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‘Manejemos la Palabra de Dios correctamente’

‘Manejemos la Palabra de Dios correctamente’

‘Manejemos la Palabra de Dios correctamente’

“Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente.” (2 TIMOTEO 2:15.)

1, 2. a) ¿Por qué necesitan herramientas los trabajadores? b) ¿En qué obra están ocupados los cristianos, y cómo demuestran que buscan primero el Reino?

LOS trabajadores necesitan herramientas para efectuar su labor. Sin embargo, no se trata de tener cualquier herramienta: debe ser la precisa; además, hay que usarla del modo adecuado. Por ejemplo, si al construir un cobertizo deseáramos unir dos tablas, no sería suficiente disponer de un martillo y unos clavos: tendríamos que saber cómo introducir los clavos en la madera sin que se doblaran, y si no supiéramos utilizar el martillo, nos resultaría difícil y hasta frustrante. Pero cuando las herramientas se manejan correctamente, los resultados son satisfactorios.

2 Como cristianos, tenemos un trabajo que hacer, una labor de primordial importancia. Jesucristo exhortó a sus discípulos a ‘buscar primero el reino’ (Mateo 6:33). ¿Cómo lo logramos? Un modo es siendo celosos en la obra de predicar el Reino y hacer discípulos; otro es basando firmemente nuestro ministerio en la Palabra de Dios, y un tercer medio es nuestra buena conducta (Mateo 24:14; 28:19, 20; Hechos 8:25; 1 Pedro 2:12). Para cumplir nuestra comisión cristiana con felicidad y eficacia, hemos de tener las herramientas adecuadas y saber cómo manejarlas. A este respecto, el apóstol Pablo puso un ejemplo sobresaliente como obrero cristiano, y a sus hermanos en la fe los estimuló a imitarlo (1 Corintios 11:1; 15:10). Así pues, ¿qué podemos aprender de Pablo, nuestro compañero de trabajo?

Pablo, celoso proclamador del Reino

3. ¿Por qué podemos decir que el apóstol Pablo era un celoso trabajador del Reino?

3 ¿Qué clase de trabajador era Pablo? Sin duda uno muy celoso, ya que difundió con ahínco las buenas nuevas en una amplia región en torno al Mediterráneo. Este incansable apóstol expuso una razón por la que predicaba el Reino con tanto entusiasmo: “Si declaro las buenas nuevas, eso no es motivo para que me jacte, porque necesidad me está impuesta. Realmente, ¡ay de mí si no declarara las buenas nuevas!” (1 Corintios 9:16). ¿Era salvar su propia vida su único interés? De ninguna manera, pues no era egoísta. Más bien, deseaba que los demás también se beneficiaran de las buenas nuevas. Como él mismo escribió: “Hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros” (1 Corintios 9:23).

4. ¿Cuál es la herramienta más valiosa para los trabajadores cristianos?

4 El apóstol Pablo era un trabajador modesto que comprendía que no podía confiar únicamente en su propia habilidad. Tal como el carpintero necesita un martillo, Pablo necesitaba la herramienta apropiada para inculcar la verdad de Dios en el corazón de sus oyentes. ¿Cuál fue su principal herramienta? La Palabra de Dios, las Santas Escrituras. De igual manera, la Biblia en su totalidad es nuestra principal herramienta para hacer discípulos.

5. Para ser ministros eficaces, ¿qué hemos de hacer además de citar textos bíblicos?

5 Pablo sabía que manejar la Palabra de Dios correctamente implicaba más que citar de ella. Él ‘persuadía’ a sus oyentes (Hechos 28:23). ¿De qué forma? Pues bien, empleaba con éxito la Palabra escrita de Dios para convencer a muchos de que aceptaran la verdad del Reino. Razonaba con ellos. Durante tres meses estuvo en una sinagoga de Éfeso “pronunciando discursos y usando persuasión respecto al reino de Dios”. Aunque “algunos persistieron en endurecerse y en no creer”, otros escucharon. A consecuencia de su ministerio en aquella ciudad, “la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo” (Hechos 19:8, 9, 20).

6, 7. ¿Cómo glorificó Pablo su ministerio, y cómo podemos nosotros hacer lo mismo?

6 Como celoso proclamador del Reino, Pablo ‘glorificó su ministerio’ (Romanos 11:13). ¿De qué manera? No le interesaba promocionarse, ni tampoco se avergonzaba de que todos supieran que era uno de los trabajadores de Dios. Más bien, consideraba su ministerio como el mayor honor. Manejaba la Palabra de Dios con habilidad y eficacia. Su fiel actividad motivó a otros, incentivándolos a servir a Jehová de modo más pleno, y también de esta forma glorificó su ministerio.

7 Al igual que Pablo, nosotros podemos glorificar el trabajo que efectuamos como ministros empleando con frecuencia y eficacia la Palabra de Dios. En todas las facetas del ministerio del campo, nuestro objetivo debe ser transmitir algo de las Escrituras a cuantas personas nos sea posible. ¿Cómo podemos ser persuasivos al hacerlo? Veamos tres importantes maneras: 1) dirigir la atención a la Palabra de Dios de un modo que infunda respeto por ella; 2) explicar con tacto lo que la Biblia dice y mostrar su aplicación práctica, y 3) razonar con las Escrituras de forma convincente.

8. ¿Con qué herramientas contamos hoy día para predicar el Reino, y cómo las ha empleado usted?

8 Los actuales proclamadores del Reino contamos con herramientas que Pablo no tuvo a su alcance durante su ministerio. Entre ellas figuran libros, revistas, folletos, hojas sueltas, tratados, casetes y videocintas. En el siglo pasado también se emplearon tarjetas de testimonio, gramófonos, automóviles con equipo de sonido y programas de radio. Por supuesto, nuestra mejor ayuda es la Biblia, y tenemos que dar un uso apropiado a esta indispensable herramienta.

Nuestro ministerio debe basarse en la Palabra de Dios

9, 10. En lo que respecta al empleo de la Palabra de Dios, ¿qué podemos aprender del consejo de Pablo a Timoteo?

9 ¿De qué modo podemos emplear la Palabra de Dios como una herramienta eficaz? Obedeciendo las palabras que Pablo dirigió a su colaborador Timoteo: “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente” (2 Timoteo 2:15). ¿Qué implica “maneja[r] la palabra de la verdad correctamente”?

10 La palabra griega que se traduce “que maneja [...] correctamente” significa en sentido literal “que corta rectamente” o “que abre un camino recto”, y la única vez que aparece en las Escrituras Griegas Cristianas es en esta exhortación de Pablo a Timoteo. Este mismo término podría emplearse para definir la acción de arar en línea recta. Un surco torcido sería motivo de vergüenza para un labrador experto. A fin de que Timoteo fuera como un “trabajador que no tiene de qué avergonzarse”, se le recordó que no se desviara lo más mínimo de las enseñanzas verdaderas de la Palabra de Dios. No debía permitir que sus propias opiniones moldearan su enseñanza, pues tanto esta como toda su predicación tenían que ceñirse estrictamente a las Escrituras (2 Timoteo 4:2-4). De esta forma ayudaría a las personas de corazón honrado a tener la mente de Jehová en todo asunto en vez de adoptar la filosofía mundana (Colosenses 2:4, 8). Lo mismo es cierto hoy.

Nuestra conducta debe ser intachable

11, 12. ¿Qué papel desempeña nuestra conducta en el hecho de que manejemos la Palabra de Dios correctamente?

11 No basta con manejar correctamente la Palabra de Dios proclamando sus verdades: nuestra conducta tiene que conformarse a ella. “Somos colaboradores de Dios”, así que no debemos ser obreros hipócritas (1 Corintios 3:9). La Biblia pregunta: “Tú, sin embargo, el que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, el que predicas: ‘No hurtes’, ¿hurtas? Tú, el que dices: ‘No cometas adulterio’, ¿cometes adulterio? Tú, el que expresas aborrecimiento de los ídolos, ¿robas a los templos?” (Romanos 2:21, 22). Por consiguiente, un modo como los trabajadores de Dios de nuestros días manejamos correctamente la Palabra de Dios es siguiendo esta exhortación: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas” (Proverbios 3:5, 6).

12 ¿Qué resultados pueden esperarse de manejar la Palabra de Dios correctamente? Veamos el poder que tiene la Palabra escrita de Dios en la vida de las personas sinceras.

La Palabra de Dios tiene el poder de transformar vidas

13. ¿Qué resultados produce en la persona la aplicación de la Palabra de Dios?

13 El mensaje de la Palabra de Dios ejerce tal influencia en quienes aceptan su autoridad, que los impulsa a hacer notables cambios en su vida. Pablo había visto la palabra de Dios en acción y había sido testigo de su buen efecto en quienes se habían hecho cristianos en la antigua Tesalónica. Por eso les dijo: “Incesantemente damos gracias a Dios, porque cuando ustedes recibieron la palabra de Dios, que oyeron de parte de nosotros, la aceptaron, no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios, la cual también está obrando en ustedes los creyentes” (1 Tesalonicenses 2:13). Para aquellos cristianos no existía punto de comparación entre la endeble lógica humana y la suprema sabiduría divina, y, en realidad, todo verdadero discípulo de Cristo comparte ese parecer (Isaías 55:9). Los tesalonicenses se hicieron ejemplos para los demás creyentes, pues “aceptaron la palabra bajo mucha tribulación con gozo de espíritu santo” (1 Tesalonicenses 1:5-7).

14, 15. ¿Cuánto poder tiene el mensaje de la Palabra de Dios, y por qué?

14 La Palabra de Dios es dinámica, al igual que su Fuente, Jehová. Procede del “Dios vivo”, aquel por cuya palabra “los cielos mismos fueron hechos”, y esta palabra siempre ‘tiene éxito en aquello para lo cual Jehová la envía’ (Hebreos 3:12; Salmo 33:6; Isaías 55:11). Un biblista señala: “Dios no se aparta de su Palabra. No la repudia como si le fuera extraña. [...] Por tanto, [su Palabra] jamás es algo inerte, insensible a lo que se hace con ella, pues es un vínculo de unión con el Dios vivo”.

15 ¿Cuánto poder tiene el mensaje que emana de la Palabra de Dios? Un poder enorme. Como Pablo escribió acertadamente: “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).

16. ¿Hasta qué punto cambia la Palabra de Dios a las personas?

16 El mensaje de la Palabra escrita de Dios es “más agud[o] que toda espada de dos filos”. Por consiguiente, su formidable capacidad penetrante supera a la de cualquier instrumento o herramienta del hombre. La Palabra de Dios se abre paso hasta lo más recóndito de la persona y la cambia internamente, pues influye en sus ideas y afectos y hace de ella un trabajador piadoso al que Dios acepta. ¡Qué herramienta tan poderosa!

17. Explique qué poder transformador tiene la Palabra de Dios.

17 La Palabra de Dios saca a la luz lo que la persona realmente es por dentro, en contraste con lo que ella misma piensa que es o con lo que permite que los demás vean de ella (1 Samuel 16:7). Hasta los inicuos ocultan a veces su verdadera condición con una apariencia de benevolencia o piedad. Los malos motivos llevan a los malvados a esconderse tras fachadas falsas. Los orgullosos se disfrazan con una humildad fingida que encubre su anhelo de oír cómo los aplauden los hombres. Sin embargo, la Palabra de Dios pone al descubierto lo que en realidad hay en el corazón, impulsando con vigor a los humildes a quitarse la vieja personalidad y “vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (Efesios 4:22-24). Las enseñanzas de la Palabra de Dios también pueden hacer que personas tímidas se transformen en valerosos testigos de Jehová y celosos proclamadores del Reino (Jeremías 1:6-9).

18, 19. Basándose en estos párrafos o en una experiencia personal del servicio del campo, muestre cómo puede cambiar la verdad bíblica la actitud de las personas.

18 El poder transformador de la Palabra de Dios ejerce una buena influencia en personas de todo lugar, como muestra el siguiente ejemplo. Algunos proclamadores del Reino de Phnom Penh (Camboya) predicaban dos veces al mes en la provincia de Kompong Cham. Cuando una ministra religiosa local escuchó a otros clérigos hablar contra los testigos de Jehová, hizo planes para reunirse con estos la próxima vez que visitaran la provincia. Ella les lanzó un aluvión de preguntas sobre la celebración de ciertas fiestas y escuchó con atención sus razonamientos basados en las Escrituras. Entonces exclamó: “¡Ahora sé que no es cierto lo que los otros pastores dijeron de ustedes! ¡Ellos los acusaron de no usar la Biblia, pero ustedes no han hecho otra cosa esta mañana!”.

19 Ella siguió manteniendo conversaciones sobre la Biblia con los Testigos sin que las amenazas de destituirla de su puesto la detuvieran. Le habló de ello a una amiga, quien entonces aceptó un curso bíblico con los Testigos. La amiga estaba tan entusiasmada con lo que iba aprendiendo que en uno de los servicios de la iglesia a la que asistía se sintió impulsada a decir: “¡Vamos, estudien la Biblia con los testigos de Jehová!”. Poco después, también la ex ministra religiosa y otras personas empezaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová.

20. ¿Cómo demuestra la experiencia de una mujer de Ghana el poder que tiene la Palabra de Dios?

20 El poder de la Palabra de Dios también se hace patente en el caso de Paulina, una mujer del país de Ghana. Una proclamadora del Reino de tiempo completo le dirigió un estudio bíblico con ayuda del libro El conocimiento que lleva a vida eterna. * Paulina formaba parte de un matrimonio polígamo y veía la necesidad de cambiar su vida, pero su esposo y todos sus parientes se opusieron a ella violentamente. Su abuelo, juez de un tribunal superior y miembro destacado de su iglesia, trató de disuadirla tergiversando las palabras de Mateo 19:4-6. Pese al tono autoritario del juez, Paulina comprendió enseguida que él actuaba de modo parecido a Satanás cuando este torció las Escrituras para tentar a Jesucristo (Mateo 4:5-7). Ella recordó la clara afirmación de Jesús sobre el matrimonio de que Dios los creó macho y hembra, no macho y hembras, y de que los dos, no los tres, habían de llegar a ser una sola carne. Se mantuvo firme en su decisión hasta que, finalmente, se le otorgó el divorcio acostumbrado en casos de poligamia. Al poco tiempo era una feliz proclamadora bautizada del Reino.

Sigamos manejando correctamente la Palabra de Dios

21, 22. a) ¿A qué debemos resolvernos como proclamadores del Reino? b) ¿Qué veremos en el artículo siguiente?

21 La Palabra escrita de Dios es sin duda un poderoso instrumento que nos permite ayudar al prójimo a hacer cambios en su vida a fin de acercarse a Jehová (Santiago 4:8). Como trabajadores hábiles que usan herramientas para lograr buenos resultados, resolvámonos con empeño a emplear hábilmente la Palabra de Dios, la Biblia, en la obra que Dios nos ha encomendado de proclamar el Reino.

22 ¿Cómo podemos manejar las Escrituras con mayor eficacia en nuestra obra de hacer discípulos? Una forma es procurando ser maestros persuasivos. Pasemos, por tanto, al artículo siguiente, pues en él se sugieren maneras de enseñar el mensaje del Reino y ayudar al prójimo a aceptarlo.

[Nota]

^ párr. 20 Editado por los testigos de Jehová.

¿Recuerda usted?

• ¿Con qué herramientas cuentan los proclamadores del Reino?

• ¿En qué aspectos fue Pablo un trabajador del Reino ejemplar?

• ¿Qué está implicado en manejar correctamente la Palabra de Dios?

• ¿Hasta qué punto es una herramienta poderosa la Palabra escrita de Jehová?

[Preguntas del estudio]

[Ilustraciones de la página 10]

Algunos instrumentos que los cristianos utilizan en la obra de proclamar el Reino