando Pablo escribió su carta a los Hebreos? (Véase la nota.)

6 Había otra razón por la que los cristianos hebreos debían prestar mucha atención a las cosas que habían oído respecto a Jesús: él había predicho que Jerusalén sería destruida. Estas fueron sus palabras: “Vendrán días sobre ti en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación de estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán de todos lados, y te arrojarán al suelo, a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no discerniste el tiempo en que se te inspeccionaba” (Lucas 19:43, 44).

7 ¿Cuándo se cumpliría esta profecía? Jesús no reveló ni el día ni la hora, sino que dio estas instrucciones: “Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella” (Lucas 21:20, 21). En los treinta años transcurridos desde que Jesús pronunció estas palabras, algunos cristianos de Jerusalén habían perdido el sentido de la urgencia y se habían distraído. Por así decirlo, no mantenían la vista fija en la carretera, y a menos que cambiaran su forma de pensar, el desastre era seguro. Lo creyeran o no, la destrucción de su ciudad era inminente. * Esperamos que el consejo de Pablo haya despertado a los cristianos de Jerusalén que se habían sumido en ese letargo espiritual.

“Prestemos más de la acostumbrada atención” hoy día

8. ¿Por qué hemos de ‘prestar más de la acostumbrada atención’ a las verdades de la Palabra de Dios?

8 Al igual que los cristianos del siglo primero, hemos de ‘prestar más de la acostumbrada atención’ a las verdades de la Palabra de Dios. ¿Por qué razón? Porque nosotros también nos encaramos a una destrucción inminente, pero no de una sola nación, sino de un completo sistema de cosas (Revelación [Apocalipsis] 11:18; 16:14, 16). Es verdad que no sabemos con exactitud el día y la hora en que Jehová intervendrá (Mateo 24:36). No obstante, somos testigos oculares del cumplimiento de las profecías bíblicas que indican claramente que vivimos en “los últimos días” (2 Timoteo 3:1-5). Por consiguiente, debemos estar en guardia contra todo lo que pudiera distraernos. Tenemos que prestar atención a la Palabra de Dios y mantener un agudo sentido de la urgencia. Solo así “logr[aremos] escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder” (Lucas 21:36).

9, 10. a) ¿Cómo demostramos que estamos atentos a los asuntos espirituales? b) ¿En qué sentido es la palabra de Dios ‘una lámpara para nuestro pie’ y ‘una luz para nuestra vereda’?

9 En estos tiempos trascendentales, ¿cómo demostramos que estamos prestando “más de la acostumbrada atención” a los asuntos espirituales? Una manera es asistiendo con regularidad a las reuniones y asambleas cristianas, y otra es siendo estudiantes fervorosos de la Biblia a fin de acercarnos a su Autor, Jehová (Santiago 4:8). Si adquirimos conocimiento de él mediante el estudio personal y las reuniones, nos pareceremos al salmista que oró a Dios: “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda” (Salmo 119:105).

10 La Biblia es ‘una luz para nuestra vereda’ porque nos informa de los propósitos de Dios para el futuro. También es ‘una lámpara para nuestro pie’, pues nos ayuda a seguir adelante al afrontar las angustiosas circunstancias de la vida. Por este motivo, es fundamental que “prestemos más de la acostumbrada atención” cuando nos reunamos con nuestros hermanos en la fe para adquirir conocimiento y cuando leamos la Palabra de Dios personalmente. Lo que aprendamos nos permitirá tomar decisiones sabias y beneficiosas que complazcan a Jehová y regocijen su corazón (Proverbios 27:11; Isaías 48:17). ¿Cómo podemos aumentar nuestra capacidad de concentración en las reuniones y en los períodos de estudio personal a fin de obtener el máximo provecho de las dádivas espirituales que Dios suministra?

Cómo mejorar la concentración en las reuniones

11. ¿Por qué supone a veces un desafío prestar atención en las reuniones cristianas?

11 A veces, prestar atención en las reuniones cristianas es todo un desafío. La mente se distrae con facilidad, quizá por el llanto de un niño o por alguien que ha llegado tarde y busca asiento. Después de una larga jornada de trabajo, es natural que estemos cansados. La persona que habla desde la plataforma tal vez no sea el más atrayente de los oradores, así que, antes de darnos cuenta, estamos soñando despiertos... o hasta adormilados. En vista de la información esencial que se suministra, nos convendría mejorar nuestra concentración en las reuniones de congregación. Pero ¿cómo lograrlo?

12. ¿Qué contribuirá a que prestemos más atención en las reuniones?

12 Por lo general nos será más fácil concentrarnos en las reuniones si vamos a ellas bien preparados. ¿Por qué no apartamos algo de tiempo para pensar en los temas que van a tratarse? Solo toma unos minutos al día leer una parte de los capítulos asignados para la lectura semanal de la Biblia y meditar en ella. Con un poco de planificación, también hallaremos el tiempo para analizar la información del Estudio de Libro de Congregación y el Estudio de La Atalaya. Sin importar el horario que escojamos, una cosa es cierta: la preparación nos ayudará a prestar atención a lo que se expone en las reuniones.

13. ¿Qué puede ayudarnos a mantenernos concentrados en la información que se expone en las reuniones?

13 Además de estar bien preparados, hay quienes han comprobado que atienden mejor en las reuniones cuando se sientan en las primeras filas del Salón del Reino. Mantener el contacto visual con el orador, buscar en la Biblia los textos que se leen y tomar notas son otros métodos para impedir que la mente divague. Sin embargo, preparar el corazón es mucho más importante que cualquier técnica de concentración. Debemos comprender que el objetivo primordial por el que nos congregamos con nuestros hermanos cristianos es adorar a Jehová (Salmo 26:12; Lucas 2:36, 37). Las reuniones son un medio importante de alimentarnos en sentido espiritual (Mateo 24:45-47). Asimismo nos brindan oportunidades de “incitarnos al amor y a las obras excelentes” (Hebreos 10:24, 25).

14. ¿En qué estriba realmente el éxito de una reunión?

14 Algunos tienden a medir la calidad de las reuniones por las aptitudes docentes de los participantes. Según ese criterio, una buena reunión sería aquella en la que los oradores estuvieran muy capacitados. Pero cuando la calidad de la enseñanza no parece alcanzar cierto nivel, quizá nos inclinemos a pensar lo contrario. Es cierto que quienes intervienen en el programa han de hacer cuanto esté a su alcance por emplear el arte de enseñar y, sobre todo, por llegar al corazón (1 Timoteo 4:16). Aun así, los que escuchamos no debemos ser demasiado críticos. Aunque las aptitudes docentes de los participantes son importantes, este no es el único factor que contribuye al éxito de una reunión. ¿No es verdad que lo principal para nosotros no debería ser la habilidad del orador al pronunciar el discurso, sino el interés con que lo escuchamos? Cuando asistimos a las reuniones y prestamos atención, adoramos a Dios acorde con su voluntad. En eso estriba el éxito de las reuniones. Si estamos ansiosos de adquirir el conocimiento de Dios, nos beneficiaremos de ellas sin importar la habilidad de los oradores (Proverbios 2:1-5). Así pues, resolvámonos con todas nuestras fuerzas a ‘prestar más de la acostumbrada atención’ en nuestras reuniones.

Beneficiémonos al máximo del estudio personal

15. ¿Cómo nos benefician el estudio y la meditación?

15 ‘Prestar más de la acostumbrada atención’ en los períodos de estudio personal y de meditación nos aporta enormes beneficios. La lectura reflexiva de la Biblia y las publicaciones cristianas nos proporcionará valiosas oportunidades para grabar en el corazón las verdades de la Palabra de Dios, lo que a su vez tendrá un profundo efecto en nuestros pensamientos y acciones. De hecho, nos permitirá hallar deleite en hacer la voluntad de Jehová (Salmo 1:2; 40:8). Es preciso, pues, que desarrollemos nuestro poder de concentración para que nos resulte útil al estudiar. ¡Es tan fácil distraerse! Pequeñas interrupciones como una llamada telefónica o algún ruido pueden desviar nuestra atención. O quizá no nos sea posible permanecer mucho tiempo concentrados. Tal vez nos sentemos con la mejor intención de alimentarnos en sentido espiritual, pero a los pocos minutos la mente está vagando, pensando en otras cosas. ¿Cómo podemos ‘prestar más de la acostumbrada atención’ en el estudio personal de la Palabra de Dios?

16. a) ¿Por qué es importante que programemos períodos de estudio personal? b) ¿Cuándo estudia usted la Palabra de Dios?

16 Es provechoso elaborar un horario y escoger un lugar propicio para el estudio. La mayoría de nosotros disponemos de pocos momentos de soledad, y quizá nos parezca que el ajetreo diario nos arrastra como si fuéramos una ramita en un río impetuoso. En realidad, debemos luchar contra la corriente, por decirlo así, y buscar un islote de tranquilidad. En vez de sencillamente esperar que la oportunidad para estudiar se presente por sí sola, hemos de tomar las riendas de la situación y hacer tiempo para ello (Efesios 5:15, 16). Algunos apartan unos momentos por la mañana, cuando tal vez haya menos distracciones, mientras que a otros les va mejor por la noche. Lo importante es que no pasemos por alto la necesidad vital de adquirir conocimiento exacto de Dios y su Hijo (Juan 17:3). Por tanto, programemos un horario para el estudio personal y ciñámonos a él.

17. ¿Qué es la meditación, y cómo nos beneficia?

17 La meditación es el proceso de reflexionar sobre lo que hemos aprendido mediante el estudio, y posee un valor inestimable. Nos ayuda a extraer de la página impresa los pensamientos de Dios para fijarlos en nuestro corazón. También nos permite determinar cómo aplicar los consejos bíblicos para ser “hacedores de la palabra, y no solamente oidores” (Santiago 1:22-25). Asimismo, la meditación nos acerca a Jehová, pues podemos reflexionar sobre sus cualidades y la forma en que se resaltan en la información que analizamos en las sesiones de estudio.

18. ¿Qué se necesita para que la meditación sea provechosa?

18 Para beneficiarnos al máximo de estudiar y meditar, debemos proteger la mente de las distracciones. Tenemos que dejar a un lado las inquietudes de la vida diaria a fin de que la meditación nos permita asimilar nueva información. Se requiere algo de tiempo y soledad, pero ingerir el alimento espiritual y beber las aguas de la verdad que se hallan en la Palabra de Dios es sumamente fortalecedor.

19. a) ¿Cómo han aumentado algunos su capacidad de concentración en el estudio personal? b) ¿Cuál debe ser nuestra actitud para con el estudio, y qué beneficios nos reportará esta importante actividad?

19 ¿Y si nuestra capacidad de concentración es escasa y nuestra mente empieza a vagar a los pocos minutos de ponernos a estudiar? Algunos han aumentado su concentración comenzando con períodos de estudio más breves y alargándolos poco a poco. En vez de ir a toda prisa, queremos saborear el estudio, y para ello hemos de cultivar un interés intenso por el tema que estemos analizando. Podemos investigar más recurriendo al enorme caudal de información que nos proporciona la clase del esclavo fiel y discreto. Escudriñar “las cosas profundas de Dios” es de gran valor (1 Corintios 2:10). Ello nos permite ampliar nuestro conocimiento de Dios y desarrollar nuestras facultades perceptivas (Hebreos 5:14). Si somos estudiantes diligentes de la Palabra de Dios, estaremos “adecuadamente capacitados para enseñar a otros” (2 Timoteo 2:2).

20. ¿Cómo podemos alcanzar y mantener una relación íntima con Jehová Dios?

20 La asistencia a las reuniones cristianas y el estudio personal constituyen una ayuda inestimable para alcanzar y mantener una relación íntima con Jehová. Al parecer, ese fue el caso del salmista que dirigió a Dios estas palabras: “¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso” (Salmo 119:97). Por consiguiente, esforcémonos al máximo por asistir con regularidad a las reuniones y las asambleas. Además, compremos tiempo para el estudio de la Biblia y la meditación. Si de este modo prestamos “más de la acostumbrada atención” a la Palabra de Dios, nos esperan abundantes recompensas.

[Nota]

^ párr. 7 La carta a los Hebreos probablemente se escribió en el año 61 E.C. Si así fue, los ejércitos acampados de Cestio Galo cercaron Jerusalén apenas cinco años después. Aquellos soldados se retiraron enseguida, de modo que los cristianos que estaban alerta pudieron huir. Cuatro años más tarde, los ejércitos romanos a las órdenes del general Tito destruyeron la ciudad.

¿Recuerda usted?

• ¿Por qué se estaban desviando de la fe verdadera algunos cristianos hebreos?

• ¿Cómo podemos permanecer atentos en las reuniones cristianas?

• ¿Qué nos ayudará a beneficiarnos del estudio personal de la Biblia y de la meditación?

[Preguntas del estudio]

[Ilustración de la página 11]

Los cristianos hebreos tenían que mantenerse alerta a la inminente destrucción de Jerusalén

[Ilustración de la página 13]

Los padres pueden ayudar a sus hijos a beneficiarse de las reuniones cristianas