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Las cristianas fieles: valiosas adoradoras de Dios

Las cristianas fieles: valiosas adoradoras de Dios

Las cristianas fieles: valiosas adoradoras de Dios

“El encanto puede ser falso, y la belleza puede ser vana; pero la mujer que teme a Jehová es la que se procura alabanza.” (PROVERBIOS 31:30.)

1. ¿Qué diferencia hay entre el criterio que tiene Jehová sobre la belleza y el que tiene el mundo?

EL MUNDO concede muchísima importancia a la apariencia, particularmente en el caso de la mujer. Sin embargo, lo que a Jehová le interesa en especial es la persona interior, que puede volverse aún más hermosa con la edad (Proverbios 16:31). De ahí que la Biblia exhorte a las mujeres: “Que su adorno no sea el de trenzados externos del cabello ni el de ponerse ornamentos de oro ni el uso de prendas de vestir exteriores, sino que sea la persona secreta del corazón en la vestidura incorruptible del espíritu quieto y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios” (1 Pedro 3:3, 4).

2, 3. ¿De qué manera contribuyeron las mujeres a la difusión de las buenas nuevas en el siglo primero, y cómo se había predicho?

2 Muchas de las mujeres mencionadas en la Biblia manifestaron este loable espíritu. En el siglo primero, algunas tuvieron el privilegio de ministrar a Jesús y a los apóstoles (Lucas 8:1-3). Posteriormente, hubo cristianas que fueron celosas evangelizadoras; otras dieron inestimable apoyo a los hermanos que dirigían la obra, como el apóstol Pablo, y algunas se distinguieron por su hospitalidad, incluso ofreciendo su hogar para las reuniones de la congregación.

3 Las Escrituras predijeron que Jehová utilizaría a las mujeres de manera extraordinaria en la realización de su propósito. Por ejemplo, en Joel 2:28, 29 se predijo que hombres y mujeres, jóvenes y mayores, recibirían espíritu santo y darían a conocer las buenas nuevas del Reino. Aquella profecía comenzó a cumplirse en el Pentecostés de 33 E.C. (Hechos 2:1-4, 16-18). Algunas mujeres ungidas por espíritu recibieron dones milagrosos, como el de profetizar (Hechos 21:8, 9). Gracias a su celo en el ministerio, el gran ejército espiritual de hermanas fieles contribuyó a la rápida difusión del cristianismo en el siglo primero. De hecho, hacia el año 60 E.C., el apóstol Pablo escribió que las buenas nuevas se habían “predicado en toda la creación que está bajo el cielo” (Colosenses 1:23).

Encomiadas por su valentía, celo y hospitalidad

4. ¿Por qué tenía Pablo buenas razones para encomiar a ciertas cristianas de la congregación del siglo primero?

4 El apóstol Pablo apreció en gran manera el ministerio que efectuaron ciertas mujeres en particular, tal como hoy día los superintendentes cristianos valoran el ministerio que llevan a cabo con entusiasmo muchas hermanas. Pablo mencionó por nombre a “Trifena y a Trifosa, mujeres que están trabajando con ahínco en el Señor”, así como a “Pérsida nuestra amada, porque ella realizó muchas labores en el Señor” (Romanos 16:12). Respecto a Evodia y Síntique, escribió que se habían “esforzado lado a lado [con él] en las buenas nuevas” (Filipenses 4:2, 3). Priscila también colaboró con el apóstol junto a su esposo Áquila. Esta pareja hasta ‘arriesgó su propio cuello’ por Pablo, debido a lo cual este expresó sobre ellos: “No solo yo, sino todas las congregaciones de las naciones, dan gracias” (Romanos 16:3, 4; Hechos 18:2).

5, 6. ¿En qué aspectos puso Priscila un buen ejemplo para las hermanas de hoy día?

5 ¿A qué se debe que Priscila fuera tan denodada y valiente? La respuesta se apunta en Hechos 18:24-26, donde leemos que colaboró con su esposo en ayudar a Apolos, un orador de talento, a ponerse al día con la verdad revelada. Está claro, pues, que Priscila era buena estudiante de la Palabra de Dios y de la enseñanza de los apóstoles, lo que contribuyó a que cultivara excelentes cualidades que hicieron de ella una mujer muy valiosa para Dios y para su esposo, así como también una hermana muy apreciada por la congregación de aquel tiempo. En la misma estima se tiene hoy a muchas cristianas trabajadoras que estudian la Biblia con diligencia y se benefician del alimento espiritual que Jehová proporciona mediante “el mayordomo fiel” (Lucas 12:42).

6 Áquila y Priscila fueron sumamente hospitalarios. Pablo se quedó en su casa cuando trabajó con ellos en el oficio de hacer tiendas de campaña en Corinto (Hechos 18:1-3). Después de su mudanza a Éfeso y luego a Roma, aquel matrimonio siguió mostrando hospitalidad cristiana, incluso ofreciendo su casa para celebrar las reuniones de la congregación (Hechos 18:18, 19; 1 Corintios 16:8, 19). También Ninfa y María, la madre de Juan Marcos, ofrecieron sus hogares para estas reuniones (Hechos 12:12; Colosenses 4:15).

Muy valiosas en la actualidad

7, 8. ¿Qué encomiable servicio sagrado prestan hoy día muchas cristianas, y de qué pueden estar seguras?

7 Al igual que en el siglo primero, las cristianas fieles de hoy desempeñan un papel clave en la realización del propósito de Dios, particularmente en la evangelización. ¡Y qué magnífico historial se han labrado! Un ejemplo lo encontramos en Gwen, quien sirvió con fidelidad a Jehová por más de cincuenta años hasta su muerte, acaecida en 2002. Su esposo, con quien estuvo casada sesenta y un años, dice lo siguiente: “Gwen es casi una leyenda en nuestra ciudad por su celo como evangelizadora. Para ella, todo ser humano podía llegar a ser objeto del amor y las promesas de Jehová. Su ejemplo de lealtad a Dios, a su organización y a nuestra familia, sin olvidar sus cariñosas palabras de aliento cuando nos desanimábamos, fue siempre un gran apoyo para mí y para nuestros hijos durante los hermosos y gratificantes años que pasamos juntos. La echamos muchísimo de menos”.

8 Decenas de miles de cristianas, solteras y casadas, sirven de precursoras y misioneras, satisfechas con lo indispensable y entregadas a difundir el mensaje del Reino, ya sea en bulliciosas ciudades o en regiones aisladas (Hechos 1:8). Muchas han renunciado a tener un hogar y a criar una familia a fin de servir a Jehová más de lleno. Un buen número apoya lealmente a sus esposos en su labor de superintendentes viajantes, y miles más sirven en hogares Betel de todo el mundo. Sin lugar a dudas, estas abnegadas hermanas se cuentan entre “las cosas deseables de todas las naciones” que llenan de gloria la casa de Jehová (Ageo 2:7).

9, 10. ¿Cómo han expresado su aprecio algunos hermanos por el buen ejemplo de sus esposas o madres cristianas?

9 Por supuesto, muchas cristianas tienen obligaciones familiares que atender; sin embargo, ponen en primer lugar los intereses del Reino (Mateo 6:33). Una precursora soltera escribió: “El buen ejemplo y la fe inquebrantable de mi madre fueron determinantes en que yo me hiciera precursora regular. De hecho, ella fue una de las mejores compañeras que tuve”. Cierto hermano dice lo siguiente acerca de su esposa, madre de cinco hijas ya adultas: “Nuestra casa siempre estuvo limpia y ordenada. Bonnie se encargó de que nuestro hogar se mantuviera sencillo y sin demasiadas cosas a fin de que la familia pudiera concentrarse en los asuntos espirituales. Su aportación a la administración prudente de nuestra economía hizo posible que yo trabajara a tiempo parcial treinta y dos años, lo que me permitió dedicar más tiempo a la familia y a los asuntos espirituales. Mi esposa también enseñó a nuestras hijas la importancia de trabajar con ahínco. Solo tengo para ella palabras de elogio”. Este matrimonio sirve actualmente en la sede mundial de los testigos de Jehová.

10 Otro hermano, cuyos hijos ya son adultos, escribe lo siguiente respecto a su esposa: “Las cualidades que más admiro de Susan son su amor intenso por Dios y por la gente, así como su comprensión, empatía y honradez. Siempre ha sostenido que Jehová merece lo mejor que podamos darle, un principio que pone en práctica en su servicio a Dios y en su labor de madre”. Gracias al apoyo de su esposa, este hermano ha podido aceptar muchos privilegios espirituales, como servir de anciano, precursor, superintendente de circuito sustituto y miembro del Comité de Enlace con los Hospitales. ¡Cuánto aprecian a estas mujeres sus esposos, sus hermanos en la fe y sobre todo, Jehová! (Proverbios 31:28, 30.)

Valiosas mujeres sin esposo

11. a) ¿De qué forma ha manifestado Jehová su interés por las mujeres fieles, particularmente las viudas? b) ¿De qué pueden estar convencidas las viudas y otras cristianas fieles que no tienen esposo?

11 Jehová ha expresado muchas veces su interés por el bienestar de las viudas (Deuteronomio 27:19; Salmo 68:5; Isaías 10:1, 2). Él no ha cambiado; sigue profundamente interesado por ellas, así como por las madres solas y las mujeres que no se han casado, sea por elección propia o por no haber encontrado un esposo cristiano adecuado (Malaquías 3:6; Santiago 1:27). Si usted se cuenta entre quienes sirven fielmente a Jehová sin el apoyo de un cónyuge cristiano, tenga la seguridad de que Dios la valora mucho.

12. a) ¿Cómo demuestran su lealtad a Jehová algunas hermanas cristianas? b) ¿Qué sentimientos afrontan algunas de ellas?

12 Pensemos en nuestras hermanas cristianas que no se han casado por obedecer lealmente el consejo de Jehová de hacerlo “solo en el Señor” (1 Corintios 7:39; Proverbios 3:1). La Palabra de Dios les asegura: “Con alguien leal tú [Jehová] actuarás en lealtad” (2 Samuel 22:26). No obstante, para muchas de ellas su situación no es nada fácil. Una hermana dice: “Estoy resuelta a casarme solo en el Señor, pero he llorado mucho al ver que mis amigas se casan con cristianos magníficos mientras yo sigo sola”. Otra hermana señala: “Llevo sirviendo a Jehová veinticinco años. Estoy decidida a seguir siéndole leal, pero muchas veces la soledad me desalienta. Hermanas como yo necesitamos mucho ánimo”. ¿Cómo se puede ayudar a estas leales hermanas?

13. a) ¿Qué aprendemos del ejemplo de quienes visitaban a la hija de Jefté? b) ¿De qué otras formas podemos manifestar interés por las hermanas solteras de nuestra congregación?

13 Una manera de apoyarlas se hace patente en un ejemplo de la antigüedad. Cuando la hija de Jefté renunció a su oportunidad de casarse, la gente comprendió que estaba haciendo un sacrificio. ¿Qué hicieron para animarla? “De año en año las hijas de Israel iban a dar encomio a la hija de Jefté el galaadita, cuatro días en el año.” (Jueces 11:30-40.) Del mismo modo, debemos dar encomio sincero a las hermanas solteras que obedecen lealmente la ley de Dios. * ¿De qué otra forma podemos manifestar nuestro interés? Pidiendo a Jehová en nuestras oraciones que ayude a estas queridas hermanas a fin de que sigan sirviéndole con fidelidad. Merecen que se les reafirme que tanto Jehová como la entera congregación cristiana las quieren mucho y las aprecian de corazón (Salmo 37:28).

Las madres solas pueden tener éxito

14, 15. a) ¿Por qué deben acudir a Jehová por ayuda las cristianas que crían solas a sus hijos? b) ¿Cómo pueden obrar en armonía con sus oraciones?

14 También afrontan muchos problemas las cristianas que crían solas a sus hijos. Pero pueden pedir la ayuda de Jehová para hacerlo de acuerdo con los principios bíblicos. Si usted se encuentra en esa situación, seguramente no podrá cumplir en todo aspecto con el papel de madre y de padre. Sin embargo, Jehová le ayudará a atender sus muchas responsabilidades si acude a él con fe. Por ejemplo, si usted llevara una bolsa repleta de comestibles a su apartamento, situado en la última planta de un gran edificio, ¿subiría por las escaleras cargando todo ese peso si hubiera ascensor? Desde luego que no. De igual modo, no trate de llevar sola las pesadas cargas emocionales si puede pedir a Jehová que le ayude. De hecho, él nos invita a acudir a él. Salmo 68:19 dice: “Bendito sea Jehová, que diariamente nos lleva la carga”. Igualmente, 1 Pedro 5:7 nos anima a arrojar todas nuestras inquietudes sobre Jehová, “porque él se interesa” por nosotros. De modo que si los problemas y las preocupaciones le agobian, ábrale el corazón a su Padre celestial “incesantemente” (1 Tesalonicenses 5:17; Salmo 18:6; 55:22).

15 Por ejemplo, de seguro a cualquier madre le preocupan las pruebas de integridad que hayan de afrontar sus hijos en la escuela o la influencia que puedan tener sus compañeros sobre ellos (1 Corintios 15:33). Estas preocupaciones son razonables. Pero también son temas que exponer en oración. Es más, ¿por qué no ora acerca de tales asuntos con sus hijos antes de que se vayan a la escuela, quizá después de analizar juntos el texto diario? Las oraciones sinceras y específicas pueden causar una profunda impresión en la mente de los más jóvenes. Pero sobre todo, el esfuerzo paciente por inculcar la Palabra de Dios en el corazón de los hijos abre las puertas a la bendición de Jehová (Deuteronomio 6:6, 7; Proverbios 22:6). No olvidemos que “los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos están hacia su ruego” (1 Pedro 3:12; Filipenses 4:6, 7).

16, 17. a) ¿Qué dijo un hermano acerca del amor que le mostró su madre? b) ¿Qué efecto tuvo en los hijos la visión espiritual de aquella madre?

16 Veamos el ejemplo de Olivia, madre de seis hijos. Aunque su esposo no creyente abandonó a la familia cuando nació el más pequeño, ella asumió con gusto la responsabilidad de educar a sus hijos en los caminos de Dios. El varón, Darren, que ahora cuenta 31 años y sirve de anciano cristiano y precursor, tenía en aquel entonces unos cinco años. Las preocupaciones de Olivia aumentaron cuando a Darren le surgió un grave problema de salud que aún le afecta. Al reflexionar en su infancia, Darren escribe: “Todavía recuerdo estar sentado en la cama del hospital esperando impaciente a mamá. Todos los días, cuando llegaba, se sentaba a mi lado y me leía de la Biblia. Después me cantaba el cántico ‘Gracias, Jehová’. * Hasta el día de hoy, ese es mi cántico del Reino preferido”.

17 La confianza de Olivia en Jehová y su amor por él contribuyeron a los buenos resultados que obtuvo al criar sola a sus hijos (Proverbios 3:5, 6). Su buena actitud se reflejó en las metas que puso ante ellos. “Mamá siempre nos animaba a tener la meta del ministerio de tiempo completo —dice Darren—, de modo que lo emprendimos cuatro de mis cinco hermanas y yo. Sin embargo, mamá nunca se jactaba de ello ante los demás. Me esfuerzo mucho por imitar sus maravillosas cualidades.” Es cierto que, a diferencia de la familia de Olivia, no todos los hijos siguen sirviendo a Dios cuando llegan a adultos. Pero cuando una madre hace todo lo que está en su mano por vivir de acuerdo con los principios bíblicos, puede contar con la dirección y el apoyo amoroso de Jehová (Salmo 32:8).

18. ¿Cómo podemos mostrar que apreciamos la congregación cristiana que ha provisto Jehová?

18 Dios proporciona gran parte de su ayuda mediante la congregación cristiana, con su programa de alimentación espiritual, su hermandad cristiana y sus “dádivas en hombres” maduros en sentido espiritual (Efesios 4:8). Muchos ancianos fieles trabajan con ahínco por fortalecer a todo integrante de la congregación y dedican especial atención a las necesidades de “los huérfanos y de las viudas en su tribulación” (Santiago 1:27). Por esa razón, es necesario estar cerca del pueblo de Dios y nunca aislarse (Proverbios 18:1; Romanos 14:7).

La belleza de la sujeción

19. ¿Por qué no implica inferioridad la sumisión de la esposa, y qué ejemplo bíblico apoya esta idea?

19 Jehová creó a la mujer como complemento del hombre (Génesis 2:18). Por esa razón, la subordinación a su esposo no implica en modo alguno inferioridad. Al contrario, dignifica a la mujer, pues le permite usar sus muchos dones y talentos en armonía con la voluntad de Dios. El capítulo 31 de Proverbios menciona las muy diversas actividades de una esposa capaz en el antiguo Israel, como ayudar a los necesitados, plantar viñas y comprar terrenos. Sí, “en ella el corazón de su dueño [cifraba] confianza, y no [faltaba] ninguna ganancia” (versículos 11, 16, 20).

20. a) ¿Cómo debe considerar la cristiana las aptitudes o dones que Dios le ha dado? b) ¿Qué buenas cualidades manifestó Ester, y de qué manera la utilizó Jehová?

20 La mujer modesta que teme a Dios no trata ambiciosamente de autopromocionarse ni de competir con su esposo (Proverbios 16:18). No centra su realización personal en las metas seglares, sino que usa los dones que Dios le ha dado mayormente para servir a los demás: a su familia, a sus hermanos en la fe, a su prójimo y sobre todo a Jehová (Gálatas 6:10; Tito 2:3-5). Un ejemplo lo tenemos en la reina Ester, una mujer de hermosa apariencia, aunque también modesta y sumisa (Ester 2:13, 15). A diferencia de Vasti, la anterior esposa del rey, Ester respetó de corazón a su marido, el rey Asuero (Ester 1:10-12; 2:16, 17). También aceptó con respeto los consejos de su primo de más edad, Mardoqueo, aun después de ser reina. Pero tampoco fue una mujer de carácter débil. Con valor desenmascaró a Hamán, un hombre poderoso y despiadado que tramaba aniquilar a los judíos. Jehová usó a Ester de manera extraordinaria para preservar a su pueblo (Ester 3:8–4:17; 7:1-10; 9:13).

21. ¿Cómo puede una cristiana ser cada vez más valiosa para Jehová?

21 Está claro que tanto en el pasado como en el presente ha habido muchas mujeres piadosas que han evidenciado su devoción exclusiva a Jehová y su adoración. Por tal razón, las mujeres temerosas de Dios son muy valiosas a Sus ojos. Hermanas cristianas: permitan que Jehová utilice su espíritu para moldearlas progresivamente a fin de ser un “vaso” cada vez más preciado, “preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 2:21; Romanos 12:2). Respecto a estas queridas adoradoras de Dios, su Palabra dice: “Denle del fruto de sus manos, y alábenla sus obras aun en las puertas” (Proverbios 31:31). Que así sea en el caso de cada una de ustedes.

[Notas]

^ párr. 16 Cántico 212 de Canten alabanzas a Jehová, editado por los testigos de Jehová.

¿Recuerda usted?

• ¿Por qué fueron valiosas a los ojos de Jehová algunas cristianas del siglo primero?

• ¿Cómo se han hecho valiosas a los ojos de Dios muchas hermanas de la actualidad?

• ¿De qué maneras apoya Jehová a las hermanas solteras y a las madres sin esposo?

• ¿Cómo demuestra la mujer que respeta de corazón a su cabeza?

[Preguntas del estudio]

[Recuadro de la página 17]

EJEMPLOS SOBRE LOS CUALES REFLEXIONAR

¿Le gustaría analizar más ejemplos de mujeres fieles mencionadas en la Biblia? En tal caso, lea los siguientes pasajes bíblicos. Al meditar en cada uno de estos casos, trate de captar algunos principios que pueda aplicar más de lleno en su vida (Romanos 15:4).

Sara: Génesis 12:1, 5; 13:18a; 21:9-12; 1 Pedro 3:5, 6.

Israelitas generosas: Éxodo 35:5, 22, 25, 26; 36:3-7; Lucas 21:1-4.

Débora: Jueces 4:1–5:31.

Rut: Rut 1:4, 5, 16, 17; 2:2, 3, 11-13; 4:15.

Mujer de Sunem: 2 Reyes 4:8-37.

Mujer fenicia: Mateo 15:22-28.

Marta y María: Marcos 14:3-9; Lucas 10:38-42; Juan 11:17-29; 12:1-8.

Tabita: Hechos 9:36-41.

Las cuatro hijas de Felipe: Hechos 21:9.

Febe: Romanos 16:1, 2.

[Ilustración de la página 15]

¿Encomia usted a las hermanas sin cónyuge que obedecen lealmente la ley de Dios?

[Ilustración de la página 16]

¿Qué peticiones específicas pueden hacerse en oración antes de que los niños salgan para la escuela?