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Una característica exclusivamente humana

Una característica exclusivamente humana

Una característica exclusivamente humana

Josué es dueño de una agencia inmobiliaria y está ayudando a una señora a organizar y vender los artículos del hogar de su difunta hermana. Al dar un vistazo a la chimenea, encuentra dos cajas viejas. Cuando abre una de ellas, no puede creer lo que ve: rollos de billetes de 100 dólares envueltos en papel de aluminio: ¡un total de 82.000 dólares en efectivo! Josué está a solas en la habitación. ¿Qué debe hacer? ¿Llevarse la caja a escondidas, o decirle a su clienta que ha encontrado el dinero?

EL DILEMA de Josué destaca una de las características que distinguen al ser humano de los animales irracionales. The World Book Encyclopedia comenta: “Un rasgo singular del ser humano es plantearse preguntas respecto a lo que debe o no debe hacer”. Cuando en un parque un perro hambriento encuentra carne sobre una mesa, difícilmente se cuestiona si debe comérsela. Josué, sin embargo, tiene la capacidad de evaluar si su decisión es ética o no. Aunque supondría un robo quedarse con el dinero, es improbable que lo descubran. Es cierto que no le pertenece a él, pero su clienta no tiene la menor idea de su existencia. Además, la mayoría de los vecinos de Josué pensarían que estaría loco si se lo entregara.

¿Qué haría usted en esa situación? Su respuesta dependerá del código de ética que haya optado por seguir en la vida.

¿Qué es la ética?

La ética se ha definido como la “disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral” (Diccionario de uso del español de América y España). El escritor Eric J. Easton dice: “Las palabras ‘ético’ y ‘moral’ tienen en su raíz el mismo significado. La primera procede del griego (ethikós) y la segunda del latín (moralis), y se refieren en ambos casos a la autoridad de la costumbre y la tradición”.

Desde hace mucho, por lo general ha sido la religión la que ha determinado las normas éticas que la gente debe seguir. La Palabra de Dios, la Biblia, ha sido una fuerza impulsora en muchas sociedades. Sin embargo, un número creciente de personas han rechazado las diversas normas religiosas por considerarlas poco prácticas y han descartado el código moral de la Biblia pensando que está anticuado. ¿Qué ha ocupado ese vacío? El libro Ethics in Business Life (La ética en los negocios) afirma que “el criterio seglar ha [...] prevalecido sobre la autoridad que antes ostentaba la religión”. En vez de acudir a fuentes religiosas, muchos buscan la guía de expertos en estudios éticos. El especialista en bioética Paul McNeill comenta: “Creo que los éticos son los sacerdotes seglares. [...] La gente ahora expresa en términos de ética lo que antes hubiera expresado en términos de religión”.

Cuando usted tiene que tomar decisiones difíciles, ¿cómo determina si algo es bueno o malo? ¿Sigue sus propias normas éticas, o las de Dios?